– ?No? ?Por que?

– Porque tu no me quieres. No sabes nada de mi.

– Se quien eres. Se que eres la persona mas valiente que he conocido nunca.

– Una pena, pero eso no es amor. Si muriese manana, ?te pondrias a llorar?

– Yo no lloro -contesto Hamish.

– Es verdad. Tu no lloras.

– Susie, yo no soy sentimental.

– Pero yo si. Y no me gustaria casarme con un hombre que no lo fuera. Tu no me conoces, Hamish, no sabes nada de mi. Y ahora, si no te importa, me voy a la cama.

– Susie, por favor, piensalo. Seria lo mas sensato.

– No, seria condenarme a la soledad durante el resto de mi vida. Y yo creo que merezco algo mas que eso.

Capitulo 11

?Estaba loca?

Susie, en la cama, no dejaba de recordar la conversacion.

El hombre del que estaba enamorada le habia pedido que se casara con el.

Una mujer valiente habria aceptado… y lo habria domado, como habia que domar a tantos hombres para que supieran lo que era el amor de verdad. Deberia casarse con el y hacer las preguntas despues.

Pero no podia hacerlo.

– No puedo ensanchar mi corazon ni un poquito mas.

El corazon podia ensancharse hasta cierto punto. Y despues de ese punto, se rompia.

Susie queria llorar, pero las lagrimas no aparecian. Por primera vez en mucho tiempo, era incapaz de derramar una sola lagrima.

Romper su compromiso con Marcia habia sido mucho mas facil de lo que esperaba. Lo unico que habia molestado a su ex prometida era haber ido hasta Australia para nada.

Hamish se tumbo en la cama y miro el techo, pensativo.

Entonces sono su movil.

A las tres de la manana. ?Habria ocurrido algo en la oficina?

– ?Si?

– Se supone que no deberias estar trabajando -era Jodie, su secretaria.

– No estoy trabajando -rio Hamish.

– ?Sigues en Australia?

– Si, aqui estoy. ?Y por que me tuteas? Antes solias llamarme senor Douglas.

– Pero ya no soy tu secretaria. Llamo como amiga.

– Jodie, son las tres de la manana.

– ?Desde cuando necesitas dormir?

– No estaba durmiendo.

– Acabo de ver una fotografia tuya. La chica es guapisima y el bebe me encanta…

– ?Donde has visto una fotografia mia?

– En una revista. Estabas en la playa…

– ?Los americanos! -exclamo Hamish, riendo-. Pero bueno, ?para que me llamas?

– Es que estoy embarazada. Y soy muy feliz. Tan feliz que me preocupo por toda la gente a la que quiero.

– No tienes que preocuparte por mi.

– Si acabas con la chica de la playa, seguro que no.

Hamish dejo escapar un suspiro.

– No quiere casarse conmigo, Jodie.

– ?Te has enamorado? ?Hamish! No le habras dicho que vais a vivir en tu horrible duplex de Manhattan, ?verdad?

– ?Que tiene de malo mi duplex?

– ?Esta pintado de gris, por el amor de Dios! Y los muebles son de metal.

– Pero es mi casa. Ademas, yo trabajo en Manhattan…

– Pues yo trabajo ahora como secretaria temporal en la iglesia que Nick esta restaurando y me pagan una miseria, pero soy inmensamente feliz.

– Me alegro por ti, pero…

– No te pongas estirado, Hamish.

– ?Senor Douglas!

– Ah, cuanto me alegro de haber llamado. Veo que estas colgadito por ella. Nick me dijo que iba a meterme donde no me llamaban, pero yo queria saber… Volvere a llamarte en un par de dias, para ver si has logrado convencerla. No te pongas estirado… y no le hables de vivir en tu horrible duplex.

Hamish no podia dormir. A las cinco de la manana se levanto y salio a dar una vuelta para aclararse la cabeza. Llamando a Taffy. No sabia por que le parecia tan importante encontrarlo. Pero lo era. Era mas importante que nada que hubiese hecho en toda su vida.

– ?Taffy!

Si pudiese encontrarlo…

– ?Taffy?

Una parte de el se negaba a aceptar que el cachorrito hubiese muerto. Y no iba a rendirse, decidio. Lo encontraria. Por Susie.

Lo busco durante horas, pero no encontro. Era mas logico. Y no se podia luchar contra la logica. Cuando volvio al castillo, Jake y Kirsty ya estaban alli, esperando a Susie.

– No lo has encontrado -dijo ella.

Sabia lo que habia estado haciendo. Tampoco ella era logica.

– No. Susie…

– Hamish, ?puedes ayudar a Jake a meter las maletas en el coche? -le pregunto Kirsty.

– Si, si… voy enseguida. Susie, tenemos que hablar.

– Anoche dijimos todo lo que teniamos que decir, Hamish. Ahora tengo que irme. Pero te deseo toda la suerte del mundo.

No le dio un beso de despedida siquiera.

De modo que Hamish dio un paso atras y la dejo ir.

El castillo estaba vacio, horriblemente vacio. Marcia se habia marchado por la noche y Susie acababa de hacerlo. Un minuto antes estaba lleno de gente y ahora… el silencio era insoportable.

Hamish entro en la cocina, esperando encontrarse los platos del desayuno sin fregar, pero todo estaba impoluto. Penso entonces en la primera vez que habia visto a Susie en el jardin, en sus risas cuando estaban en la playa, en como lo convencio para que se pusiera una falda escocesa, en como le curo las manos…

No podia seguir alli, en aquel sitio. Decidio entonces ir a la playa. Quiza si nadaba un rato se olvidaria de todo. Tenia que hacerlo.

Bajo a la playa a paso rapido y, despues de quitarse la ropa, se lanzo al agua y empezo a nadar con todas sus fuerzas. Mientras nadaba vio un aguila haciendo circulos sobre su cabeza. Parecia estar vigilando algo… un pez muerto, quiza.

Hamish miro hacia las rocas y vio algo, un bulto. Si, tenia que ser un pez muerto. Pero nado hacia alli, por si acaso. Aunque no tenia esperanzas…

Вы читаете El Castillo del Amor
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×