abajo confirmo sus peores temores. La avalancha habia sido impresionante. Habia arrasado la parte inferior del glaciar, desde los seis mil metros hasta el campamento base situado en la cima del rinon, a unos cinco mil metros de altitud. Las probabilidades de que los sherpas que se hallaban en el hubieran sobrevivido eran escasas. Lo mas seguro era que hubieran corrido la misma suerte que Didier.

Jack advirtio que el alud, sin saber como, lo habia arrojado hasta el borde de la fisura. Si hubiera caido desde otro angulo, el impacto de la dureza del borde inferior hubiera sido mortal. Pero afortunadamente la fisura lo habia protegido de la deyeccion de hielo letal que ahora hacia irreconocible el trayecto realizado desde la pared norte hasta el rinon y el campamento I.

Jack, aturdido por las nauseas y a la vez maravillado de haber salido ileso del accidente, se sento y fue quitandose la nieve y el hielo que se le habian metido por dentro del anorak y de los pantalones, mientras reflexionaba sobre que debia hacer. Calculo que estaba a unos ciento cincuenta metros del campamento II, que se hallaba al pie de la pendiente escarpada. Habian levantado el campamento, que estaba a cinco mil doscientos metros, justo en el lugar en el que la pendiente sobresalia por encima del glaciar, de modo que cabia una remota posibilidad de que la pared hubiera protegido a los dos sherpas del alud, aunque lo mas probable era que se hallaran sepultados bajo la nieve y el hielo a una profundidad mucho mayor de la que estaba el.

Aun asi, sabia que no podia iniciar el descenso porque estaba ya a punto de oscurecer. Se habia quedado sin radio y el recorrido hasta el campamento estaba demasiado lleno de dificultades para ser emprendido en aquellas condiciones. Ademas, tenia la mochila llena de reservas y era consciente de que lo mejor que podia hacer era pasar la noche en la fisura y descender en cuanto rayara el alba.

Jack se quito la mochila y con mucho esfuerzo, pues no habia ni un solo musculo del cuerpo que no le doliera, se puso en pie con el objeto de inspeccionar el lugar en el que iba a hospedarse aquella noche, y uno de los larguisimos carambanos que colgaban del techo abovedado, y que parecian los dientes de un olvidado animal prehistorico hincados en la oscuridad, por poco le atraviesa la cabeza. El carambano, largo como una jabalina, se rompio y cayo al suelo.

Abrio la mochila y saco la linterna Maglite.

– Esto no es precisamente el hotel Stein Eriksen -dijo Jack al tiempo que recordo que aquel lugar podria muy bien haber sido su tumba.

?Por que no habian abandonado la escalada en la vertiente suroeste del Annapurna? La mayoria se hubiera contentado con haber ido hasta alli. Fue justamente su buena suerte, la de Didier y la suya, la que los habia derrotado, porque la meteorologia les habia sido propicia cuando iniciaron la ascension sin oxigeno del Annapurna, y habian podido llevarla a cabo en la mitad del tiempo previsto. Pero por culpa de su desmesurada ambicion, que no se arredraba ante ningun obstaculo, Didier Lauren y los sherpas que se hallaban en el glaciar habian, con toda probabilidad, perecido.

Volvio a sentarse e ilumino con la linterna el espacio que le envolvia.

La fisura tenia forma de tunel horizontal; media unos nueve metros de ancho y, en la entrada, unos seis metros; la parte posterior era mas estrecha y formaba un pasadizo que no media mas de un metro y medio cuadrado.

Decidio, para matar el tiempo, explorar el tunel, resuelto a averiguar si era muy largo y hasta donde llegaba. Fue a la parte trasera de la caverna, se puso en cuclillas y el haz potente de luz halogena de la linterna penetro en la oscuridad del canon.

Jack sabia que en el Himalaya habia osos, ciertos monos de la India e incluso leopardos, pero penso que era improbable que hubiesen escogido vivir en aquel lugar tan inaccesible y tan alejado de los arboles, que estaban mucho mas abajo.

Se adentro en el tunel andando en cuclillas. Cuando llevaba recorridos unos cien metros, advirtio que se empinaba, lo que le trajo a la memoria el pasadizo largo y angosto que conducia a la camara sepulcral de la reina en Keops, en la Gran Piramide de Egipto, un recorrido que ciertamente no estaba hecho para los que padecian del corazon, ni para los que sufrian claustrofobia, ni para los que llevaban aparatos ortopedicos. Tras un breve momento de vacilacion, Jack decidio seguir adelante e inspeccionar la cueva para ver lo profunda que era.

En su mayor parte, las montanas se originaron en el periodo Precambrico por el plegamiento de la corteza continental del margen septentrional del subcontinente indio y estan formadas por esquistos y rocas cristalinas. Pero en aquel lugar, en la fisura y a poca distancia de la cumbre, las rocas eran de piedra caliza y provenian de un periodo en el que la cordillera mas alta del mundo era el fondo del poco profundo mar Tetis. Estos sedimentos del Paleoceno se habian levantado casi veinte kilometros desde el principio de la formacion de las montanas del Himalaya, que se produjo hace aproximadamente cincuenta y cinco millones de anos. Jack habia oido decir que habia partes de la cordillera que seguian levantandose a razon de casi un centimetro por ano. El Everest que el y Didier habian conquistado sin oxigeno era casi medio metro mas alto que el que escalaron sir Edmund Hillary y el sherpa Tensing en 1953.

La cuesta del tunel iba nivelandose y el techo se iba haciendo cada vez mas alto, de modo que ya podia andar de pie. Gracias a la luz potente de la linterna, Jack descubrio que se hallaba en una caverna enorme y, al ver que el haz de la Maglite no llegaba a iluminar el techo, estimo que debia de medir como minimo treinta metros de altura.

Lanzo un grito y oyo como su propia voz rebotaba en los muros y el techo invisibles, y el eco, que resono fuerte y prolongadamente porque la camara era fria y oscura hasta dar pavor, le helo la sangre en las venas. Al percibir aquel sonido tuvo la impresion de hallarse no en una caverna bajo el Machhapuchhare Himal sino bajo la boveda de una catedral gotica altisima, en ruinas y olvidada, la morada secreta de un malvado rey de la montana. Un silencio sepulcral llenaba aquella boveda, una construccion arquitectonica destinada a elevar al cielo, a las alturas que son la mansion de Dios, las alabanzas y las plegarias humanas.

?Cuanto tiempo habia perdurado aquel silencio antes de que el lo profanara con su presencia? ?Era el el primer ser humano que pisaba aquella caverna desde que termino de formarse la cordillera del Himalaya un millon y medio de anos atras?

Al principio penso que lo que iluminaba la Maglite era una roca. Sus ojos no habituados a la oscuridad tardaron unos segundos en percibir que lo que habia en el suelo humedo de la cueva era un craneo, del tamano de un melon, al que casi no le faltaba ningun hueso y que parecia estar mirandolo fijamente.

Se arrodillo junto al objeto recien descubierto e inmediatamente se dispuso a quitarle la tierra y la grava con sus manos enguantadas. Jack sabia de sobra que en el Himalaya habia abundantes fosiles. A solo escasos kilometros de alli, en las laderas septentrionales del Dhaulagiri, la montana que ocupa el septimo lugar entre las mas altas del mundo, el habia hallado un amonites, un molusco en forma de espiral de ciento cincuenta o doscientos millones de anos. El Muktinath era famoso por los fosiles del Jurasico superior que contenia. Al oeste, en el Churen Himal, en el Nepal, y en la cordillera de los Siwalik, en el norte de Pakistan, se habian descubierto abundantes e importantes fosiles de hominidos. Pero era la primera vez que el hallaba restos fosiles de un hominido.

Levanto el craneo, limpio ya de tierra, y lo examino detenidamente bajo el haz de luz de la Maglite. Le faltaba el maxilar inferior, pero por lo demas se habia conservado en excelente estado; el maxilar superior estaba casi intacto y el hueso occipital y el frontal lo estaban totalmente. Visto de cerca parecia mas grande y por un momento penso que debia de ser de un oso, pero advirtio en seguida que no tenia colmillos. Parecia el craneo de un hominido y, tras inspeccionarlo unos minutos, se dijo que no lo parecia sino que efectivamente lo era; aunque no tenia ni idea de si lo que tenia frente a el guardaba relacion con los fosiles de hominidos que se habian hallado en el Himalaya y ni siquiera estaba seguro de que fuera un fosil.

Penso en la unica persona que podria darle informacion sobre el craneo, una mujer que habia sido su amante. Era testaruda y se habia negado una y otra vez a casarse con el, pero era tambien una famosa doctora en paleoantropologia de la Universidad de California, de Berkeley. El la llamaba simplemente Swift. Tal vez le regalaria lo que acababa de descubrir. A ella aquel craneo le haria muchisima mas ilusion que cualquiera de los souvenirs -una alfombra o un thangka- que el le habia prometido llevarle del Nepal.

Casi podia oir el consejo amoral que Didier le hubiera dado.

– Te creo, Didier -dijo Jack en un tono de voz lastimero-. Ademas, tengo todavia un pequeno problema sin importancia: descender de esta montana.

Jack volvio a la entrada de la fisura con el craneo en las manos. Miro dentro de la repleta mochila y decidio que, si se iba a llevar el craneo, debia dejar algo a cambio. Pero ?que? No podia dejar el saco de dormir. Ni el

Вы читаете Esau
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×