inofensivo. Los quistes en el pecho son muy frecuentes, mucho mas que el cancer, y se parecen mucho. Hace falta una biopsia para distinguirlos.

– Entonces esto puede ser una perdida de tiempo. Si solo es un quiste, puedo irme a casa y olvidar la cuestion -dijo Anna esperanzada.

– Todavia no -contradijo Em-, porque puede que tu primera idea sea la correcta. Por tu edad, estas en un grupo de bajo riesgo, pero hay que descartar esa posibilidad.

– Pero no quiero saberlo -dijo Anna cubriendose la boca para no llorar-. Si es cancer… Quisiera estar bien por tanto tiempo como sea posible. Tengo tres hijos y quiero poder cuidarlos. Jonas me hizo venir, pero si es cancer, es preferible no saberlo.

– Ahi es precisamente donde te equivocas -dijo Em devolviendole la blusa y dandole un panuelo de papel. Cuando Anna se vistio, Em aparto el biombo para que Jonas pudiera participar en la conversacion-. Es mucho, muchisimo mejor saberlo.

– ?Por que? ?Para que me puedas quitar el pecho?

– Eso ya casi nunca se hace -gruno Jonas. No podia reprimirse y se levanto para abrazar a su hermana-. Has sido una estupida. ?Por que no me lo dijiste? Yo podia haber disipado tus temores.

– ?confirmando que puedo tener cancer? -sus ojos echaban chispas. Em penso que la pobre Anna estaba al limite-. Nadie esta disipando mis temores ahora.

– Yo puedo hacerlo -dijo Em en tono amable, pero firme. Anna no necesitaba falsas esperanzas ni que la tranquilizaran. Lo que necesitaba eran datos objetivos sientate, Anna.

Anna se sento, pero su expresion era la de un animal acorralado. No temia por ella misma, sino por los tres ninos pequenos que dependian de ella.

– Anna, tu hermano es cirujano. El puede asegurarte todo lo que te digo, pero quiero que me escuches. Primero: has venido muy pronto y el bulto esta muy bien definido. Eso quiere decir que puede ser un quistecito sin importancia, lo cual se puede confirmar con una biopsia, o, en el peor de los casos, un pequeno cancer que podemos extirpar. No puedo prometerte nada sin hacerte unas pruebas. Si, como sospecho, esta confinado a una pequena zona, aunque fuera cancer no tienes por que temer perder tu pecho.

– Pero yo quiero… -Anna resoplo antes de continuar-. Si es cancer, quiero que me lo quiten. Todo el pecho.

– Los cirujanos no extirpamos el pecho si no hay muy buenos motivos -dijo Em-. Aunque fuera cancer, con las tecnicas quirurgicas actuales no suele ser necesario. Solo se quita la parte afectada. Eso quiere decir que tendrias una cicatriz en un pecho y que seria algo mas pequeno que el otro.

– ?Eso es todo? -Anna parecia no creer nada-. ?Y que hay de la quimioterapia?

– Si es tan pronto como parece, tendrias un tratamiento de seis semanas de radioterapia para eliminar las celulas que pudieran quedar. Luego, el oncologo decidiria si necesitas quimioterapia o no.

– Pero…

– La tasa de supervivencia para un cancer incipiente es muy buena -dijo Em con firmeza-. Despues de la cirugia y la radioterapia es de mas de un noventa por ciento. Y no es la horrible experiencia que solia ser antes. Sinceramente, Anna, los peores efectos secundarios de la quimioterapia son la perdida de pelo y la fatiga que sientes mientras tu cuerpo recibe la medicacion. Y eso no es gran cosa -sonrio-. Tu y tu hermano sois tan atractivos, que un craneo brillante os haria parecerlo aun mas.

– Y yo me raparia la cabeza para hacerte compania -intervino Jonas, consiguiendo, al fin, que su hermana sonriera.

– No, no lo harias.

– Ya lo veras…

– Yo no quiero ser calva.

– Y no necesitas serlo -dijo Em-. El sistema sanitario de este pais te dara una peluca si la necesitas, sea cual sea tu nivel economico. Y las pelucas son estupendas -anadio, sonriendo. La tension iba disminuyendo-. ?Conoces a June Mathews?

– Si, claro -todo el mundo conocia a June, la administradora del pequeno centro comercial. Era una rubia despampanante. O, para decir verdad, era rubia hasta que se canso de serlo.

– June no se tine el pelo -la sonrisa de Em se hizo mas amplia-. Cuando se cansa de su peinado, se compra otro.

– ?Bromeas!

– No bromeo. A ella no le importa que yo se lo cuente a la gente que necesita saberlo, siempre y cuando les pida que no se lo cuenten a nadie mas. June tiene alopecia, es decir, perdida del cabello, y lleva peluca desde hace veinte anos.

– ?No me lo puedo creer! -Anna estaba muy sorprendida y, por un instante, dejo de pensar en su problema.

– Creeme. Y yo se que estaria encantada de ayudarte a escoger una peluca si fuera necesario. Le encanta comprarlas. ?Una vez me dijo que escogerlas le parece mas divertido que el sexo! -Anna parpadeo atonita y Em le dedico una sonrisa tranquilizadora-. Pero, Anna, estamos yendo demasiado deprisa. Como ya te dije, es muy posible que solo se trate de un quiste.

– Estaras bien, Anna -anadio Jonas en un tono que Em adivino lleno de emocion. Despues de todo, se trataba de su hermana pequena.

Em miro a Jonas y se percato de que el tambien esperaba que lo tranquilizaran. Queria datos objetivos. Como cirujano, era seguro que conocia las estadisticas, pero queria oirlas en voz alta.

Cancer era una palabra que asustaba, y la unica manera de conjurar el miedo era plantarle cara.

El estaba pidiendo ayuda y Em estuvo a punto de darle la mano. Su sonrisa desaparecio. Los dos hermanos tenian miedo de la misma cosa.

Anna respiro hondo y reunio fuerzas para decir:

– Si… si fuera cancer, se reproducira. Yo me morire. Mis hijos… Sam, Matt y Ruby… Ruby solo tiene cuatro anos. ?Quien velara por ellos?

– Anna, me he pasado las ultimas veinticuatro horas montando a caballito a tus tres monstruos -dijo Jonas en tono de victima-. Quiero mucho a tus hijos y, naturalmente, los cuidaria, pero mi espalda te estaria muy agradecida si nos dejaras que arreglemos las cosas para que vivas.

– Yo…

– Por favor, Anna.

Anna volvio a tomar aliento.

– No tengo otra opcion ?verdad?

– No la tenemos -repuso Jonas incorporandose en la silla. Se frotaba las manos una y otra vez. Habia estado sometido a una gran tension, preguntandose que era lo que le ocurria a su hermana. La respuesta le habia significado un cierto alivio, ya que habia diagnosticos mucho peores que el cancer de pecho-. Anna, yo adoro a tus hijos, pero seguro que estaran mejor con su mama que con su tio Jonas -sonrio de una manera tan atractiva que Em sintio que su interior se revolucionaba. ?Que estupidez! Tenia que hacer un esfuerzo por concentrarse en lo que el estaba diciendo-. Estoy dispuesto a quedarme en Bay Beach mientras me necesites. Y tengo la impresion de que a la doctora Mainwaring tambien le vendria bien un poco de ayuda. ?Y que puede hacer un hombre con dos mujeres desvalidas, sino quedarse? -pregunto sonriendo de nuevo-. Asi que vamos a organizar lo de las pruebas y a ponemos en marcha, por favor.

Anna alzo la vista y miro con dureza a su hermano. Luego se volvio hacia Em. Su expresion demostraba un poco menos de miedo. La decision mas dificil ya estaba tomada.

– Si, -dijo por fin, con una sonrisa casi tan amplia como la de su hermano.

– Entonces, manos a la obra -repuso Em, y comenzo a marcar un numero de telefono.

CAPITULO 2

LA LUZ del atardecer desperto a Em. Lo que sentia era algo tan novedoso que, por un momento, penso que estaba sonando. Poco a poco fue recordando lo sucedido por la manana y la invadieron sentimientos muy

Вы читаете El hijo de la doctora
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×