Golpeo el volante con frustracion y desesperacion.

– ?Donde demonios estas? -susurro escrutando la zona-. Vamos, Scott. ?Llega ya!

Extendio la mano hacia el movil de nuevo, pero lo solto. Esperar, comprendio, era lo segundo mas dificil. Lo mas dificil era confiar en alguien a quien una vez habia dicho que amaba, y a quien luego habia abandonado y enganado, antes de divorciarse. En realidad, lo unico que mantenia cierto tono cordial entre ella y su ex era Ashley. Tal vez eso fuese suficiente para que ambos sobrevivieran a esa noche.

Entonces sus pensamientos se volvieron hacia Hope. Sacudio la cabeza y sintio lagrimas en los ojos. Sabia que podia confiar en ella, aunque habia hecho muy poco en los ultimos meses para merecer esa confianza por su parte. Se sentia como flotando en una nube de incertidumbre.

– ?Vamos! -susurro de nuevo, como si las palabras pudieran conjurar los hechos.

Habia un gran contenedor de basura en un rincon del aparcamiento donde Scott habia dejado su furgoneta. Para su alivio, estaba casi lleno, no solo de bolsas de plastico negras, sino tambien de botellas, latas y basura sin recoger. Cogio una bolsa medio vacia, la abrio y metio las matriculas robadas, los restos de cinta y los guantes. Luego volvio a atarla y la coloco en medio de la pila de basura. El contenedor seria vaciado pronto, probablemente al dia siguiente.

Volvio rapidamente a la furgoneta y espero a arrancar hasta que no hubo ningun coche en movimiento por las inmediaciones.

Scott volvio a cambiarse de ropa, chaqueta y corbata. Sabia que tenia que darse prisa, pero tambien evitar llamar la atencion. Deseo poder acelerar, pero permanecio dentro de los limites de velocidad. Incluso en la interestatal se mantuvo en el carril central mientras se dirigia a su encuentro con Sally.

No sabia que iba a decirle cuando la viera.

Tratar de transmitirle con palabras lo que habia ocurrido esa noche parecia imposible. Si no le decia nada, ella lo odiaria. Si se lo contaba todo, ella se horrorizaria, y tambien lo odiaria. Querria acudir de inmediato al lado de Hope y olvidarse del plan.

Todo podia fracasar.

Condujo sabiendo que iba a mentir. Tal vez no mucho, pero lo suficiente. Eso lo enfurecia y entristecia, pero sobre todo le hacia sentirse incompetente y falso.

Cuando llego al aparcamiento tras salir de la autopista, diviso a Sally. No tardo en colocarse a su lado. Cogio la mochila y salio del coche.

Sally permanecio al volante, pero encendio el motor.

– Llegas tarde -dijo-. No se si me queda tiempo. ?Ha salido segun lo previsto?

– No exactamente. No ha sido tan sencillo como pensabamos.

– ?Que quieres decir? -pregunto Sally con su cortante tono de abogada.

– Ha habido una pequena pelea, pero Hope ha cumplido con su mision… -vacilo-. Puede que resultara un poco herida en la confrontacion. Ahora va camino de casa. Por lo demas, para asegurarme de no dejar ninguna huella de nuestra presencia provoque un pequeno incendio.

– ?Dios! -exclamo Sally-. ?Eso no estaba en el guion!

– El escenario de los hechos… bueno, pense que podria levantar sospechas en la policia. ?No es lo que nos dijiste?

Ella asintio.

– Si, si. Vale. No creo que haya problemas…

– Hay una pequena toalla en la mochila. Esta mojada con gasolina, que limpiara el canon del arma. Deshazte de ella despues.

Sally volvio a asentir.

– Ha sido una precaucion inteligente por tu parte. Pero Hope, ?que estabas diciendo de Hope?

Scott se pregunto donde se le notaba la mentira en la cara.

– Ahora esta cumpliendo con lo previsto -dijo-. Acaba con tu parte y hablaremos mas tarde.

– ?Que le ha pasado exactamente a Hope? -exigio Sally.

– Ahora no hay tiempo de hablar. Tienes que volver a Boston ahora mismo. El tiempo es crucial. No sabemos lo que hara O'Connell…

– ?Que le ha pasado a Hope? -repitio Sally con furia en la voz.

– Ya te lo he dicho, ha tenido que pelear. Se ha cortado con un cuchillo. Cuando la he dejado, me ha dicho que te dijera que estaba bien. ?Entendido? Eso es exactamente lo que ha dicho. «Dile a Sally que estoy bien.» Ahora debes terminar el trabajo. Tenemos que hacerlo todos. Hope ha hecho su parte y yo he hecho la mia. Ahora haz tu la tuya. Es lo ultimo, y…

– ?Se ha cortado con un cuchillo? -repitio Sally-. ?Que quieres decir? Y no me mientas.

– Te estoy diciendo la verdad -se envaro Scott-. Se ha hecho un corte. Es todo. Ahora vete.

Sally imagino cien posibles replicas en ese instante, pero se contuvo. Por furiosa que estuviera, sabia que una vez, anos antes, ella le habia mentido, y que ahora el le estaba mintiendo, y que asi eran las cosas. Asintio, cogio la mochila y arranco sin decir palabra.

Una vez mas, Scott se quedo solo, contemplando las luces del coche desaparecer en la oscuridad.

El detective senalo las fotos de la escena del crimen.

– El fuego lo revolvio todo. Y peor aun que el fuego, la maldita agua con que los bomberos lo rociaron. Naturalmente, no se les puede pedir que no lo hagan -dijo con una sonrisa amarga-. Tuvimos suerte de que no ardiera la casa entera. El incendio se circunscribio a la zona de la cocina. ?Ve esa pared del fondo, toda calcinada? El especialista en incendios dijo que quien lo provoco no tenia ni idea de lo que hacia, asi que en vez de extenderse por la habitacion, el fuego subio por la pared y el techo, y por eso lo vieron los vecinos. Asi que al final tuvimos suerte de poder recomponer las piezas.

– ?Ha trabajado en muchos homicidios? -pregunte.

– ?Aqui? Esto no es como Boston o Nueva York. Somos un departamento bastante modesto. Pero el equipo de forenses estatales es bastante bueno, y el equipo de expertos vale la pena, asi que, cuando se produce un asesinato, lo manejamos bastante bien. La mayoria de los homicidios que vemos son disputas domesticas que se tuercen, o bien trapicheos de drogas que salen mal. En la mayoria de los casos el culpable no huye, o al menos no lo hace su companero, asi que alguien nos dice a quien debemos pillar.

– Pero este no fue el caso, ?verdad?

– Que va. Al principio hubo algunas preguntas que nos dejaron sin habla. Y mucha gente que no derramo una lagrima por la muerte del viejo O'Connell. Fue un mal marido, un mal padre y un mal vecino, ademas de un desalmado. Demonios, si hubiera tenido un perro lo habria dejado morir de hambre y le habria dado de patadas cada manana solo para dejar las cosas claras, ?entiende? De todas maneras, en la casa y la escena del crimen quedo suficiente para una investigacion.

Asenti.

– Pero ?que los puso en la direccion adecuada?

– Dos cosas. Quiero decir, teniamos un incendio y un cadaver parcialmente quemado y, tontos como somos, al principio pensamos que el viejo O'Connell, borracho perdido, habia conseguido incendiar la casa consigo dentro. Ya sabe, se queda dormido con un cigarrillo y una botella de whisky en la mano. Naturalmente, lo mas probable es que eso hubiera sido sentado en un sillon de la sala, o en la cama, no en el suelo de la cocina. Pero cuando el forense retiro la carne chamuscada, vio la herida del disparo y encontro una bala de calibre veinticinco en el cerebro y otra en el hombro, bueno, eso dio un vuelco a la investigacion. Asi que volvimos a aquel caos empapado, buscando alguna pista, ya sabe. Pero el doctor tambien encontro trozos de piel bajo las unas del tipo, asi que tuvimos un ADN muy interesante, y de repente el caos de la casa era el resultado de una pelea mortal. Y cuando interrogamos a los vecinos, uno de ellos recordo haber visto un coche con matricula de Massachusetts que salio pitando de alli poco antes de que empezara el humo. Eso y los resultados del ADN nos consiguieron una orden de registro. Y entonces, ?que cree que encontramos?

Sonreia, y dejo escapar una risita. La satisfaccion del policia al comprobar que a veces el mundo funciona como debe ser.

Yo estaba menos seguro de que hubiera llegado a la misma conclusion.

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