– Sabe, las ranas se mueren.

– Me dijo que podria curarla.

– Eso dije. Y asi es -se volvio hacia Angela-. ?Puedes llevar a tu amiga para que le curen la mano?

– Despues de que cure a Lionel.

– Sabe… no me gusta ser pesado, pero solo es una rana.

– Curela -dijo ella. Empezaba a dolerle la mano, y la tension de la ultima media hora comenzaba a pasarle factura. Claro que Lionel era solo una rana, pero significaba mucho para Sam. Lionel habia conseguido que el chiquillo se interesara en algo, por primera vez desde la muerte de sus padres, y eso era muy importante-. Curela -dijo de nuevo. Y Jackson la miro confuso. Lo que vio en su rostro, no lo ayudo.

– De acuerdo, senorita Farr, entiendo que su rana sea muy importante -acerco la mano y le acaricio la mejilla-. Pero usted tambien lo es. Si no va a que le vean la mano ahora mismo, la curare yo. Y despues curare a la rana.

– La rana primero.

– Su mano primero -dijo el, con un tono que no admitia discusion-. Lionel no esta manchando la moqueta de sangre. Asi que sientese y deje que la cuiden. ?Ahora!

Era una sensacion muy extrana.

Dejar que la cuidaran… ?Cuando habia sido la ultima vez que la habian cuidado? Desde que murio su hermana, ella habia sido la que habia tenido que cuidar a Sam, y la sensacion de que alguien cuidara de ella, le resultaba muy extrana.

– No es una herida profunda -ignorando sus protestas, Jackson miro la herida que ella tenia en los nudillos-. Estoy seguro de que no necesita puntos.

Mando a Angela a la farmacia mas cercana para que comprara un antiseptico, gasas, esparadrapo y una pequena tablilla. Cuando regreso, se quedo a observar.

Las mujeres de la limpieza y Sophia Cincotta se habian marchado, pero Trevor y el abogado de Jackson seguian alli. Ambos, mirando con desaprobacion.

Molly hizo caso omiso. Permanecio sentada mientras el hombre de mirada amable se arrodillaba junto a ella, le examinaba la herida y se la cubria con una gasa. Era emocionante. Era…

Molly no sabia que era lo que sentia. El hombre que tenia delante causaba sensacion entre las mujeres, y ella comprendia por que. Bastaba con que el la tocara para que…

– Ya esta -Jackson la miro y sonrio. Molly sintio que le daba un vuelco el corazon.

– Si. Gracias. Ahora…

– Ahora la rana -dijo el sin dejar de sonreir.

Angela le tendio la caja donde habian guardado a Lionel y miro a su amiga. Le parecia extrano que estuviera tan acelerada.

Pero Molly no se fijaba en nadie mas que en Jackson. El la habia cautivado. Jackson coloco a Lionel en la mano que Molly tenia sana y comenzo a hacer lo que le habia prometido. Corto una pequena tablilla y la vendo contra el anca de la rana para que no pudiera moverla.

– Es como si supiera que la esta ayudando -dijo Molly, y Jackson la miro con curiosidad.

– Si.

– ?Cuanto tiempo tendra que llevarla?

– Puede que un par de semanas. Se dara cuenta de cuando la tiene curada.

– No se como agradecerselo.

– Mi abogado le hizo dano -levanto la caja de Lionel y puso cara de aprobacion. Sam habia forrado la caja y habia preparado una cama de hojas para Lionel-. Es un buen centro de recuperacion -metio a Lionel y cerro la tapa-. Ya esta.

– Estupendo.

– Ahora usted. Se ha llevado un buen susto. ?Quiere que el senor Francis y yo la llevemos a casa?

Lo que le faltaba. Aquel hombre comenzaba a afectarla seriamente, y ella tenia que mantener una relacion estrictamente laboral con el.

– Gracias, pero estare bien.

– Le gustaria que la llevaran -intervino Angela, pero Molly la miro frunciendo el ceno y respiro hondo para mantener el control de la situacion.

– Lo vere manana, a las nueve -le dijo a Jackson. El la miro con cierta confusion.

– ?Con acompanante?

– Sin duda, con acompanante.

El sonrio y le acaricio la mejilla.

– Muy inteligente. De acuerdo, senorita Farr. La vere manana, a las nueve. Cuidese la mano. Y a la rana.

Tras esas palabras, salio de alli, y todos lo siguieron con la mirada.

– Molly, ?puedo ir? Por favor, ?puedo ir contigo? Necesitaras ayuda, y yo puedo ayudarte. No te molestare para nada -Jackson acababa de salir cuando Angela se agarro al brazo de Molly para suplicarle-. Sere una buena acompanante.

– Gracias, pero ya me buscare a mi acompanante -Molly trato de sonreir.

– Tengo que ir contigo -le dijo Trevor-. La agencia inmobiliaria es mia.

Quiza fuera asi, pero no lo parecia. La empresa familiar habia acabado en manos del tercer Trevor Farr, y bajo su inexperta forma de direccion tenia todo el aspecto de llegar a la quiebra. El padre de Trevor habia hablado con Molly en el funeral de su hermana y la habia convencido para que le diera una oportunidad a la agencia.

– Si necesitas un trabajo en la ciudad, te estaria agradecido si te incorporaras a la empresa familiar. Trabaja con Trevor durante una temporada, hasta que te acostumbres a la ciudad. El puede ensenarte como esta el mercado, y sin duda, aprendera muchas cosas de ti. Eres la mejor.

Hasta entonces, ella se habia dedicado a vender granjas desde la agencia que tenia en la costa. Vender propiedades en la ciudad, era algo muy distinto, y su primo no le facilitaba las cosas. Era una persona debil e ineficiente y, desde un principio, estaba molesto porque ella fuera tan competente.

– Puedo arreglarmelas sola -le dijo Molly a Trevor-. Tengo la sensacion de que el senor Baird no quiere que el senor Francis ni tu participeis en esto, y si lo que queremos es vender… ?Cuanto has dicho que pide la senora Copeland por el lugar?

Trevor trago saliva.

– Tres millones -Molly se quedo boquiabierta. «Tres millones. Guau», penso.

– No lo estropees.

– No lo hare.

– ?Tienes a alguien respetable que pueda acompanarte? -puede que Trevor fuera un tarugo, pero no era completamente estupido y sabia que tendria que dar la cara ante su padre-. Ese hombre tiene fama de ser un donjuan. Angela no es la persona adecuada,

– Desde luego que Angela no es la adecuada -dijo Molly, y le guino un ojo a su amiga.

– ?Tienes a alguien en mente?

– Asi es.

Trevor la miro, sorprendido por su falta de comunicacion.

– Entonces, supongo que estaras bien.

– Supongo que si.

– ?No te duele mucho la mano como para seguir trabajando? Sera mejor que empieces si es que quieres tener preparado el Articulo Treinta y dos.

– Lo hare ahora mismo -doblo los dedos y puso una mueca de dolor, pero Trevor era la unica persona alli que podria ayudarla con esos papeles, y la ayuda de Trevor era lo ultimo que deseaba-. De acuerdo -dijo ella-. Vamos a venderle una granja al senor Baird.

Capitulo 2

Menos mal que Lionel no habia muerto.

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