Pero ya es hora de poner fin a ese maltrato. Ya es hora de que te liberes de la tirania del Juez y de que cambies los fundamentos de tus propios acuerdos. Ya es hora de que te liberes del papel de Victima.

Tu verdadero yo es todavia un nino pequeno que nunca crecio. En ocasiones, cuando te diviertes o juegas, cuando te sientes feliz, cuando pintas, escribes poesia o tocas el piano, o cuando te expresas de cualquier otro modo, ese nino pequeno reaparece. Estos son los momentos mas felices de tu vida: cuando surge tu yo verdadero, cuando no te importa el pasado y no te preocupas por el futuro. Entonces eres como un nino.

Pero hay algo que cambia todo esto: son lo que llamamos responsabilidades. El juez dice: «Espera un momento, eres responsable, tienes cosas que hacer, tienes que trabajar, tienes que ir a la universidad, tienes que ganarte la vida». Nos acordamos de todas estas responsabilidades y la expresion de nuestro rostro cambia y se ensombrece de nuevo. Si observas a unos ninos que juegan a ser adultos, veras de que manera se transforma la expresion de su cara. Un nino dice: «Juguemos a que soy un abogado», e inmediatamente adopta la expresion del adulto. Si asistimos a un juicio, esas son las caras que vemos, y eso es lo que somos. Sin embargo, todavia somos ninos, pero hemos perdido nuestra libertad.

La libertad que buscamos es la de ser nosotros mismos, la de expresarnos tal como somos. Sin embargo, si observamos nuestra vida, veremos que, en lugar de vivir para complacernos a nosotros mismos, la mayor parte del tiempo solo hacemos cosas para complacer a los demas, para que nos acepten. Esto es lo que le ha ocurrido a nuestra libertad. En nuestra sociedad, y en todas las sociedades del mundo, de cada mil personas, novecientas noventa y nueve estan totalmente domesticadas.

Lo peor de todo es que la mayoria de la gente ni siquiera se da cuenta de que no es libre. Algo en su interior se lo susurra, pero no lo comprende, y no sabe por que no es libre.

Para la mayoria de las personas, el problema reside en que viven sin llegar a descubrir que el Juez y la Victima dirigen su vida, y por consiguiente, no tienen la menor oportunidad de ser libres. El primer paso hacia la libertad personal consiste en ser conscientes de que no somos libres. Necesitamos ser conscientes de cual es el problema para poder resolverlo. El primer paso es siempre la conciencia, porque hasta que no seas consciente no podras hacer ningun cambio. Hasta que no seas consciente de que tu mente esta llena de heridas y de veneno emocional, no limpiaras ni curaras las heridas y continuaras sufriendo.

No hay ninguna razon para sufrir. Si eres consciente, puedes rebelarte y decir: «?Ya basta!». Puedes buscar una manera de sanar y transformar tu sueno personal. El sueno del planeta es solo un sueno. Ni tan siquiera es real. Si entras en el sueno y empiezas a poner en tela de juicio tu sistema de creencias, descubriras que la mayor parte de las creencias que abrieron heridas en tu mente ni siquiera son verdad. Descubriras que durante todos estos anos has vivido un drama por nada. ?Por que? Porque el sistema de creencias que te inculcaron esta basado en mentiras.

Por ello es muy importante para ti que domines tu propio sueno; este es el motivo por el que los toltecas se convirtieron en maestros del sueno. Tu vida es la manifestacion de tu sueno; es un arte. Y puedes cambiar tu vida en cualquier momento si no disfrutas de tu sueno. Los maestros del sueno crean una vida que es una obra maestra; controlan el sueno a traves de sus elecciones. Todo tiene sus consecuencias, y un maestro del sueno es consciente de ellas.

Ser un tolteca es una forma de vivir en la cual no existen los lideres ni los seguidores, donde tu tienes y vives tu propia verdad. Un tolteca se vuelve sabio, se vuelve salvaje y se vuelve libre de nuevo.

Existen tres maestrias que llevan a la gente a convertirse en toltecas. La primera es la Maestria de la Conciencia: ser conscientes de quienes somos realmente, con todas nuestras posibilidades. La segunda es la Maestria de la Transformacion: como cambiar, como liberarnos de la domesticacion. La tercera es la Maestria del Intento: desde el punto de vista tolteca, el Intento es esa parte de la vida que hace que la transformacion de la energia sea posible; es el ser viviente que envuelve toda energia, o lo que llamamos «Dios». Es la vida misma; es el amor incondicional. La Maestria del Intento es, por lo tanto, la Maestria del Amor.

Hablamos del camino tolteca hacia la libertad porque los toltecas tienen un plan completo para liberarse de la domesticacion. Comparan al juez, a la Victima y el sistema de creencias con un parasito que invade la mente humana. Desde el punto de vista tolteca, todos los seres humanos domesticados estan enfermos. Lo estan porque un parasito controla su mente y su cerebro, un parasito que se alimenta de las emociones negativas que provoca el miedo.

Si buscamos la descripcion de un parasito, vemos que es un ser vivo que subsiste a costa de otros seres vivos, chupa su energia sin dar nada a cambio y dana a su anfitrion poco a poco. El Juez, la Victima y el sistema de creencias encajan muy bien en esta descripcion. Juntos, constituyen un ser viviente formado de energia psiquica o emocional, y esa energia esta viva. No se trata de energia material, por supuesto, pero las emociones tampoco son energia material, ni lo son nuestros suenos, y sin embargo, sabemos que existen.

Una funcion del cerebro es la de transformar la energia material en energia emocional. Nuestro cerebro es una fabrica de emociones. Y ya hemos dicho que la principal funcion de la mente es sonar. Los toltecas creen que el parasito – el juez, la Victima y el sistema de creencias – controla nuestra mente y nuestro sueno personal. El parasito suena en nuestra mente y vive en nuestro cuerpo. Se alimenta de las emociones que surgen del miedo, y le encantan el drama y el sufrimiento.

La libertad que buscamos consiste en utilizar nuestra propia mente y nuestro propio cuerpo, en vivir nuestra propia vida en lugar de la vida de nuestro sistema de creencias. Cuando descubrimos que nuestra mente esta controlada por el Juez y la Victima y que nuestro verdadero yo esta arrinconado, solo tenemos dos opciones. Una es continuar viviendo como lo hemos hecho hasta ese momento, rindiendonos al juez y la Victima, seguir viviendo en el sueno del planeta. La otra opcion es actuar como cuando eramos ninos y nuestros padres intentaban domesticarnos. Podemos rebelarnos y decir: «?No!». Podemos declarar una guerra contra el parasito, contra el Juez y la Victima, una guerra por nuestra independencia, por el derecho de utilizar nuestra propia mente y nuestro propio cerebro.

Por este motivo, quienes siguen las tradiciones chamanicas de America, desde Canada hasta Argentina, se llaman a si mismos guerreros, porque estan en guerra contra el parasito de la mente. Esto es lo que significa en verdad ser un guerrero. El guerrero es el que se rebela contra la invasion del parasito. Se rebela y le declara la guerra. Pero eso no quiere decir que siempre se gane; quiza ganemos o quiza perdamos, pero siempre hacemos lo maximo que podemos, y al menos tenemos la oportunidad de recuperar nuestra libertad. Elegir este camino nos da, como minimo, la dignidad de la rebelion y nos asegura que no seremos la victima desvalida de nuestras caprichosas emociones o de las emociones venenosas de los demas. Incluso aunque sucumbamos ante el enemigo – el parasito – no estaremos entre las victimas que no se defienden.

En el mejor de los casos, ser un guerrero nos da la oportunidad de trascender el sueno del planeta y cambiar nuestro sueno personal por otro al que llamamos cielo. Igual que el infierno, el cielo es un lugar que existe en nuestra mente. Es un lugar lleno de jubilo, en el que somos felices, en el que somos libres para amar y para ser nosotros mismos. Podemos alcanzar el cielo en vida; no tenemos que esperar a morirnos. Dios siempre esta presente y el reino de los cielos esta en todas partes, pero en primer lugar necesitamos que nuestros ojos sean capaces de ver la verdad y nuestros oidos puedan escucharla. Necesitamos librarnos del parasito.

Podemos comparar el parasito con un monstruo de cien cabezas. Cada una de ellas es uno de nuestros miedos. Si queremos ser libres, tenemos que destruir el parasito. Una solucion es atacar sus cabezas una a una, es decir, enfrentarnos a nuestros miedos uno a uno. Es un proceso lento, pero funciona. Cada vez que nos enfrentamos a uno de nuestros miedos, somos un poco mas libres.

Una segunda solucion seria dejar de alimentar al parasito. Si no le damos ningun alimento, lo mataremos por inanicion. Para poder hacerlo, tenemos que ser capaces de controlar nuestras emociones, debemos abstenernos de alimentar las emociones que surgen del miedo. Resulta facil decirlo, pero es muy dificil hacerlo, porque el Juez y la Victima controlan nuestra mente.

Una tercera solucion es la que se denomina la iniciacion a la muerte. Esta iniciacion se encuentra en muchas tradiciones y escuelas esotericas de todo el mundo. La hallamos en Egipto, la India, Grecia y America. Es una muerte simbolica que mata al parasito sin danar nuestro cuerpo. Cuando «morimos» simbolicamente, el parasito tambien tiene que morir. Esta solucion es mas rapida que las dos anteriores, pero resulta todavia mas dificil. Necesitamos un gran valor para enfrentarnos al angel de la muerte. Tenemos que ser muy fuertes.

Veamos mas de cerca cada una de estas soluciones.

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