– Entonces, ?por que has hablado de ellas?

– Porque es demasiado facil hacerte perder los nervios, Victoria. Deberias controlarte mas.

– Lo que deberia hacer es tirarte uno de esos libros a la cabeza.

El rio de nuevo.

– No lo harias. Son libros muy antiguos y podrias estropearlos.

– Eso es verdad.

Kateb le acaricio la mejilla.

– Tendre en cuenta todo lo que me has dicho. Y, si, contacta con la princesa Dora y pidele consejo. Es fuerte e inteligente. Teneis muchas cosas en comun.

Despues de aquello, Kateb se marcho y la dejo sola, sintiendose como si la acabase de atropellar un tren. ?Que acababa de ocurrir?

Se acerco a las estanterias llenas de libros, pero se detuvo. Acababa de darse cuenta, horrorizada, de cual era la situacion…

Se enfadaba cuando Kateb le hablaba de otras mujeres porque se habia enamorado de el. Le habia entregado su corazon y, en esos momentos, el podia destruirla si queria.

Todo su destino dependia de la suerte que tuviera. Si estaba embarazada, se quedaria con un hombre que jamas creeria que lo amaba. Y si no, tendria que marcharse. No habia termino medio, ni habria fina] feliz.

En aquel juego, tenia todas las de perder.

Capitulo 10

Los suelos del taller brillaban como si hubiesen estado dias encerandolos. Kateb imagino que lo habian hecho. El lanzamiento del sitio web de la fabrica de joyeria habia reunido a muchos habitantes del pueblo y Rasha queria causar una buena impresion.

Kateb circulo entre la multitud, buscando a Victoria. La vio hablando con una de las artistas y observo su perfil. A pesar de haberse acostumbrado a el, le seguia pareciendo muy bello. Sabia que debajo de aquel traje se escondian unas curvas capaces de enloquecer a cualquier hombre, pero intento no pensar en ellas. Seria mejor concentrarse en el acontecimiento en si y en los pedidos que habian empezado a llegar a traves de la pagina web.

– Principe Kateb -lo llamo Rasha-. Es un honor que haya venido esta tarde. Esto ha sido posible gracias a usted. Siempre le estaremos agradecidas.

– Es un negocio prospero -contesto el-. Por eso lo apoyo.

– Gracias. Todo esto es gracias a Victoria. Es ella quien vio las posibilidades. Ha trabajado sin descanso. Su plan de negocio ha sido impresionante. Creo que fue a la universidad.

En El Deharia, pocas mujeres estudiaban mas alla del colegio. Casi todas se casaban jovenes y formaban una familia.

– Si, estudio dos anos -contesto Kateb.

– Pues imagine lo que habria sido capaz de hacer si hubiese podido estudiar mas. La educacion es muy importante.

– ?Tienes hijas? -le pregunto Kateb a Rasha.

– Si. Dos. De ocho y diez anos.

– ?Iran a la universidad?

La pregunta parecio sorprenderla.

– Son ninas inteligentes y tienen suenos, por supuesto, pero no se… -se aclaro la garganta-. Ninguna mujer de mi familia ha ido a la universidad y mi marido, aunque es comprensivo, no veria la necesidad.

A Kateb no le sorprendio la respuesta.

Rasha se disculpo y fue a atender a sus invitados, y el volvio a fijarse en Victoria. Se pregunto que habria pasado si hubiese podido estudiar mas. Tal vez hubiese llegado a gobernar el mundo. Un mundo que tal vez fuese mejor asi. Sonrio al pensarlo.

– ?Quiere que nos vayamos ya? -le pregunto Yusra, acercandose a el. Ambos salieron a la calle.

– Victoria ya ha hablado con la princesa Dora.

Y tiene una reunion con los ancianos que hacen tallas. Tambien quieren venderlas por Internet

– Interesante -contesto Kateb-. Ha iniciado una revolucion.

– En tan solo unas semanas. Debe de estar muy orgulloso de ella. Es una mujer que ve todas las posibilidades.

Kateb miro fijamente a la mujer.

– ?Que quieres decir?

– Que solo faltan una o dos semanas para saber si esta embarazada. Es poco probable, lo que significa que la dejara marchar. Nos ha dado demasiado. ?Que pasara con ella? ?Volvera a trabajar para Nadim? Se merece mas.

Kateb no habia pensado en el futuro de Victoria.

Y Yusra tenia razon.

– Creo que deberia ayudarla a encontrar un marido rico -sugirio la mujer. Es una mujer que ha nacido para entregar su corazon. Deberia tener una familia, muchos hijos, un lugar al que pertenecer. Respeta su opinion, lo escuchara.

– Si dices eso. Yusra, es que no la conoces. Nunca accederia a un matrimonio de conveniencia.

– Pues tiene que hacer algo, no puede dejar que se marche, no esta preparada.

Kateb sabia que Victoria estaba preparada para cualquier cosa, pero entendia lo que queria decir Yusra.

– Lo pensare -contesto mientras echaba a andar.

Victoria llamo a la puerta del despacho de Kateb, que estaba abierta, antes de entrar.

– ?Me has mandado llamar? -pregunto.

Kateb se puso en pie e hizo un gesto para que se acercase a los sofas que habia al lado de la ventana.-Si. Tengo que hablar varias cosas contigo. Rasha y las otras mujeres estan muy agradecidas por tu ayuda, y yo tambien.

– He disfrutado ayudandolas. Tienen un buen negocio y les vendra bien algo mas de dinero.

– Sus maridos las mantienen.

– Ya, pero es bueno que ellas tambien sean independientes. Eso hace que les suba la autoestima, y mantiene a raya a los maridos.

– Sospecho que lo que mas te gusta es que los maridos esten a raya.

– Tal vez -admitio ella sonriendo-, ya entiendes lo que quiero decir.

El suspiro.

– Igualdad para todos.

– ?Es ahora cuando vas a volver a decirme que soy muy complicada?

– No, lo voy a dejar para luego. Ayer tuve una conversacion muy interesante con Rasha. Me recordo que muy pocas mujeres van a la universidad.

– ?Te das cuenta de la de mentes brillantes que estais desperdiciando en este pais? -inquirio Victoria, poniendose en pie de un salto-. Solo quereis tener a las mujeres en casa, criando. Me pone de los nervios.

– No me digas.

– Lo has hecho a proposito, para enfadarme.

– Sabria que reaccionarias de inmediato. Sientate.

Ella obedecio.

– Me he fijado en que tu tambien tienes una de esas mentes privilegiadas de las que estabamos hablando. Si no estas embarazada, ?cuales son tus planes cuando te marches de aqui?

Victoria agradecio estar sentada. No queria pensar en alejarse de el, pero no tenia eleccion. No podia quedarse alli y ser la companera de cama de un hombre que no la amaba.

Kateb espero con paciencia, mientras ella intentaba recordar la pregunta que le habia hecho. ?Cuales eran

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