Susan Mallery

Placer insospechado

Placer insospechado (2007)

Titulo Original: The unexpected millionaire (2006)

Serie: 2? Placer millonario

Capitulo 1

Ocho segundos demasiado tarde, Willow Anastasia Nelson se dio cuenta de que su plan tenia un enorme fallo.

Habia ido en coche hasta la enorme mansion de Todd Aston III para decirle lo que pensaba de el. Pero como no lo conocia personalmente, no sabia que aspecto tenia.

Sabia que era mas o menos alto, mas o menos atractivo y rico. ?No tenia el cabello negro y los ojos castanos? ?Por que no se le habia ocurrido echar un vistazo en Internet? Debia de salir en la primera pagina de «Imbecilesdelmes.com».

Pero si Todd Aston era la personificacion de «alto, moreno y guapo», ?quien era el macizo rubio que tenia delante?

– Hola -dijo ella, sonriendo al hombre que le habia abierto la puerta y con la esperanza de que no se le notara lo intimidada que se sentia-. He venido para hablar con el senor Todd, si es posible. Vive aqui, ?no? Mi hermana me dijo que vivia aqui y…

Willow gruno para si, no estaba empezando con buen pie, estaba balbuceando.

– Mi hermana conoce al senor Todd -anadio ella.

El tipo rubio, sin apartarse para permitirle la entrada, cruzo los brazos a la altura del pecho. Era un hombre muy grande, musculoso, pero no en exceso. Parecia una pantera. Se le ocurrio que podia romperle el brazo sin pestanear siquiera.

Los ojos del hombre era verdes, como los de los felinos, penso Willow sin dejar de compararlo con dichos animales. Era guapo y, al mismo tiempo, su rostro inspiraba confianza, a pesar de no conocerlo en absoluto. Podia ser… Sacudio la cabeza, debia concentrarse en lo que habia ido a hacer alli.

– Mire, necesito hablar con Todd -dijo ella con decision, dispuesta a dar la impresion de que controlaba la situacion, dispuesta a no dejarse intimidar por la presencia de ese hombre-. Me gustaria hacer algo mas que hablar, por supuesto. Todd ha causado muchos problemas a mi hermana. Al final, todo se ha arreglado, pero… ?y si no hubiera sido asi? Enfurezco cada vez que lo pienso. Me gustaria estrangularlo, como poco.

El hombre que le habia abierto la puerta arqueo una ceja; luego, se abrio la chaqueta del traje. Willow sintio que la sangre le subia a la cabeza y le entraron unas ganas tremendas de echar a correr.

Ese hombre tenia una pistola.

La habia visto, debajo de la chaqueta, en una especie de funda que llevaba debajo del brazo. Era como en las peliculas, pero mucho mas aterrador.

– ?Que es lo que quiere tratar con el senor Aston? -le pregunto ese hombre, haciendola temblar de pies a cabeza.

Bien, no era Todd. Lo habia supuesto, pero ahora estaba segura de ello.

– Yo…

Lo mejor que podia hacer era marcharse de alli. Queria gritar a Todd, no recibir un tiro. Pero su obstinacion la obligo a permanecer alli, firme en su postura.

– Creo que su reaccion es exagerada -murmuro ella apartando los ojos de la pistola.

– Para eso me pagan.

– ?Se ha marchado ya ese sinverguenza a la oficina? -pregunto Willow con fingida dulzura-. Lo pillare alli.

– No va a pillarlo en ninguna parte. ?Quien es usted y que quiere del senor Aston? -mientras hablaba, el hombre se llevo la mano a la pistola.

En el instituto, Willow habia intentado todos los anos entrar en el grupo de animadoras; pero en un mundo dominado por las amazonas, era demasiado bajita. No obstante, siempre se le habian dado bien las piruetas, los giros y los saltos.

Aprovecho esta habilidad que tenia para fingir un giro a la izquierda; sin embargo, giro hacia la derecha. Luego, paso por debajo del brazo de aquel hombre y, de repente, se encontro dentro de la casa.

Se felicito a si misma. Si Todd estaba alli, lo encontraria. Una vez que lo encontrara, le gritaria y se sentiria mucho mejor.

Cruzo el amplio vestibulo corriendo, el gigante siguiendole los pasos. Despues, aun corriendo, atraveso enormes estancias de altos techos. Aquel lugar parecia mas un museo que una casa, penso Willow mientras cruzaba lo que parecia un estudio para luego salir a un largo pasillo. Oyo al hombre de la pistola a sus espaldas. Estaba casi segura de que no le dispararia; pero, por si acaso, corrio en zigzag y se mantuvo cerca de las paredes.

– Todd -grito mientras corria-. Todd, ?estas en casa? Sal de donde estes, sinverguenza. No tienes derecho a destrozar la vida de nadie. Deberias saber que no tienes derecho a eso.

Quiza no fueran las palabras adecuadas para asustarlo, pero no se le ocurria otra cosa.

Oyo pasos cerca de ella y su enfado le confirio mas velocidad. Desgraciadamente, acabo en una habitacion sin otra salida.

El panico le dio energia. Se dio media vuelta rapidamente en busca de otra puerta, una ventana, cualquier cosa. Cuando vio unas enormes cortinas que iban del techo al suelo, se dirigio hacia alli a toda prisa.

?Victoria! Unas puertas dobles daban a un patio tan grande como su escuela primaria entera. Salio fuera y miro a su alrededor.

El jardin era impresionante. El patio conducia a unas escaleras que daban a un jardin que le recordo a Versalles. Mas alla habia una arboleda.

?Acaso Todd no sabia que vivia en mitad de Los Angeles?

– Pare -le grito el de la pistola cuando salio de la casa-. ?Pare o la obligare yo a parar!

Desgraciadamente, ahi fuera, su persecutor le llevaba ventaja; principalmente, porque tenia las piernas mucho mas largas que ella. Por eso, unido a que Willow practicaba el deporte solo de vez en cuando, el le gano terreno rapidamente.

Willow trato que la indignacion que sentia le confiriese mas velocidad, pero no ocurrio asi. Se habia quedado casi sin aliento y empezo a darse por vencida.

– Voy a luchar mientras me quede una gota de vida -jadeo ella mientras corria lo que podia en direccion a los arboles.

Solo tenia posibilidad de escapar alli, en la arboleda. En cuanto a lo de la gota de vida… tenia tendencia a dramatizar.

Sintio una mano de el tocarle el hombro y giro a la izquierda, justo donde las raices de un arbol sobresalian sobre unas hierbas. Se tropezo, perdio el equilibrio y empezo a caerse.

Mientras caia, ocurrieron varias cosas simultaneamente. Sintio una aguda punzada de dolor en el tobillo izquierdo, vio algo gris y blanco y peludo dentro de una cavidad en la base del arbol, y sintio algo pesado en la espalda.

Cuando acabo en el suelo, casi se quedo sin respiracion y, de repente, sus ojos vieron solo luces intermitentes y cegadoras.

Cuando volvio a recuperar la consciencia, se dio cuenta de que alguien la estaba girando hasta tumbarla boca arriba y le estaba diciendo que respirase.

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