La mujer sonrio. Tenia el pelo rubio y corto y la clase de cuerpo que aparecia en las revistas de musculacion, y que el pantalon corto tipo ciclista y la camiseta que llevaba dibujaban a la perfeccion.

– Soy Pepper, tu terapeuta. ?Como te encuentras?

La voz de Pepper era tan alegre como su sonrisa. Cathy contuvo la nausea.

– Genial.

Pepper se sento en la escalera, a los pies de Cathy.

– Pues esa no es la impresion que me da a mi. Pareces cansada. ?Es que no has dormido bien?

– No demasiado -admitio Cathy. Los calmantes la habian ayudado, pero no habia conseguido dormir bien. Tenia demasiadas cosas en la cabeza: el trabajo, o mas bien la posible carencia de el, la operacion, la rehabilitacion, Stone…

– Los primeros dias son los peores -dijo Pepper-. Tu cuerpo tiene que recuperarse de la agresion que supone la herida y la operacion. Exteriormente te curaras con rapidez, pero no olvides que el cuerpo tarda un ano en recuperarse completamente de cualquier operacion, asi que no te exijas demasiado. Si te sientes cansada, duermete un rato. Intenta no agobiarte demasiado.

Quizas pudiera conseguirlo.

– ?Y que es exactamente lo que vas a hacer conmigo?

– Un par de cosas. Vamos a trabajar con tu pierna para asegurarnos de que no pierdes demasiado tono muscular. Voy a ensenarte unos cuantos ejercicios para fortalecer los musculos de la rodilla. Teniendolos mas fuertes, conseguiras una mayor estabilidad en la zona mientras cicatriza. En segundo lugar, vamos a trabajar en tu tecnica con las muletas. Hay mucha gente que se maneja fatal con ellas. Hace falta mucha fuerza en el tronco, equilibrio y practica, por supuesto. Me asegurare de que no te hagas dano mientras tengas que usarlas. Te dare tambien algun masaje para ayudar a los musculos -toco un punto por encima del seno izquierdo-. Te duele aqui, ?verdad? Y en los hombros tambien, ?no?

– Si. Intento cambiar de postura cuando uso las muletas, pero no consigo nada.

– Intentaremos minimizar tu sufrimiento en una situacion que ya de por si es muy incomoda -se levanto y miro a su alrededor-. El ama de llaves ha sugerido que trabajemos aqui. A mi me parece lo suficiente intimo. ?Que opinas?

Cathy siguio la direccion de su mirada. Frente a ellas, una magnifica vista del oceano, y a cada lado, altos setos protegian aquella parte del jardin de la curiosidad de los vecinos. A su espalda quedaba la casa, y Ula y Stone no encontrarian nada interesante en aquella sesion; pero la verdadera razon era que la unica otra alternativa era volver a subir a la habitacion, y no se sentia con fuerzas para ello.

– Estaremos bien aqui -dijo. Ojala sintiera un poco mas de entusiasmo por todo aquello.

– Estupendo, voy por mis cosas.

Sus cosas consistian en una mesa portatil lo bastante grande para que Cathy se tumbara en ella, junto con unas bandas elasticas y un pequeno maletin. En cuestion de minutos, tenia la mesa abierta y una sabana limpia extendida sobre la superficie de plastico.

– Subete -le dijo, dando una palmada en la sabana.

Cathy se puso de pie como pudo, tomo las muletas y se acerco con dificultad hacia ella. Pepper se adelanto para ayudarla.

– Tienen mal regulada la altura. Deberian revisar esas cosas, pero no te preocupes, que yo lo arreglare. Pero primero veamos esa pierna.

Y la ayudo a subirse en la mesa. Cathy se sorprendio de sentir la fuerza que tenia, y su mirada de sorpresa la hizo reir.

– Ya se que mi talla engana -dijo ella-. Soy fuerte. Creci con cinco hermanos, asi que o me fortalecia, o me ganaban siempre que peleabamos. Decidi aprender a dar patadas. Aprendi a boxear, y a pesar de que mis hermanos son todos bien grandes, consegui hacerles huir.

Hizo que Cathy se tumbara y probo con ella toda una serie de estiramientos. Pepper tomo notas en una libreta.

– ?Haces ejercicio? -pregunto.

– La verdad es que no -los pantalones de chandal sueltos que llevaba ya debian haber contestado por si solos la pregunta-. He intentado empezar con un programa de ejercicios varias veces, pero nunca los he terminado. Ahora no se que hacer.

– Ya veras como conseguimos ponerte en forma en un abrir y cerrar de ojos -prometio Pepper-. Dentro de unos meses, ni siquiera recordaras que te han operado.

– ?Hay algo que yo pueda hacer mientras tanto? -pregunto, recordandose que aquella era la oportunidad perfecta para los cambios en su vida-. Ula me sugirio que te preguntase al respecto.

– Claro. Hay varios ejercicios aerobicos que pueden hacer personas sentadas en silla de ruedas. Podrias hacer unos cuantos -Pepper arrugo su naricilla-. Te preparare algo para el proximo dia.

– Estupendo. Gracias.

– Para eso estoy aqui. Ahora vamos a trabajar con esa pierna.

Pepper le hizo realizar unos cuantos ejercicios y mas estiramientos. Cuando la pierna le dolia y ya no pudieron continuar, siguieron con la parte superior del cuerpo. Cathy aprendio a estirar los musculos contraidos por las muletas, asi como a fomentar la fuerza del tronco. Apenas podia levantar un peso de ocho kilos, pero no se dejo desanimar. Al final estaba haciendo algo, y viendo el brazo bien definido de Pepper, se pregunto si eso seria posible para ella.

Cuando terminaron, Pepper aplico calor a su cuello y a la parte superior de la espalda.

– Ahora, relajate. Empezaremos con la sesion de muletas, y para cuando acabemos, correras con ellas como una profesional.

– No me imagino a mi misma corriendo con ellas, pero si me gustaria poder manejarlas con mas facilidad.

Pepper miro a la casa.

– Ya me lo imagino. Debe haber cientos de escaleras dentro.

– No lo se.

La terapeuta la miro sorprendida.

– Pero tu vives aqui, ?no?

Cathy se volvio boca abajo con la almohadilla de calor en la espalda.

– No. Yo soy…

Pero no encontro las palabras. ?Que era ella, exactamente? ?Amiga de la familia? ?Companera de trabajo? ?Que?

– El senor Ward y yo tenemos una relacion profesional -dijo al final-. No tengo familia, y cuando supo lo que ocurrio en el incendio, me ofrecio quedarme en su casa hasta que me recuperase.

– Un buen trabajo, entonces -dijo Pepper con cierta envidia-. Imaginate: conocer en persona a Stone Ward. He leido sobre el, por supuesto. Esta casa es increible. ?Como es el en persona?

Cathy dudo, no solo porque no sabia que decir, sino porque respetaba la intimidad de Stone.

– Es un hombre muy celoso de su intimidad, pero una buena persona. No nos conocemos a fondo.

Eso era cierto, y todo lo ocurrido solo habia servido para confundirle. Queria que su relacion fuese diferente, pero no sabria decir en que. Solo sabia que echaba de menos la regularidad de sus vidas de antes… cuando podia contar con hablar con el todos los dias a medianoche.

Lo echaba de menos. Estaban en la misma casa y lo echaba de menos. Que locura.

Pepper toco la almohadilla.

– Dejaremos esto otros cinco minutos mas y luego empezaremos con la leccion.

Cathy sonrio.

– Gracias.

Stone estaba junto a la ventana, observando. Aunque sabia que no tenia derecho a espiar a Cathy, no habia sido capaz de apartarse del cristal. La terapeuta parecia una profesional capaz, pero apenas la habia mirado. Toda su atencion estaba puesta en su invitada.

La vio evolucionar por el patio con paso lento e inseguro. La terapeuta la hizo pararse y ajusto la altura de las muletas. Cathy pudo erguirse un poco y parecio ganar estabilidad.

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