Lori no tuvo que volverse para saber quien estaba en la puerta de la cocina. Solo se habian visto una vez, en la entrevista. Durante los veinte minutos que duro, se dio cuenta de que podia sentirse irresistiblemente atraida por alguien a quien detestaba. Todo el estaba grabado a fuego en su cerebro, incluso el sonido de su voz. Por un instante, penso en hacerse una lobotomia.

Se preparo para recibir el impacto de aquellos ojos oscuros y perspicaces, de aquella cara tan guapa que a el mismo le producia timidez y de esa indolencia natural que deberia sacarla de sus casillas pero que hacia que se derritiera.

Reid Buchanan representaba todo lo que le disgustaba de un hombre. Todo habia sido facil para el y por eso nada tenia merito. La mujeres se arrojaban a sus brazos. Habia sido un gran jugador de beisbol, aunque a ella no le interesaba el deporte y no conocia todos los detalles. Ademas, nunca en su vida se habia fijado en una mujer tan corriente como ella.

– ?No tienes nada mejor que hacer que venir a incordiarme? -pregunto ella mientras se daba la vuelta.

Al verlo, dejo de respirar, por no decir nada de pensar.

– Incordiarte es un placer inesperado, pero no he venido por eso. Mi abuela vuelve hoy a casa.

– Lo se. Ya lo he preparado.

– Pense que debia pasar a visitarla.

– Estoy segura de que si ella hubiera sabido que ibas a venir a visitarla cuatro horas antes de que fuera a salir de aqui, se alegraria tanto que su recuperacion se pararia de golpe.

Paso de largo junto a el e intento pasar por alto que lo rozo con el brazo y lo abochornada que se sentia. Era lamentable.

– ?No va a salir despues de comer? -pregunto el mientras la seguia a la biblioteca.

– Desgraciadamente, no. Pero ha sido apasionante verle. Siento que no puedas quedarte.

El se apoyo en el marco de la puerta. Lo hacia a menudo. Debia de saber lo mucho que le favorecia, se dijo Lori con rabia. Seguro que lo ensayaba en su casa.

Sabia que Reid era superficial y que solo le interesaban las mujeres tan perfectas como el. Entonces, ?por que la atraia tanto? Ella era inteligente y deberia estar prevenida. Efectivamente, su cabeza lo sabia, el problema estaba en el resto del cuerpo. Era un arquetipo, era la tipica mujer inteligente de aspecto normal que perseguia lo inalcanzable. Seguro que en las librerias habia estanterias enteras con libros de autoayuda dedicados a su situacion.

– ?No tienes que marcharte? -pregunto ella.

– Por el momento, pero volvere.

– Esperare ansiosa.

– Seguro -el se quedo donde estaba.

– ?Que pasa? -pregunto ella-. ?Esperamos algo?

El esbozo una sonrisa tan sexy que a ella se le paro el pulso por un instante.

– No lees el periodico, ?verdad? -pregunto el.

– No. Por la manana voy a correr y oigo musica.

– Perfecto -el sonrio mas todavia-. Hasta luego.

– Puedes esperar a que venga la enfermera del turno de tarde. ?No te parece buena idea?

– Pero entonces no me verias y grunirme te alegra el dia. Adios, Lori.

Reid desaparecio.

– ?Eres la enfermera que va a ocuparse de Gloria Buchanan en su casa? -pregunto una mujer cuando estaba en la sala de enfermeras-. Como te compadezco…

Lori estaba mucho mas interesada en que su paciente volviera a su casa que en charlar con el personal de rehabilitacion, pero sabia que era importante reunir toda la informacion posible. Cuanto mas supiera, mejor podria planificarlo.

– ?Esta irascible por el dolor? -pregunto Lori-. Es muy normal. Su temperamento ira mejorando a medida que vaya curandose.

– No lo creo. Es mas que irascible -replico Vicki-. Se queja por todo. Detesta su habitacion, la comida, el tratamiento, el personal, las sabanas, la temperatura, el tiempo. Todos nos alegramos de que se vaya -Vicki se inclino hacia ella-. Si te ofrecen algun otro trabajo, aceptalo. Aunque te paguen menos. Creeme, hagas lo que hagas, nunca sera suficiente.

Lori estaba acostumbrada a pacientes desesperados por su situacion.

– Me apanare.

– ?La has conocido?

– No…

Lori tenia la costumbre de visitar a sus pacientes antes de llevarlos a casa. Preparar el camino y establecer una buena relacion solia facilitar la transicion. Sin embargo, las dos veces que habia pasado por el servicio de rehabilitacion para conocer a Gloria le habian dicho que la senora Buchanan no queria recibir visitas, ni con cita previa.

– Es tu entierro -Vicki sacudio la cabeza-. No has conocido a nadie como esa mujer. Pero tu sabras… He hecho copias de su informe medico. El doctor ya ha firmado el alta. El estaba tan contento de librarse de la senora Buchanan como todos los demas. El abogado de ella lo llamo dos veces y lo amenazo con retirarle el titulo de medico. Espero que le paguen mucho.

Efectivamente, por eso habia aceptado el trabajo. Estaba ahorrando para tomarse algunos meses libres el ano siguiente. Sin embargo, habria aceptado aunque no le hubieran pagado tanto; solo para demostrar que todo el mundo se equivocaba con Gloria Buchanan.

Lori tomo la carpeta.

– ?Esta mejorando con la fisioterapia?

– A juzgar por los alaridos -Vicki suspiro-, si, esta mejorando. Ayer le hicimos una radiografia de la cadera y parece que esta bien. El ataque al corazon fue leve y la obstruccion ha desaparecido. Con la nueva medicacion deberia vivir otros veinte anos: que Dios se apiade de nosotros.

Lori no sabia casi nada de Gloria, en el terreno personal. Habia investigado y se habia enterado de que enviudo cuando era joven. Puso un restaurante y, en una epoca en que las mujeres o se quedaban en sus casas o eran maestras, levanto un imperio. Su hijo unico murio a los treinta y pocos anos y su nuera fallecio en un accidente de coche unos anos despues. Pese al espantoso dolor, Gloria se hizo cargo de sus cuatro nietos y los crio mientras se ocupaba de cuatro restaurantes. Cualquiera que hubiera pasado por todo eso ganaba el derecho a ser un poco complicado.

– Ire a presentarme -comento Lori-. La ambulancia ya ha llegado para llevarla a su casa. Recogere toda la documentacion cuando salgamos.

– Claro -Vicki asintio con la cabeza-. Estare por aqui. Buena suerte.

Lori se despidio con la mano y fue hacia la habitacion de Gloria. Pobrecilla. todo el mundo estaba empenado en considerarla un fastidio. Sin embargo, segun lo que habia podido descubrir, nadie de su familia habia querido saber nada de ella. Gloria estaba lastimada, sola y, seguramente, se sentiria decaida. La soledad no era recomendable en ninguna circunstancia.

Llamo a la puerta antes de entrar.

– Senora Buchanan -Lori sonrio a la mujer de pelo blanco que estaba tumbada en la cama-. Me llamo Lori Johnston. Sere su enfermera de dia durante la convalecencia.

Gloria dejo el libro que estaba leyendo y la miro por encima de las gafas.

– Lo dudo. Reid iba a elegir las enfermeras que se ocuparian de mi. Estoy segura de que le parecera comico: a el solo le gustan las mujeres guapas con pechos grandes. Desgraciadamente, tienen un cociente intelectual mas pequeno que sus cinturas. Usted no es atractiva ni esta bien dotada. Se ha equivocado de habitacion.

Lori abrio la boca y volvio a cerrarla. Se quedo atonita ante el insulto, lo cual, seguramente, fue una ventaja.

– No pongo en duda los gustos de su nieto en cuanto a las mujeres. En realidad, encaja perfectamente con todo lo que se de el. Es posible que no sea su ideal, pero, no obstante, si me eligio para que la cuidara a usted. Al menos, durante el dia. Tendra otra enfermera de noche.

– No quiero trabajar con usted.

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