– He encontrado esto debajo de mi ropa -declaro Bram.

– ?Una amonestacion de tu agente de la condicional?

– Si, anda, disfruta mientras puedas.

Ella miro el papel, pero al principio no entendio.

– ?Por que alguien dejaria su licencia de matrimonio aqui? Es… -La garganta se le cerro-. ?No! Se trata de una broma, ?no? Dime que es una de tus bromas de mal gusto.

– Ni siquiera yo tengo tan mal gusto.

La cara de el habia adquirido un color ceniciento. Georgie se levanto de un brinco y le arranco el documento de la mano.

– ?Nosotros nos…? -Apenas pudo pronunciar la palabra-: ?Nos casamos?

El hizo una mueca.

– Pero ?por que habriamos de casarnos? ?Si yo te odio!

– Las copas que bebimos ayer por la noche debian de contener suficientes pildoras de la felicidad para que superaramos la repugnancia mutua.

Georgie estaba empezando a hiperventilar.

– No puede ser. Cambiaron la ley de Las Vegas. Lo lei en algun sitio. La oficina que emite las licencias de matrimonio cierra por las noches precisamente para que este tipo de cosas no sucedan.

Bram sonrio con desden.

– Somos famosos. Por lo visto, encontramos a alguien dispuesto a quebrantar las normas por nosotros.

– Pero… quiza no sea legal. Quiza sea un… certificado falso.

– Pasa los dedos por el sello oficial del estado de Nevada y dime si tiene el tacto de un jodido sello falso.

El abultado relieve del sello rasco la yema de los dedos de Georgie, que se volvio hacia Bram.

– Fue idea tuya, lo se.

– ?Mia? ?Eres tu la que esta desesperada por encontrar un marido! -Entorno los ojos y sacudio el dedo indice frente a la cara de Georgie-. Me utilizaste.

– Voy a telefonear a mi abogado.

– Despues de mi.

Los dos se abalanzaron sobre el telefono del hotel, pero las piernas de Bram eran mas largas y el llego primero. Georgie corrio hacia su bolso y saco su movil. Bram pulso las teclas.

– Sera la anulacion mas facil de la que se tenga noticia.

La palabra «noticia» envio un escalofrio a la espalda de Georgie.

– ?Espera!

Dejo caer el movil, corrio hacia Bram y le arranco el auricular de las manos.

– Pero ?que haces?

– Dejame pensar un minuto.

Georgie colgo.

– Ya pensaras mas tarde.

Bram se dispuso a coger otra vez el telefono, pero ella apoyo la mano en el auricular.

– El matrimonio… la anulacion… seran del dominio publico. -Georgie deslizo su mano libre por su pelo enmaranado-. Antes de veinticuatro horas, todo el mundo lo sabra. Se producira una avalancha de medios, con helicopteros, persecuciones de coches, etcetera.

– Tu ya estas acostumbrada a eso.

Georgie tenia las manos heladas y el estomago revuelto.

– No pienso pasar por otro escandalo. Solo con que tropiece en la acera, se genera el rumor de que he intentado suicidarme. Imagina lo que diran cuando se enteren de esto.

– No es mi problema. Tu te lo ganaste al casarte con el Perdedor.

– ?Quieres dejar de llamarlo asi?

– El te dejo tirada. Que mas te da que lo llame asi.

– ?Y tu por que lo odias tanto?

– No lo odio por mi -declaro Bram con acento mordaz-. Lo odio por ti, puesto que no pareces capaz de hacerlo por ti misma. Ese tio es un hijo de papa. -Bram se aparto del telefono, recogio un zapato y se puso a buscar sus calcetines-. Me voy a buscar a la bruja que nos drogo.

Georgie lo siguio hasta el dormitorio, pues no acababa de creerse que no fuera a telefonear a su abogado.

– No puedes salir hasta que se nos haya ocurrido una historia.

El encontro los calcetines y se sento en la cama para ponerselos.

– Yo tengo mi propia historia. -Se puso uno-. Tu eres una mujer patetica y desesperada. Y yo me case contigo por lastima y…

– No diras eso.

Bram se puso el otro calcetin.

– … y ahora que estoy sobrio, me he dado cuenta de que no estoy preparado para afrontar una vida miserable.

– Te demandare. Te lo juro.

– ?Donde esta tu sentido del humor? -Sin mostrar el menor rastro de humor por su parte, introdujo el pie en el zapato y regreso al salon para buscar el otro-. Lo convertiremos en una broma. Diremos que bebimos demasiado, que nos pusimos a ver reposiciones de Skip y Scooter, que nos invadio la nostalgia y que, en ese momento, casarnos nos parecio una buena idea.

Esta explicacion podia irle bien a el, pero no a ella. Nadie se creeria la historia de la droga en las bebidas y, durante el resto de su vida, la etiquetarian de loca y perdedora. Estaba atrapada, pero no podia permitir que su peor enemigo viera que estaba a su merced. Introdujo los punos en los bolsillos de su bata.

– Volvamos sobre nuestros pasos para averiguar que ocurrio ayer por la noche. Seguro que descubriremos alguna pista acerca de donde estuvimos. ?Te acuerdas de algo?

– ?«Metemela hasta el fondo, muchachote» cuenta?

– Al menos finge ser un hombre decente.

– No soy tan buen actor como para eso.

– Tu conoces a muchos personajes turbios. Seguro que se te ocurre alguien que pueda hacer desaparecer nuestro expediente de matrimonio.

Georgie esperaba que rechazara su sugerencia, pero el empezo a abrocharse la camisa como si tal cosa.

– Conozco ligeramente a un tio que antes era concejal del ayuntamiento. Le encanta codearse con los famosos. Es un contacto debil, pero podemos intentarlo.

Georgie no tenia ninguna idea mejor, asi que acepto.

Bram introdujo la mano en uno de sus bolsillos.

– Creo que esto te pertenece. -Abrio la palma y le enseno un anillo de baratija con un solitario de plastico-. No puedes decir que no tengo buen gusto.

Le lanzo el anillo y Georgie se acordo del anillo de compromiso de dos quilates que tenia en su caja de caudales. Lance le pidio que lo conservara. ?Como si ella quisiera volver a ponerselo!

Georgie se guardo el diamante de plastico en el bolsillo.

– Nada como la bisuteria para una declaracion de amor.

Georgie habia alquilado una avioneta para el viaje de ida a Las Vegas, asi que decidieron regresar a Los Angeles en el coche de Bram. Mientras ella se duchaba, Bram preparo una salida discreta del hotel. Ella se puso unos pantalones grises de algodon y una ajustada camiseta blanca de tirantes, que era la ropa menos llamativa que habia cogido para ir a Las Vegas.

– Han llevado mi coche a la parte trasera -declaro Bram cuando ella salio del dormitorio.

– Bajaremos en el ascensor de servicio. -Georgie se froto la frente-. Esto es igual que lo de Ross y Rachel. Les ocurrio exactamente lo mismo al final de la temporada…

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