usando la mejilla para borrar el vaho. Cuando miro de nuevo hacia delante, contuvo el aliento.

Aun asi no pudo ver gran cosa. Lo unico que supo con seguridad era que estaba a bastante altura, tal vez en un quinto o sexto piso. Veia los tejados de otros edificios, pero poca cosa mas.

La luna, veia la luna.

Habia visto la luna en la otra habitacion, donde habia hecho el amor con Harry. La habia visto a traves del montante de abanico.

?La ventana semicircular!

Retrocedio un poco, con mucho cuidado para no perder el equilibrio. Esta ventana tenia tambien otra semicircular en su parte superior. Lo cual no es que fuese muy significativo, solo que la estructura era la misma, diversos listones de madera que dividian la ventana desde su base haciendo que se pareciera bastante a un abanico desplegado.

Exactamente igual que la de la planta baja.

De modo que seguia en la residencia del embajador. Cabia la posibilidad de que la hubieran trasladado a otro edificio cuyas ventanas tuviesen exactamente la misma estructura, pero era poco probable, ?verdad? Y la residencia del embajador era enorme; practicamente un palacio. No estaba en el centro de Londres, sino bastante alejada de Kensington, donde habia mucho mas espacio para edificaciones tan grandes.

Se acerco de nuevo a la ventana y volvio a apartar el borde de las cortinas con la cabeza, esta vez lo consiguio al primer intento. Pego la oreja al cristal, tratando de escuchar… cualquier cosa. ?Musica? ?A la gente? ?No tendria que haber algun indicio de que en el mismo edificio se estaba celebrando una gran fiesta?

Quiza no estuviera en la residencia del embajador. No, no, era un edificio gigantesco. Perfectamente podia estar lo bastante lejos del salon de baile como para no oir nada.

Pero oyo unos pasos. Le dio un vuelco el corazon, fue hasta la cama medio arrastrando los pies medio a saltos y consiguio tumbarse en ella justo cuando oyo el clic de los dos cerrojos al abrirse.

Cuando abrieron la puerta empezo a forcejear; fue lo unico que se le ocurrio para explicar que estaba sin aliento.

– Le he dicho que no haga eso -la reprendio su captor. Cargaba una bandeja con una tetera y dos tazas. Olivia olio a hierbas de te desde el otro lado de la habitacion. El aroma era celestial.

– Soy muy considerado, ?verdad? -le pregunto mientras levantaba ligeramente la bandeja antes de dejarla encima de una mesa-. He llevado esa mordaza con anterioridad. -Senalo la cinta que la amordazaba-. Hace que uno tenga la boca muy seca.

Olivia se limito a mirarlo a los ojos. No sabia muy bien como contestarle. Como, en sentido literal, porque seguro que el sabia que no podia hablar.

– Le quitare eso para que pueda tomar un te -le dijo el-, pero tiene que permanecer callada. Si hace algun sonido, cualquier sonido que supere un susurro de agradecimiento, tendre que volverla a dejar inconsciente.

Ella abrio los ojos desmesuradamente.

El se encogio de hombros.

– Es bastante facil de hacer. Lo he hecho una vez, y debo decir que bastante bien. Apuesto a que ni siquiera le duele la cabeza.

Olivia parpadeo varias veces. No le dolia la cabeza. ?Como lo habia hecho pues?

– ?Estara calladita?

Olivia asintio. Necesitaba que le sacaran la mordaza. Tal vez hablando con el podria convencerle de que todo esto era un error.

– No intente ninguna heroicidad -le advirtio, aunque con mirada burlona, como si le fuese imposible imaginarsela dandole susto alguno.

Ella meneo la cabeza tratando de mantener la mirada seria. Cabeza y ojos eran sus unicos sistemas de comunicacion en tanto el no le quitara la mordaza.

Su captor se inclino hacia delante, alargando los brazos, pero entonces se detuvo y los retiro.

– Creo que el te esta listo -anuncio-. No es conveniente que se… ?como se dice?

Era ruso. Con ese «?como se dice?», Olivia pudo finalmente reconocer su acento y determinar su nacionalidad. Hablaba exactamente igual que el principe Alexei.

– ?Que tonto soy! -exclamo el hombre mientras servia dos tazas de te-. No puede hablar. -Al cabo se acerco a Olivia y le quito la mordaza.

Olivia tosio y necesito unos segundos hasta tener la boca lo bastante humeda para hablar, pero al hacerlo miro directamente a su captor y le dijo:

– Recocer.

– ?Como dice?

– El te. No es conveniente que se recueza.

– Recocer. -Repitio la palabra, pronunciandola al parecer con la boca y en su mente. Tras una expresion de aprobacion le dio una taza.

Ella hizo una mueca de disgusto y se encogio ligeramente de hombros. ?Como pretendia el que sujetara la taza? Aun tenia las manos atadas a la espalda.

El sonrio, pero no fue una sonrisa cruel. Fue incluso compasiva, casi… de tristeza.

Lo que a Olivia le dio esperanzas, no muchas, pero si algunas.

– Me temo que no me fio bastante de usted para desatarle las manos -dijo el.

– Le prometo no…

– No prometa nada que no pueda cumplir, lady Olivia.

Ella abrio la boca para protestar, pero el le interrumpio.

– No creo que prometa usted en falso de forma consciente, pero le parecera ver una oportunidad, sera incapaz de dejarla escapar y entonces cometera alguna estupidez, y yo tendre que hacerle dano.

Fue un modo eficaz de zanjar la discusion.

– Sabia que lo entenderia -le dijo a Olivia-. Veamos, ?confia en mi lo bastante para dejar que le sostenga la taza?

Ella sacudio lentamente la cabeza.

El se rio.

– Chica lista. Asi me gusta, porque no soporto la estupidez.

– Alguien que merece todos mis respetos me aconsejo que no confiara nunca en un hombre que me dice que confie en el -comento Olivia en voz baja.

Su captor volvio a reirse entre dientes.

– Ese alguien… ?es un hombre?

Olivia asintio.

– Pues es un buen amigo.

– Lo se.

– Tenga. -El hombre le acerco la taza a los labios-. En esta ocasion no tiene mas remedio que confiar en mi.

Ella tomo un sorbo. La verdad es que no habia otra opcion y tenia la garganta seca.

El dejo la taza y cogio la suya.

– Las he servido de la misma tetera -comento antes de tomar un sorbo. Al tragar anadio-: Aunque eso no significa que deba confiar en mi.

Olivia levanto la mirada para encontrarse con la suya y dijo:

– No tengo ninguna relacion con el principe Alexei.

El esbozo una media sonrisa.

– ?Me toma por idiota, lady Olivia?

Ella sacudio la cabeza.

– Empezo a cortejarme, es cierto, pero dejo de hacerlo.

Su captor se inclino varios centimetros hacia delante.

– Esta noche ha desaparecido durante casi una hora, lady Olivia.

Ella abrio la boca. Noto que se sonrojaba y rezo para que el no pudiese verlo en la oscuridad.

– Y el principe Alexei tambien.

– Pues conmigo no ha estado -se apresuro a decir Olivia.

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