Pero la bomba no tenia que estallar cuando lo hizo.

El plan era que Henry la llevara fuera de la habitacion dentro de su zapatilla. Le daba miedo llevarla en la mano y la zapatilla seria un medio seguro para transportarla. Sus bombas eran unas bolas hechas a mano, llenas de cerillas y petardos, disenadas para explotar cuando chocaran contra el suelo. Asi que sabian lo peligrosas que eran.

Despues de llevarla fuera cuidadosamente, el plan era dejarla sobre la valla que separaba el hogar numero tres de la casa de los vecinos.

Eran las ocho de la noche, la hora a la que acababan las noticias de la tele. Despues de lo cual, los vecinos, Helmut y Valda Cole, dejaban que su perro saliera a dar un paseo.

Pansy, un caniche, nunca iba mas alla de unos metros, asi que no habia peligro de hacerle dano. Pero se asustaria con la bomba y el senor y la senora Cole perderian los estribos. ?Que era lo mas interesante de todo aquello!.

A Henry y a William les caian mal los senores Cole, ya que sabian lo que pensaban de ellos y del resto de huerfanos. El matrimonio habia hecho una peticion para que todos los orfanatos se pusieran juntos. “Para juntar todos los problemas en un unico lugar”. El matrimonio era desagradable incluso con Erin, lo cual era impensable.

Henry y William no siempre hacian lo que Erin queria, pero ella era quien les daba los mejores abrazos de todo el personal del orfanato. E incluso cuando hacian las peores gamberradas, ella simplemente daba un suspiro, se pasaba la mano por el pelo y les decia: “?Que voy a hacer con vosotros, gamberros?”.

Ademas, el caniche Pansy solia ladrar tanto que despertaba muchas noches al bebe, y una vez que Henry metio la mano a traves de la valla, solo para decirle hola, le habia mordido.

Por lo tanto, tenian que deshacerse del matrimonio Cole antes de que Erin se enfadara mas, o antes de que Pansy mordiera a otra persona. Y la unica manera de que se marcharan era que pensaran que su caniche estaba en peligro. Y por eso lo de la bomba, el artefacto que habian aprendido a construir en el colegio, espiando a los chicos mayores.

Pero entonces…

Bien, Henry estaba metiendo la bomba en la zapatilla que estaba sujetando William. Pero, como no cabia bien, Henry se puso nerviosos y la zapatilla se le resbalo.

La bola llena de cerillas y petardos cayo pesadamente al suelo y se enrollo en la cortina que habia al lado de la cama.

Henry y William se miraron horrorizados y se fueron a refugiar bajo la cama.

La explosion hizo vibrar toda la casa. Las luces se encendieron inmediatamente, accionadas por la alarma y se oyo como se rompia un cristal del balcon. El olor a humo entro en la cocina y salto la alarma de incendios del pasillo.

El hogar numero tres del orfanato de Bay Beach estaba en llamas.

Matt, que iba en su camioneta, con la ventanilla bajada, oyo la alarma de incendios, pero penso que seguramente no seria nada. El detector que tenia en casa saltaba cada vez que se le quemaba una tostada, cosa que, por otra parte, le sucedia a menudo.

Luego se fijo en que la casa donde parecia haberse disparado la alarma era uno de los hogares el orfanato de Bay Beach y, al ver las llamas, piso el freno en seco.

Dejo el motor en marcha y echo a correr hacia la casa.

– Sujeta al bebe.

Matt ya conocia de antes a Erin Douglas. Caro que la conocia. Todos en Bay Beach la conocian y el habia ido con ella, ademas, a la escuela.

Pero no eran amigos Erin era tres anos mas joven que Matt y quiza este seguia teniendola por la chica mandona y descarada que habia conocido en el colegio. Despues, ya de mayores, habian coincidido en algun baile, pero ella no era su tipo.

Sin embargo, esos no le impedia apreciarla. Tenia un cuerpo bonito, con una piel clara luminosa, el pelo rubio y unos enormes ojos azules. Siempre habia tenido admiradores. Era, definitivamente, una mujer muy atractiva, decidio. Pero tambien era un poco…bueno, tonta. En el colegio, siempre estaba burlandose de todo y especialmente de el.

Matt gozaba de una buena posicion y su familia descendia de la aristocracia. Normalmente eso le daba ventaja con las mujeres, pero con Erin era mas bien al contrario.

Por otra parte, ella siempre iba sin arreglar. NO le importaba ir despeinada y su maquillaje era siempre escaso, como si se lo hubiera puesto a toda prisa. Si, sabia que las chicas que trabajaban en los hogares eran asi, ya que tenian muy poco tiempo para si mismas, pero Erin resultaria una chica muy guapa si se arreglara un poco mas.

Siempre llevaba vestidos de brillantes colores, que le llegaban por la pantorrilla. Parecian hechos por ella misma. Se lo habia dicho Charlotte y el se daba cuenta de que era verdad.

La ultima vez que la habia visto habia sido en una fiesta del colegio de la localidad. Uno de los ninos a los que cuidaba le habia pintado la cara como si fuera una mariposa; sus ojos azules estaban rodeados por dos enormes y coloridas alas.

Charlotte y el se habian mirado horrorizados. No, definitivamente no era su tipo. No tenia la educacion y elegancia de sus amigas. No se parecia a su madre, ni a Charlotte.

Y en ese momento…bueno, no le importaba su aspecto, pero parecia incluso mas desarreglada que otras veces. Cuando el llego al porche, ella salia por la puerta con un nino en brazos. La pequena no tendria mas de cuatro o cinco meses.

– Sujeta al bebe- fue todo lo que le dijo antes de dejarle el nino en brazos y meterse otra vez en la casa.

?Que podia hacer con el?, se pregunto, mirando indeciso al bebe. NO podia dejarlo en cualquier sitio, claro; ademas, en ese momento habia cosas mas urgentes que hacer que estar sujetando a un nino.

Alguien se asomo a la valla. Era normal, la explosion se habria oido en varios bloques, y Valda Cole normalmente se enteraba de todo lo que pasaba a su alrededor. Matt normalmente evitaba a Valda como si fuera la peste, pero en ese momento, con el bebe en brazos, casi se alegro de verla.

– Sujete al nino y llame a los bomberos- le ordeno, dejandole al bebe antes de que pudiera protestar. Y llame tambien a la policia y pida que manden una ambulancia. Rapido.

Y entonces se metio en la casa.

Erin habia encontrado a Tess y a Michael.

Los ninos se habian despertado y fueron tambaleandose hacia la puerta en medi del humo. Erin les agarro de la mano. Con cinco anos y muy asustada, Tess salio al pasillo oscuro. Erin, sin soltar a Michael, levanto en brazos a Tess y salio con ellos.

El humo era tan espeso que Erin apenas podia ver nada, y los ojos le picaban mucho.

– ?Henry, William!.

No hubo respuesta. Las ranuras e ventilacion estaban colocadas encima de las puertas de los dormitorios, y del de Henry y William parecia salir mucho humo. Pero no podia entrar en ese momento, ya que tenia que sacar primero a Tess y a Michael.

Justo entonces se choco con Matt en el vestibulo.

En aquella ocasion, Erin si noto su presencia. Necesitaba ayuda, cualquier tipo de ayuda, y sabia lo suficiente de Mathew Mckay como para saber que podia prestarsela.

– Matt, estos dos estan bien, pero los gemelos estan todavia dentro- empujo a los ninos que llevaba de la mano hacia delante y se atraganto con una bocanada de humo. Sacalos.

Matt los saco a todos fuera. Luego agarro a Erin del brazo, sin decir nada, y la saco cuando ella intento entrar de nuevo. En el porche, Erin trato d tomar aire para poder hablar.

El panico que sentia estaba a punto de bloquearla.

El humo era muy denso, casi impenetrable, y se fijo en las llamas que salian por una de las ventanas. Era, decididamente, la habitacion de los gemelos.

– ?Dios, los gemelos!- exclamo, casi sin voz.

El humo que habia tragado hacia que le dolieran los pulmones cada vez que respiraba.

– ?Cuantos mas hay dentro?- le pregunto Matt con voz autoritaria. Dime cuantos son y donde estan.

Вы читаете Unos Invitados Muy Especiales
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×