sido la quimica. Eso pasa a veces. Buenas noches.

Ella salio del coche y David la observo hasta que entro en el hotel. Despues recorrio la calle marcha atras. No podia arrepentirse de lo que habian hecho, aunque deseara que las cosas hubieran terminado de una manera distinta. Liz era muy especial.

Pero quiza aquello fuera lo mejor. No tenia sentido continuar con una relacion que estaba destinada a romperse. ?Para que iba a correr el riesgo de enamorarse si sabia que ella se alejaria de el en cuanto supiera que David Logan no era la persona que ella creia? Enamorarse no era una buena opcion. Ni en aquel momento, ni nunca.

Everett Baker pago la comida en la barra y salio con la bandeja hacia la zona de mesas de la cafeteria del Hospital General de Portland. Era casi la una y casi todas las mesas estaban ocupadas por empleados del hospital o por familiares de los pacientes.

Vio un grupo de medicos junto a uno de los ventanales, a una familia cerca de la puerta y junto al ventanal sur, a cuatro enfermeras compartiendo mesa.

Intento no mirar, pero no pudo evitarlo al oir reirse a las cuatro mujeres. Nancy Alien era la que se reia con mas intensidad. Al percibir aquel sonido, Everett sintio una opresion en el pecho. Ojala pudiera acercarse a aquella mesa y sentarse en una silla. Ojala aquellas mujeres lo saludaran como a un viejo amigo, mientras Nancy le dedicaba aquella sonrisa tan especial que tenia. El queria poner su bandeja junto a la de ella, mirarla a sus preciosos ojos castanos y que Nancy le dijera lo mucho que lo habia echado de menos.

Sin embargo, nada de aquello iba a ocurrir. Nancy Alien no sabia que el estaba vivo.

Everett se volvio y encontro una pequena mesa junto a la pared. Dejo su bandeja y se saco un libro del bolsillo trasero del pantalon. Leeria mientras comia, como siempre. Solo. Deseando que las cosas fueran distintas, pero sin saber como cambiarlas.

Abrio el libro por la pagina en la que se habia quedado y comenzo a leer. Al mismo tiempo, tomo su sandwich y le dio un mordisco. Sin embargo, aquel gesto diario no consiguio reconfortarlo. No podia concentrarse en la lectura mientras siguiera oyendo aquella risa que provenia del otro lado de la cafeteria.

Le lanzo otra mirada furtiva a Nancy. Era muy guapa. Tenia el pelo castano y era alta y delgada. Algunas veces, cuando se permitia el lujo de fantasear con ella, pensaba que harian una pareja estupenda.

Que ella era el tipo de mujer que haria que al caminar, un hombre pareciera mas alto, mas orgulloso. Con ella, el se sentiria… especial.

Nancy alzo la vista y lo sorprendio mirandola. Everett desvio la mirada rapidamente y se concentro en el libro. No queria que ella supiera que le gustaba, que pensaba en ella. No queria que Nancy sintiera lastima por el.

Intento perderse en la novela que estaba leyendo, pero las palabras estaban borrosas y el sandwich estaba seco.

Ojala todo fuera diferente. Ojala el fuera como los medicos que trabajaban en el hospital, que siempre sabian que decirles a las mujeres que conocian. Habia intentado ensayar unas cuantas frases, pero todas le sonaban estupidas. En realidad, se le daban mucho mejor los numeros que las personas. Pero si las cosas fueran distintas…

– Hola.

Asombrado, Everett alzo la vista desde el libro. Nancy Alien estaba junto a su mesa.

– Eh… hola.

Ella sonrio y le senalo la silla vacia que habia frente a el.

– ?Te importa que me siente?

– Eh… por favor.

Ella se sento y lo miro.

– ?Trabajas en el hospital o en Children's Connection? Te he visto mas veces por aqui.

El se quedo contemplandola. Observo que sus ojos castanos tenian el brillo del sentido del humor. Sus labios llenos se curvaban suavemente y el pelo le resplandecia cuando movia la cabeza. ?Dios, era muy hermosa! Perfecta. Y acababa de hacerle una pregunta.

– ?Co… como dices?

Ella sonrio y se inclino hacia el.

– Bueno, ahora deberias decirme que tu tambien me has visto por aqui, o me sentire muy tonta.

– Oh, claro. Claro. Por supuesto que te he visto.

Ella se ruborizo y bajo la cabeza. Despues le sonrio.

– Me alegro, porque venir hasta aqui a hablar contigo me ha costado reunir mucho valor y si te he molestado…

– No, no. Por favor. Es estupendo que hayas venido.

Entonces le toco a el avergonzarse. No podia creer que aquello estuviera sucediendo. Que ella estuviera sentada alli, hablando con el.

Ambos se quedaron en silencio y el se estrujo desesperadamente el cerebro en busca de algo que decir. Cualquier cosa. Queria hacerle un cumplido, conseguir que se sintiera especial, hacerle saber que era la mujer mas asombrosa que hubiera conocido nunca. Sin embargo, las palabras se le quedaron atascadas en la garganta.

Ella ladeo la cabeza.

– Podriamos comer juntos algun dia.

El alivio que sintio Everett estuvo a punto de hacer que se mareara. Claro. ?Por que no se le habia ocurrido a el?

– Buena idea. Me gustaria mucho.

– Bien. Lo haremos -dijo Nancy. Miro su reloj y dejo escapar un suspiro-. Bueno, tengo que volver a mi planta. ?Nos veremos pronto?

– Claro. Por supuesto.

Ella se levanto y le tendio la mano.

– A proposito, me llamo Nancy Alien. Soy enfermera de la planta de maternidad.

El ya lo sabia, pero no se lo dijo. No queria que ella pensara que era algun tipo repulsivo que la habia estado espiando.

Everett se puso de pie y le dio la mano. La piel de Nancy era suave y calida y el sintio una punzada de deseo.

– Everett Baker -dijo el-. Soy contable de Children's Connection.

– Un hombre con cabeza para los negocios. Eso me gusta.

El sonrio, porque hablar le resultaba casi imposible.

– Nos veremos por aqui, Everett -le dijo ella, mientras le soltaba la mano y se dirigia hacia la puerta.

El la vio marcharse y entonces, lentamente, volvio a su silla. La cabeza le daba vueltas. Nancy habia hablado con el. Parecia que le caia bien. ?Aquel iba a resultar el mejor dia de su vida!

Liz se sento en una mecedora y sostuvo a Natasha contra el pecho. Inhalo el olor a polvos de talco y a piel de bebe e hizo todo lo que pudo por atesorar aquel momento. Al mirar los ojos azules y grandes del bebe se sentia relajada y pensaba que todo era posible. Incluso su cerebro se habia tranquilizado despues de casi quince horas de dar vueltas y preocuparse.

No deberia haberse acostado con David. La experiencia habia sido asombrosa, pero las cosas se habian vuelto dificiles despues y ella solo habia querido esconderse. El se lo habia permitido y cuando ella habia llegado a su habitacion del hotel, habia comenzado a echarlo de menos y a arrepentirse de haberse escapado a la menor senal de miedo, pero que otra cosa iba a hacer si…

?Alto!

Se obligo a calmarse. En realidad, no parecia que el cerebro se le hubiera calmado demasiado. Entre el deseo de ver a David de nuevo, la certidumbre de que seria mejor no verlo y la preocupacion por Natasha, apenas habia dormido.

– Pero estoy aqui contigo -le dijo a la nina- y esa es la mejor parte de mi mundo.

Sophia entro en la guarderia. La muchacha llevaba el pelo recogido y tirante y tenia ojeras, como si ella tampoco hubiera dormido.

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