alfombra.

Habia una cama antigua y una coleccion de cajas de sombreros del siglo diecinueve en un rincon. Daba la impresion de ser una habitacion muy femenina y antigua.

Pero otras cosas en la vida de Kat, como su coche deportivo y sus zapatos rojos de tacon alto, denotaban que tambien sabia ser moderna. Al morir June, las chicas se habian quedado sin un ejemplo de mujer a seguir. Kat hizo lo que pudo, pero la tarea era dificil. No sabia nada sobre educar a adolescentes y las dos muchachas eran unas curiosas insaciables.

Eran demasiado curiosas. Kat se coloco intencionadamente detras de la puerta del armario antes de quitarse la blusa de manga larga pero de nada le sirvio su estrategia. Noel y Angie se cambiaron de sitio para poder seguir mirandola.

No tenia nada de malo desnudarse delante de las chicas. Pero se dijo que unos hombres en un bar no mirarian a una mujer con mayor descaro que unas adolescentes.

Las pecas de sus hombros fueron juzgadas con la misma gravedad que las huellas de sus medias alrededor de la cintura. Kat se puso unos pantalones cortos blancos porque Noel observaba extranada sus bragas de encaje. Escogio una blusa ligera ya que hacia mucho calor, y se puso un sosten al ver que Angie estudiaba atentamente sus senos.

– Cuando tenga tu edad me gustaria tener una figura como la tuya -comento la chica.

– Gracias.

– Apuesto a que los hombres se te quedan mirando. Yo me moriria si un chico me mirara. Sobre todo ahi arriba.

Kat solo tuvo que mirar a Angie para recordar lo doloroso que era tener trece anos.

– Por suerte los chicos no estan interesados en una vieja de treinta y tres anos -murmuro.

– En realidad no eres tan mayor, ?verdad, Kat?

Kat se rio.

– Me temo que si.

– No te preocupes. Sigues siendo muy guapa -la tranquilizo Noel con aire condescendiente-. Tengo los muslos muy gordos; ?crees que deberia ponerme a regimen? ?Oh! ?Esto es maravilloso! ?De verdad te lo pones?

Kat tomo con delicadeza el camison de seda negra de manos de Noel y lo dejo en el armario detras de sus zapatos rojos.

– A veces. Y no, no creo que debas ponerte a regimen. Creo que estas bien asi.

– Estas son unas bragas francesas, ?verdad? ?Piensas que soy demasiado joven para llevar ropa como esta?

Kat noto que empezaba a dolerle la cabeza y a ponerse tensa. Tenia una opinion muy clara sobre lo que Noel debia o no llevar, pero habia una gran diferencia entre servir en ocasiones de figura materna y en entrometerse en la vida de la chica. La forma en la que Mick educaba a sus hijas era problema de el, no de Kat. No queria tener que verselas con su vecino…?pero cuanto tiempo mas toleraria ver que las chicas tenian que soportar la indiferencia y el descuido de Mick?

Trato de borrar a ese hombre de su mente, pero no le resulto facil. Las dos chicas la siguieron al cuarto de bano. Mientras se lavaba la cara, se interrumpian la una a la otra al hablar sin parar. ?Cual era el mejor remedio para el acne, que edad tenia Kat cuando se depilo las piernas por primera vez, a que hora la dejaban llegar sus padres cuando tenia quince anos? Cada pregunta denotaba que necesitaban a alguien que las guiara. Se pregunto como su padre podia estar tan ciego.

El cuarto de bano ejercia una especial fascinacion en las chicas. La banera de marmol negro y los azulejos color limon eran de otro siglo. A Angie le encantaba la antigua cadena del water. A Noel le gustaba tocar los cepillos de plata y el jabon de limon. Pero en ese momento estaban mas interesadas en charlar y en contemplar a Kat mientras convertia su elegante peinado en un mono descuidado. Cuando el tiempo era agradable, su largo pelo rojizo era el orgullo y la alegria de Kat, pero con ese calor a veces sentia la tentacion de raparse…

– Hoy lave toda la ropa -anuncio Angie.

– ?Y que? Yo aspire toda la casa y fregue el suelo de la cocina. Papa lo deja todo peor cuando intenta ayudar -confio Noel-. Los hombres son unos inutiles. Yo iba a ir de compras, pero se le olvido dejar el dinero.

Kat dejo el cepillo del pelo con fuerza en el tocador. Una semana antes, Angie le habia explicado como habia preparado una cena lamentable y escasa. Eso era bastante indignante, pero cuanto mas oia acerca de las tareas domesticas que pesaban sobre los hombros de las pobres criaturas, mas ganas tenia de estrangular a su vecino. Lo que la exasperaba mas era que las muchachas no se quejaban. Pensaban que su padre era una combinacion de galan de la pantalla y caballero andante.

– ?Crees que este perfume es demasiado fuerte para mi? -pregunto Noel.

– ?Cual, querida? -como la chica se habia probado de casi todos los frascos, el cuarto de bano empezo a oler como un burdel de lujo.

– Este. ?Crees que le parecera sexy a Johnny?

– Pues… -Kat se dirigio a la puerta con decision. En el piso de abajo podria poner la television para que se entretuvieran las chicas.

– ?Que es una ducha vaginal, Kat?

Kat se detuvo en seco en el primer escalon.

Angie, encogiendose hacia adelante para ocultar sus senos incipientes, repitio con paciencia:

– ?Que es una ducha vaginal?

– Ya te he dicho lo que es -intervino su hermana irritada-. Se lo dije hace mucho tiempo-agrego, dirigiendose a Kat.

– Si… y tambien me dijiste que si besaba a un chico adquiriria el Sida. Yo te vi besando a Johnny y no tienes Sida. Ademas, no me agrada en absoluto besar a ningun chico. Solo quiero saber lo que es una ducha vaginal.

– Pues, es… -Kat se aclaro la garganta.

?Bien? '?Como vas a contestar a esta pregunta?', se burlo de ella una vocecilla interior. La cuestion era que no sabia como explicar lo que era una ducha vaginal… y solo Dios sabia que clase de educacion sexual les habia dado Mick Larson a sus hijas. Maldicion…

– Te contestare en cuanto haya servido la limonada abajo. ?De acuerdo? Me muero de sed.

– No te preocupes, Kat -dijo Noel y se volvio hacia su hermana menor-. Te he dicho un millon de veces que no molestes a Kathryn haciendole ese tipo de preguntas. Todo lo que tienes que hacer es consultarme a mi.

– Pues te consulte y todavia no estoy segura de lo que es.

– Cuando una mujer llega a cierta edad, sabe estas cosas de manera automatica, ?verdad, Kat? -luego se dirigio otra vez a Angie-: Ya te lo dije. Una ducha vaginal es una especie de tampon -vacilo-. Creo.

El dolor de cabeza que tenia Kat se estaba haciendo cada vez mas intenso.

– Ya hablaremos de ello, ?de acuerdo! En cuanto sirva la limonada -indico Kat, procurando parecer despreocupada.

Alrededor de medianoche, Kat renuncio a intentar dormir y fue hacia el porche de su casa con una copa de jerez. Todavia hacia calor. La luz de la luna se filtraba entre las ramas de los cipreses al otro lado del patio. Las luciernagas dibujaban sus trazos luminosos en las rosas silvestres. Del jardin se desprendia un aroma denso y calido.

Apoyada en la barandilla del porche, Kat le dio un sorbo a su jerez e hizo una mueca. Se dijo que no habia nada mas dulce y empalagoso que el jerez. A veces le gustaba tomarse un vaso de buen vino. Pero siempre se le olvidaba comprarlo.

Como una nina que debe tomarse su medicina, le dio otro trago al licor. Esperaba que el vino la adormilara. Pero no daba resultado. Contaba con que el aire fresco la relajara. Pero tampoco funciono. Scarlett OHara, la de Lo que el Viento se llevo, hubiera disfrutado de una noche como esa con la luna creciente, los aromas de la madreselva y las rosas silvestres. Pero el amor era algo prohibido para Kat. Normalmente tenia la suficiente fuerza de voluntad para escapar de las ataduras y las complicaciones sentimentales.

Pero su fuerza de voluntad no le bastaba para dejar de preocuparse por sus vecinitas.

Le dio otro sorbo a la 'medicina', pero de repente no la pudo tragar. En el patio de al lado, oyo como se cerraba una puerta. Hacia varias horas que las luces estaban apagadas en la casa de los Larson. Pero alguien estaba levantado.

Вы читаете Ola de Calor
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×