– Tengo ese miedo.

– Bueno… Una de dos, o mama encontrara todo cuanto aqui le falta y no volvera a casa, o se divorciara de mi para casarse en Suecia. ?Que cambiara esto en tu vida? ?Que mama no estara en Moscu? Ahora tampoco esta aqui y no hay forma de saber cuando le vendra en gana volver. Y otra cosa, dimelo con el corazon en la mano: ?es que tanto necesitas tenerla a tu lado? Perdona, pequena, te conozco desde hace tanto tiempo que tengo algo que decirte al respecto. No te hace ninguna falta que mama viva en Moscu, lo que te molesta es que no le importe vivir lejos de ti. En cuanto a nosotros dos, no dejaras de venir a verme solo porque haya dejado de estar casado con tu madre, ?a que no?

– Por supuesto que no, papi. Para mi eres mi verdadero padre. Te quiero mucho, muchisimo -dijo Nastia con tristeza.

– Yo tambien te quiero a ti, pequena. Pero no juzgues a mama. Y a mi tampoco, por cierto.

– Ya lo se -dijo Nastia asintiendo con la cabeza-. ?Me la presentaras?

– ?Es preciso? -se rio Leonid Petrovich.

– ?Tengo curiosidad!

– Bueno, si tienes curiosidad, te la presentare. Pero debes prometerme que no vas a preocuparte mas.

Nastia no pudo conciliar el sueno hasta la madrugada, pues no paraba de darle vueltas a lo que su jefe, Gordeyev, le habia contado. Que la policia se dejara corromper por la mafia no era nada nuevo. Pero mientras esto ocurria a los demas, en otras subdivisiones, en otras ciudades, parecia un hecho de la realidad objetiva que habia que tener en cuenta y que no convenia olvidar a la hora de analizar las informaciones y adoptar decisiones. Pero cuando algo asi sucedia a su lado, en su propio departamento, y se trataba de sus amigos, el problema perdia su cariz oficial y analitico para convertirse en un conflicto moral y psicologico. Y para resolverlo no bastaba con encontrar una sola respuesta. ?Como trabajar a partir de ahora? ?Como tratar a los companeros? ?De quien sospechar? ?De todos? ?Tanto de aquellos que no acababan de caerle bien como de los que le resultaban simpaticos y por quienes sentia un sincero afecto? Y, si notaba algo sospechoso en el comportamiento de uno de los companeros del departamento, ?que tenia que hacer? ?Ir con el cuento al Bunuelo? ?O callarselo, cerrar los ojos y repetir que no habia visto nada? ?O tal vez debia apartarse, decirse a si misma que no se traicionaba a los amigos aunque no tuviesen razon y dejar que les ajustasen las cuentas los enemigos? Entonces, ?quien era enemigo dada la situacion? ?Los inspectores de Asuntos Internos? ?O, a pesar de todo, el que hacia favores a los criminales en detrimento de la justicia? Dios mio, ?cuantas preguntas! Y ni una sola respuesta…

CAPITULO 2

Era la primera vez que Nastia entraba en el despacho del juez de instruccion de la Fiscalia de Moscu Konstantin Mijailovich Olshanski. Hacia tiempo que se conocian pero hasta ahora solo se habian visto en Petrovka, adonde Olshanski acudia con frecuencia. Era un hombre inteligente, un juez con experiencia, competente, concienzudo y valiente, pero por algun motivo, Nastia no acababa de simpatizar con el. Habia intentado explicarse su actitud mas de una vez pero seguia sin comprender las causas de esa falta de simpatia por Olshanski. Es mas, sabia que inspiraba ese mismo reparo a mucha otra gente, aunque todos le reconocian su profesionalidad y competencia.

A primera vista, Konstantin Mijailovich era la fiel imagen del perdedor patoso: mirada contrita, americana arrugada; se pusiera la corbata que se pusiera, todas llevaban la inevitable mancha de origen incierto; zapatos casi siempre sin limpiar, gafas de montura monstruosamente anticuada. Ademas, la mimica de Olshanski no podia ser mas viva, pues el hombre no controlaba sus facciones, en particular, cuando estaba escribiendo algo. Un observador extrano tenia que luchar por contener la risa al observar sus increibles muecas y la punta de la lengua, que asomaba entre los labios. Al mismo tiempo, el juez podia mostrarse brusco y descortes, aunque no ocurria a menudo: por extrano que pareciera, se portaba de esta forma casi exclusivamente con los expertos forenses. Su pasion por la criminologia rayaba en locura, leia todas las novedades sin despreciar ni las tesis doctorales, ni los materiales de conferencias sobre las aplicaciones practicas de la ciencia. Durante sus visitas al lugar de un hecho criminal tenia a los expertos literalmente amargados imponiendoles requisitos inimaginables y planteandoles preguntas de lo mas inesperado.

El despacho de Olshanski era un reflejo fiel de su propietario: la superficie abrillantada de la mesa auxiliar estaba cubierta de marcas circulares dejadas alli por vasos de te caliente; la mesa principal rebosaba de papeles y cachivaches en desorden, la pantalla de plastico de la lampara de sobremesa estaba, a su vez, empantallada por una capa de polvo secular, que habia cambiado su color de verde claro a gris opaco. En una palabra, a Nastia no le gusto el despacho.

Olshanski la recibio con amabilidad pero en seguida le pregunto sobre Lartsev. Vladimir Lartsev y Misha Dotsenko eran quienes, durante los primeros nueve dias, del 3 al 11 de noviembre, habian sido puestos a la disposicion del juez de instruccion para colaborar con el en la investigacion del asesinato de Victoria Yeriomina, y Konstantin Mijailovich esperaba ver a uno de ellos. En el departamento de Gordeyev, todos sabian que Olshanski tenia a Lartsev en gran estima y reconocia su habilidad para los interrogatorios, por lo que solia encargarle que hablara con los testigos y encausados y siempre subrayaba que, cuando era Volodya quien realizaba ese trabajo, los resultados obtenidos eran muy superiores a los suyos propios.

– Estos dias Lartsev esta ocupado -contesto Nastia reticente-. El caso de Yeriomina lo llevo yo.

Habia que reconocerlo: si la noticia decepciono al juez, supo disimularlo. Extrajo de la caja fuerte el expediente penal y le ofrecio a Nastia un asiento junto a la mesa auxiliar.

– Leelo. Tengo que terminar de redactar un sumario. Dentro de cuarenta minutos necesito asistir a un careo y no me quedara mas remedio que echarte. Procura que el tiempo te alcance.

El expediente contenia pocos documentos. El dictamen del experto forense: la causa de la muerte, asfixia causada por el estrangulamiento realizado, lo mas probable, mediante una toalla (habian sido detectadas particulas de las fibras del tejido en los bordes finos de un pendiente en forma de flor de cinco petalos). En el cuerpo de la victima se observaban numerosos hematomas en la zona del pecho y de la espalda, producidos por golpes asestados con una cuerda gruesa o con un cinturon. La aparicion de dichos hematomas estaba fechada entre dos dias y dos horas antes del fallecimiento.

El protocolo del interrogatorio del jefe de Yeriomina, el director general de la empresa, hacia constar: Vica bebia mucho pero acudia al trabajo sin falta. Naturalmente, a veces salia con alguna extravagancia, como no podia ser menos tratandose de una alcoholica. Por ejemplo, podia marcharse fuera dos o tres dias en compania de un hombre desconocido. Pero aun en estos casos Yeriomina nunca olvidaba pedirle permiso a su jefe, al cual le explicaba sin inhibiciones para que necesitaba esos dos o tres dias. Ultimamente se la veia muy cambiada, se habia vuelto taciturna, imprevisible, a menudo sus respuestas no tenian nada que ver con las preguntas que se le hacian, o se quedaba con la mirada clavada en el vacio sin oir lo que se le decia. Daba la impresion de padecer alguna enfermedad grave.

Protocolo del interrogatorio de Boris Kartashov, novio de Yeriomina: «Estoy absolutamente convencido de que Victoria estaba enferma. Hace un mes mas o menos concibio la idea de que alguien se conectaba con ella por radio y le robaba sus suenos. Intente convencerla para que consultase con un psiquiatra pero se nego en redondo. Entonces, por iniciativa propia, hable con un medico, el cual expreso su certidumbre de que Vica padecia psicosis aguda y debia ser hospitalizada de inmediato. Pero Vica desoyo mis consejos. A veces se portaba con una ligereza extrema, entablaba amistad con gente que no conocia de nada e intimaba con sujetos sospechosos, sobre todo en periodos de borracheras prolongadas. A veces desaparecia durante varios dias para pasarlos con el amante del momento. Un viaje de trabajo me obligo a salir de Moscu el 18 de octubre, regrese el dia 26 y me puse a buscar a Victoria, temiendo que, dada su enfermedad, pudiese haberle ocurrido una desgracia. No tenia noticia de que pensara marcharse fuera. No me habia dejado mensaje alguno.»

Protocolo del interrogatorio de Olga Kolobova, amiga de Yeriomina: «Conozco a Vica de toda la vida, nos hemos criado juntas en un orfanato. Por supuesto, tambien conozco a Boris Kartashov. Hace un mes aproximadamente, Boris me dijo que Vica estaba enferma, obsesionada con la idea de que alguien utilizaba la radio para robarle sus suenos. Boris me pidio que hablara con Vica, que la convenciera de que tenia que consultar a un medico. Vica dijo que ni hablar, que se encontraba perfectamente bien. Cuando le pregunte si era cierto lo

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