interior utiliza lo que esta en nuestro Libro de la Ley para juzgar todo lo que hacemos y dejamos de hacer, todo lo que pensamos y no pensamos, todo lo que sentimos y no sentimos. Cada vez que hacemos algo que va contra el Libro de la Ley, el juez dice que somos culpables, que necesitamos un castigo, que debemos sentirnos avergonzados. Esto ocurre muchas veces al dia, dia tras dia, durante todos los anos de nuestra vida.

Hay otra parte en nosotros que recibe los juicios, y a esa parte la llamamos «la Victima». La Victima carga con la culpa, el reproche y la verguenza. Es esa parte nuestra que dice: «?Pobre de mi! No soy suficientemente bueno, ni inteligente ni atractivo, y no merezco ser amado. ?Pobre de mi!». El gran Juez lo reconoce y dice: «Si, no vales lo suficiente». Y todo esto se fundamenta en un sistema de creencias en el que jamas escogimos creer. Y el sistema es tan fuerte que, incluso anos despues de haber entrado en contacto con nuevos conceptos y de intentar tomar nuestras propias decisiones, nos damos cuenta de que esas creencias todavia controlan nuestra vida.

Cualquier cosa que vaya contra el Libro de la Ley hara que sintamos una extrana sensacion en el plexo solar, una sensacion que se llama miedo. Incumplir las reglas del Libro de la Ley abre nuestras heridas emocionales, y reaccionamos creando veneno emocional. Dado que todo lo que esta en el Libro de la Ley tiene que ser verdad, cualquier cosa que ponga en tela de juicio lo que creemos nos hace sentir inseguros. Aunque el Libro de la Ley este equivocado, hace que nos sintamos seguros.

Por este motivo, necesitamos una gran valentia para desafiar nuestras propias creencias; porque, aunque sepamos que no las escogimos, tambien es cierto que las aceptamos. El acuerdo es tan fuerte, que incluso cuando sabemos que el concepto es erroneo, sentimos la culpa, el reproche y la verguenza que aparecen cuando actuamos en contra de esas reglas.

De la misma forma que el gobierno tiene un Codigo de Leyes que dirige el sueno de la sociedad, nuestro sistema de creencias es el Libro de la Ley que gobierna nuestro sueno personal. Todas estas leyes existen en nuestra mente, creemos en ellas, y nuestro Juez interior lo basa todo en ellas. El Juez decreta y la Victima sufre la culpa y el castigo. Pero ?quien dice que este sueno sea justo? La verdadera justicia consiste en pagar solo una vez por cada error. Lo que es verdaderamente injusto es pagar varias veces por el mismo error.

?Cuantas veces pagamos por un mismo error? La respuesta es: miles de veces. El ser humano es el unico animal sobre la tierra que paga miles de veces por el mismo error. Los demas animales pagan solo una vez por cada error. Pero nosotros no. Tenemos una gran memoria. Cometemos una equivocacion, nos juzgamos a nosotros mismos, nos declaramos culpables y nos castigamos. Si fuese una cuestion de justicia, con eso bastaria; no necesitamos repetirlo. Pero cada vez que lo recordamos, nos juzgamos de nuevo, volvemos a considerarnos culpables y nos volvemos a castigar, una y otra vez, y otra, y otra mas. Si estamos casados, tambien nuestra mujer o nuestro marido nos recuerda el error, y asi volvemos a juzgarnos de nuevo, nos castigamos otra vez y nos volvemos a sentir culpables. ?Acaso es esto justo?

?Cuantas veces hacemos que nuestra pareja, nuestros hijos o nuestros padres paguen por el mismo error? Cada vez que recordamos el error, los culpamos de nuevo y les enviamos todo el veneno emocional que sentimos frente a la injusticia, hacemos que vuelvan a pagar por ello. ?Eso es justicia? El juez de la mente esta equivocado porque el sistema de creencias, el Libro de la Ley, es erroneo. Todo el sueno se fundamenta en una ley falsa. El 95 por ciento de las creencias que hemos almacenado en nuestra mente no son mas que mentiras, y si sufrimos es porque creemos en todas ellas.

En el sueno del planeta, a los seres humanos les resulta normal sufrir, vivir con miedo y crear dramas emocionales. El sueno externo no es un sueno placentero; es un sueno lleno de violencia, de miedo, de guerra, de injusticia. El sueno personal de los seres humanos varia, pero en conjunto es una pesadilla. Si observamos la sociedad humana, comprobamos que es un lugar en el que resulta muy dificil vivir, porque esta gobernado por el miedo. En el mundo entero, vemos sufrimiento, colera, venganza, adicciones, violencia en las calles y una tremenda injusticia. Esto existe en diferentes niveles en los distintos paises del mundo, pero el miedo controla el sueno externo.

Si comparamos el sueno de la sociedad humana con la descripcion del infierno que las distintas religiones de todo el mundo han divulgado, descubrimos que son exactamente iguales. Las religiones dicen que el infierno es un lugar de castigo, de miedo, de dolor y de sufrimiento, un lugar donde el fuego te quema. Cada vez que sentimos emociones como la colera, los celos, la envidia o el odio, experimentamos un fuego que arde en nuestro interior. Vivimos en el sueno del infierno.

Si consideramos que el infierno es un estado de animo, entonces nos rodea por todas partes. Tal vez otras personas nos adviertan que si no hacemos lo que ellas dicen que deberiamos hacer, iremos al infierno. Pero ya estamos en el infierno, incluso la gente que nos dice eso. Ningun ser humano puede condenar a otro al infierno, porque ya estamos en el. Es cierto que los demas pueden llevarnos a un infierno todavia mas profundo, pero unicamente si nosotros se lo permitimos.

Cada ser humano, hombre o mujer, tiene su sueno personal, que, al igual que ocurre con el sueno de la sociedad, a menudo esta dirigido por el miedo. Aprendemos a sonar el infierno en nuestra propia vida, en nuestro sueno personal. El mismo miedo se manifiesta de distintas maneras en cada persona, por supuesto, pero todos sentimos colera, celos, odio, envidia y otras emociones negativas. Nuestro sueno personal tambien puede convertirse en una pesadilla permanente en la que sufrimos y vivimos en un estado de miedo constante. Sin embargo, no es necesario que nuestro sueno sea una pesadilla. Podemos disfrutar de un sueno agradable.

Toda la humanidad busca la verdad, la justicia y la belleza. Estamos inmersos en una busqueda eterna de la verdad porque solo creemos en las mentiras que hemos almacenado en nuestra mente. Buscamos la justicia porque en el sistema de creencias que tenemos no existe. Buscamos la belleza porque, por muy bella que sea una persona, no creemos que lo sea. Seguimos buscando y buscando cuando todo esta ya en nosotros. No hay ninguna verdad que encontrar. Dondequiera que miremos, todo lo que vemos es la verdad, pero debido a los acuerdos y las creencias que hemos almacenado en nuestra mente, no tenemos ojos para verla.

No vemos la verdad porque estamos ciegos. Lo que nos ciega son todas esas falsas creencias que tenemos en la mente. Necesitamos sentir que tenemos razon y que los demas estan equivocados. Confiamos en lo que creemos, y nuestras creencias nos invitan a sufrir. Es como si viviesemos en medio de una bruma que nos impide ver mas alla de nuestras propias narices. Vivimos en una bruma que ni tan siquiera es real. Es un sueno, nuestro sueno personal de la vida: lo que creemos, todos los conceptos que tenemos sobre lo que somos, todos los acuerdos a los que hemos llegado con los demas, con nosotros mismos e incluso con Dios.

Toda nuestra mente es una bruma que los toltecas llamaron mitote. Nuestra mente es un sueno en el que miles de personas hablan a la vez y nadie comprende a nadie. Esta es la condicion de la mente humana: un gran mitote, y asi es imposible ver lo que realmente somos. En la India lo llaman maya, que significa «ilusion». Es nuestro concepto de «Yo soy». Todo lo que creemos sobre nosotros mismos y el mundo, todos los conceptos y programas que tenemos en la mente, todo eso es el mitote. Nos resulta imposible ver quienes somos verdaderamente; nos resulta imposible ver que no somos libres.

Esta es la razon por la cual los seres humanos nos resistimos a la vida. Estar vivos es nuestro mayor miedo. No es la muerte; nuestro mayor miedo es arriesgarnos a vivir: correr el riesgo de estar vivos y de expresar lo que realmente somos. Hemos aprendido a vivir intentando satisfacer las exigencias de otras personas. Hemos aprendido a vivir segun los puntos de vista de los demas por miedo a no ser aceptados y de no ser lo suficientemente buenos para otras personas.

Durante el proceso de domesticacion, nos formamos una imagen mental de la perfeccion con el fin de tratar de ser lo suficientemente buenos. Creamos una imagen de como deberiamos ser para que los demas nos aceptaran. Intentamos complacer especialmente a las personas que nos aman, como papa y mama, nuestros hermanos y hermanas mayores, los sacerdotes y los profesores. Al tratar de ser lo suficientemente buenos para ellos, creamos una imagen de perfeccion, pero no encajamos en ella. Creamos esa imagen, pero no es una imagen real. Bajo ese punto de vista, nunca seremos perfectos. ?Nunca!

Como no somos perfectos, nos rechazamos a nosotros mismos. El grado de rechazo depende de lo efectivos que hayan sido los adultos para romper nuestra integridad. Tras la domesticacion, ya no se trata de que seamos lo suficientemente buenos para los demas. No somos lo bastante buenos para nosotros mismos porque no encajamos en nuestra propia imagen de perfeccion. Nos resulta imposible perdonarnos por no ser lo que deseariamos ser, o mejor dicho, por no ser quien creemos que deberiamos ser. No podemos perdonarnos por no ser perfectos.

Sabemos que no somos lo que creemos que deberiamos ser, de modo que nos sentimos falsos, frustrados y

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