ponerte las notas de los examenes? En cualquier caso, no podrias vivir en el campus.

– No, tendria que estar en el palacio.

– Posiblemente embarazada -anadio Daphne.

– Yo no quiero tener un hijo ahora -protesto Brittany.

– ?Y si el principe quiere?

– Estas intentando asustarme.

– Por supuesto. Estoy dispuesta a hacer lo que sea para evitar que tires tu vida por la borda. Si me dices que has conocido a alguien del que te has enamorado y con el que te quieres casar, me daria igual que fuera un principe o un extraterrestre, pero no ha sido asi. Me hubiera gustado que hablaramos de esto mucho antes, pero tu madre se ha guardado mucho de mantenerme al margen y de no informarme de lo que estaba sucediendo.

Brittany suspiro.

– Ella quiere salirse con la suya.

– Daphne, vamos a hablar con sinceridad. Si me dices que estas completamente convencida de hacer lo que vas a hacer, no dire nada, pero, si tienes la mas minima duda, te aconsejo que te tomes un tiempo para pensartelo bien.

Brittany trago saliva.

– La verdad es que no estoy segura de querer casarme con el -admitio con voz tremula-. Me encantaria que las cosas con el principe fueran bien, pero ?y que ocurrira si no es asi? -anadio con lagrimas en los ojos-. Yo quiero hacer lo que mis padres quieren que haga, pero tengo miedo -reconocio-. El piloto ha dicho hace un rato que ibamos a aterrizar en media ahora y ya debemos de estar a punto de hacerlo. No puedo presentarme ante el principe y decirle que no estoy segura de lo que voy a hacer.

Daphne se juro a si misma que, cuando volviera a Estados Unidos, iba a tener una conversacion muy seria con su hermana Laurel. ?Como demonios se le ocurria meter a su hija en una situacion como aquella?

La indignacion se mezclo con alivio cuando abrio los brazos y su sobrina la abrazo con fuerza.

– ?Es demasiado tarde? -le pregunto la adolescente.

– Por supuesto que no -le aseguro Daphne abrazandola-. Me tenias preocupada, ?sabes? Por un momento he creido que ibas a seguir adelante con esta locura.

– Habia cosas que me llamaban la atencion, que me parecian muy divertidas, como, por ejemplo, tener mucho dinero y coronas y esas cosas, pero lo cierto era que no me hacia ninguna gracia casarme con un hombre tan mayor.

– No me extrana.

?En que demonios estaria pensando Murat para querer casarse con una adolescente?

– Ya me encargo yo de todo -le prometio a su sobrina-. Cuando aterricemos, tu ni te vas a bajar del avion, ?me oyes? Vas a volver a casa inmediatamente. Yo me voy a quedar para hablar con el principe.

– ?De verdad? ?Ni siquiera voy a tener que conocerlo?

– No. Vas a volver a Estados Unidos como si esto jamas hubiera sucedido.

– ?Y que le digo a mi madre?

– De ella tambien me encargo yo.

Una hora despues, Daphne estaba sentada en la parte trasera de una limusina rumbo al Palacio Rosa de Bahania.

Debido a las muchas horas de avion, esperaba encontrar la ciudad sumida en la oscuridad, pero no fue asi porque, con la diferencia horaria, alli era por la tarde.

Daphne se sento junto a la ventana y vio pasar los preciosos edificios antiguos que se mezclaban con los modernos del barrio financiero y el increible azul del Mar Arabigo, situado al sur de la ciudad.

Cuando hacia diez anos habia estado alli por primera vez, se habia enamorado por completo del pais.

«No debo pensar en aquello», se dijo.

No tenia tiempo para recordar el pasado. Tenia que concentrarse en lo que le iba a decir a Murat.

A medida que los segundos iban pasando, Daphne se dio cuenta de que le importaba muy poco encontrar las palabras exactas. En cuanto Brittany llegara a Estados Unidos, estaria a salvo de las garras de Murat.

Aun asi, no pudo evitar ponerse un poco nerviosa cuando la limusina negra cruzo las verjas de hierro del palacio.

Cuando el vehiculo se paro frente a la puerta principal, Daphne tomo aire para calmarse. Al cabo de unos segundos, uno de los guardias le abrio la puerta y Daphne salio de la limusina y miro a su alrededor.

Los jardines estaban tan bellos como los recordaba. A la izquierda estaba la verja que conducia al jardin de estilo ingles que siempre le habia gustado y a la derecha salia el camino que llevaba a la playa.

Ante ella tenia la guarida del leon.

Daphne se dijo que no habia motivos para temer nada, que no habia hecho nada malo. El que habia querido casarse con una adolescente a la que casi le doblaba la edad era Murat, asi que, si habia alguien que tuviera que sentirse mal, sin duda, era el.

Aun asi, estaba nerviosa pues diez anos atras habia llegado a aquel palacio siendo la prometida de Murat para, tres semanas antes de la boda, huir sin darle una explicacion.

Capitulo 2

?Senorita Snowden? Daphne se giro hacia un hombre joven muy bien vestido que caminaba hacia ella.

– Si.

– El principe la esta esperando. Por favor, sigame.

Daphne asi lo hizo. Mientras avanzaba por un amplio pasillo lleno de cuadros y antiguedades, se pregunto si aquel hombre sabria que ella no era Brittany.

– Murat se va a llevar una buena sorpresa – murmuro.

Volver a aquel palacio la hacia sentirse de maravilla. Le habria encantado poder pararse a apreciar unos instantes la vista que habia desde los ventanales o a disfrutar de un maravilloso cuadro, pero no lo hizo porque lo mas importante era ver a Murat cuanto antes.

Al doblar una esquina, Daphne vio a un gato tumbado al sol y sonrio al recordar la cantidad de aquellos animales que tenia el rey.

– Espere aqui, por favor, senorita Snowden – le indico su guia parando ante una puerta abierta-. El principe no tardara en venir.

Daphne asintio y entro en una pequena sala de estar decorada al estilo occidental.

Al ver una mesa con refrescos y agua, Daphne se acerco y se sirvio un vaso. Mientras se lo bebia, penso que era muy de Murat hacer ir hasta alli a su futura mujer para hacerla esperar en una estancia vacia.

De haber sido Brittany la que estuviera alli, lo habria pasado muy mal. Menos mal que ella habia adquirido mucha experiencia en los ultimos diez anos.

Murat esperaba encontrar a una jovencita maleable que accediera a todos sus deseos por temor a no complacerlo, pero se iba a encontrar con alguien muy diferente.

Al oir pasos en el pasillo, Daphne dejo el vaso de agua y echo los hombros hacia atras. Unos segundos despues, el principe heredero entro en el salon.

Mientras se fijaba en su maravilloso cuerpo y en su elegante traje, Daphne se percato de que seguia andando con un estilo especial. Ademas, seguia siendo un oponente formidable, tal y como demostraba que no se hubiera sorprendido en absoluto al verla.

– Daphne -sonrio levemente al saludarla-. Por fin has vuelto.

– Ya se que no me esperabas, pero Brittany no ha podido venir -contesto Daphne.

– ?Esta enferma?

– No, mas bien, ha recuperado la cordura. Ahora mismo esta volviendo a Estados Unidos. No va a haber boda -declaro con brusquedad-. Lo siento -mintio.

– Si, seguro que lo sientes mucho -contesto Murat acercandose al telefono y marcando un numero-. Con el aeropuerto. Quiero hablar con la torre de control -dijo muy serio-. ?Mi avion?

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