Reid durante sus entrevistas -volvio a sentirse furiosa-. ?Puedes creertelo? Alli mismo, en el despacho del bar. Es repugnante. El deberia estar buscando las mejores enfermeras, no acostandose con ellas. ?Tiene cerebro o es una leyenda? ?Todos los hombres son asi? ?Todos aspiran a ser como el? A mi me parece que es una pesadilla en muchos sentidos.

– Te molesta que se acostara con ellas y no contigo -Madeline ni siquiera parpadeo.

– ?Ni hablar! No me acostaria con el aunque… -trago saliva-. Mas que molesta, me siento humillada. No soy como ellas ni lo sere jamas. Los hombres como Reid ni siquiera ven a las mujeres como yo, lo cual no me importa. No quiero un hombre como el.

– No es verdad -le contradijo su hermana con delicadeza-. Quieres uno exactamente como el.

– Me estoy ocupando de ese asunto -Lori fruncio el ceno-. Acabare con el.

– A lo mejor no deberias hacerlo.

– Por favor… Nunca le interesare, y yo no puedo aceptar como es por dentro. Es como el algodon de azucar. Si lo metes en agua, se disuelve.

– Pero te gusta.

– No. No me gusta. Lo desprecio. Solo tengo una reaccion fisica muy fuerte ante el. Eso no significa nada.

– Te equivocas. Nunca te habia pasado con otro hombre.

– Y nunca volvera a pasarme.

No saldria bien. Reid representaba todo lo que detestaba de un hombre y, ademas, era invisible para el. Tomo aliento.

– Lo despache. No le gusto.

– Se repondra. Ademas… -Madeline sonrio-. Los hombres son tontos cuando se trata de las mujeres. Puedes usarlo a tu favor.

Lori miro a su maravillosa hermana y supo que muchos hombres habian sido tontos por ella.

– Se me ocurrira una manera de lidiar con esto. Una manera de deshacerme de el.

– Sigo queriendo que busques la forma de que las cosas salgan bien. Te mereces una aventura y Reid parece el indicado.

Lori penso que su hermana era muy amable al pensar que tenia la posibilidad, pero antes de poder decir nada, llamaron a la puerta trasera.

– ?Dios mio! -exclamo Madeline mientras iba hacia el fondo de la cocina-. Ha venido.

– ?Que has hecho? -pregunto Lori con un nudo en el estomago.

Entonces la puerta se abrio y su madre entro en la cocina. Sonrio a sus dos hijas y levanto dos bolsas enormes.

– He traido comida china -dijo Evie Johnston-. Tendreis restos para unos dias.

– Estupendo, mama -dijo Madeline mientras dejaba las bolsas en la encimera y daba un beso a su madre-. Huele de maravilla. Tengo hambre.

– Perfecto. Creo que no comes lo suficiente -Evie sonrio a Lori-. ?Que tal estas?

– Bien.

Lori sonrio sin ganas mientras luchaba contra el fastidio y la sensacion de sobrar alli. Daba igual que fueran su casa y su familia. Cuando estaba con su madre y su hermana, no encajaba.

– Tienes buen aspecto -Evie miro a Madeline-. ?Descansas mucho? ?Haces lo que te ha dicho el medico?

– Estoy bien -Madeline se rio-. Me siento estupendamente. Lori me mantiene a raya.

– Tiene que hacerlo. Es enfermera. Hazle caso. Lori, tienes que cuidar mejor a tu hermana.

Lori paso por alto la critica y empezo a vaciar las bolsas de comida. Estaba acostumbrada a que su madre pensara que no estaba a la altura. Hacia anos, cuando ella decidio que iba a ser enfermera su madre se limito a decirle que nunca aprobaria el examen de enfermera titulada, y que lo pasaria mal vaciando cunas para vivir; que intentara ser esteticista.

Madeline y su madre siguieron hablando. Lori puso la mesa y dispuso la comida en el centro. Era la primera en reconocer que Evie habia tenido una vida dificil. Se caso joven, se quedo embarazada muy pronto y su marido se fue con otra antes de que Lori, su segunda y no deseada hija, naciera. Habia vivido toda su vida en una caravana y aceptado cualquier trabajo que le permitiera beber a espuertas. Lo unico brillante en su sombria vida habia sido tener una hija perfecta.

Madeline fue preciosa desde que nacio; aprendio a hablar y andar enseguida; era simpatica, encantadora y abierta con todo el mundo. Lori no fue nada de eso y su madre no se lo perdono.

Evie llevo los platos a la mesa.

– Lori, no deberias beber vino. Sabes que es malo para ti. Ademas, Madeline no puede beberlo y se siente incomoda al verlo.

Madeline agarro el vaso de vino y lo dejo en el sitio de Lori.

– Mama, no me importa. Lori trabaja mucho y si quiere un vaso de vino al final del dia, debe beberlo.

– No esta bien -insistio Evie con los labios apretados.

Lori no estaba segura de si su madre se preocupaba por Madeline o por si misma. Llevaba siete anos sin probar el alcohol.

– Lo retirare -Lori tapo la botella y volvio a guardarla en la nevera-. No la habria abierto si hubiera sabido que ibas a venir.

– A mi no me importa -Evie la miro-. No me importa estar cerca del alcohol.

– Entonces ?por que lo mencionas siempre?

– El alcohol es malo para ti.

– Eso ya lo has dicho. No creo que un vaso de vino signifique que tengo un problema.

– Asi se empieza.

– Tu lo sabes muy bien… -Lori giro el vaso.

– Efectivamente -replico Evie-. Crees que estoy criticandote, pero solo quiero ayudarte.

?Diciendole todo lo que hacia mal? Lori no lo dijo y vacio el vaso en el fregadero.

– Yo tomare te helado -intervino Madeline-. Esta manana hice una jarra. ?No os parece refrescante?

Lori hizo un esfuerzo por no salir corriendo. Su hermana intentaba por todos los medios poner paz en la familia y, aunque ella queria respetar sus deseos, habia demasiado mar de fondo entre Evie y ella.

– Lori estaba contandome su dia -comento Madeline mientras se sentaba-. Esta ocupandose de una anciana muy complicada y hoy tuvieron un rifirrafe.

– ?Que paso? -le pregunto Evie.

Lori resumio la actitud de Gloria en general y el enfrentamiento de esa tarde.

– Creo que va a intentar cambiar. Eso espero. Su familia lo intenta una y otra vez y ella los ahuyenta; que forma tan triste de vivir.

– ?Le has dicho que si cambia, tendra una segunda oportunidad? -le pregunto su madre mirandola fijamente.

Lori capto el peligroso derrotero de la conversacion, pero no sabia como cambiar de tema.

– Algo asi.

– No pense que creyeras en las segundas oportunidades ni en que la gente pueda cambiar…

Capitulo7

Reid se sentia mas cansado de lo que le habria gustado. Habia sido la conversacion con Lori y todo lo que esta le habia dicho. Si bien casi toda la perorata fue una sandez, algunas de sus frases dieron en la diana. Efectivamente, fue irreflexivo al acostarse con Sandy y Kristie durante las entrevistas, pero las dos se le abalanzaron. Las dos estaban deseandolo, el era libre, nadie estaba casado… Entonces ?cual era el inconveniente? Tampoco eran malas alternativas para cuidar a su abuela. Daba igual las vueltas que le diera para exculparse, toda la situacion era un poco… vulgar. Era, lo reconocia, un ejemplar repugnante de la especie humana.

Bajo a ver a la unica persona que se sumaria a su remordimiento; su abuela. Gloria estaba admirando un modesto anillo con un diamante en la mano izquierda de Sandy.

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