probable de Georgie. Froto la parte superior del volante con el pulgar.

La vida estaba llena de interesantes coincidencias…

Deseo poder arrancarse la piel y cambiarla por otra. Ya no queria ser Georgie York. Queria ser una persona con dignidad y merecedora de respeto.

Oculta tras los cristales tintados de su Prius, se enjugo la nariz con el dorso de la mano. Hubo un tiempo en que hacia reir a la gente, pero ahora, a pesar de todos sus esfuerzos en contra, se habia convertido en la imagen misma del sufrimiento y la humillacion. El unico consuelo que habia tenido desde el hundimiento de su matrimonio era saber que los paparazzi nunca, en ningun momento, la habian fotografiado con la cabeza baja. Incluso el peor dia de su vida, aquel en que su esposo la habia dejado por Jade Gentry, habia conseguido esbozar una de las sonrisas caracteristicas de Scooter Brown y adoptar una pose de chica mona para los chacales que la acosaban. Pero ahora le habian robado sus ultimos vestigios de orgullo. Y Bram Shepard lo habia presenciado.

Se le hizo un nudo en el estomago. Lo habia visto por ultima vez en una fiesta unos dos anos atras. El estaba rodeado de mujeres, lo que no constituia ninguna sorpresa. Ella se habia ido de la fiesta de inmediato.

Sono una bocina. No podia enfrentarse a su casa vacia ni a la lastimosa diversion publica en que se habia convertido su vida, asi que se dirigio a la casa de su viejo amigo Trevor Elliott, en la playa de Malibu. Aunque llevaba conduciendo una hora, el ritmo de su corazon no habia disminuido. Poco a poco, habia perdido las dos cosas que mas le importaban, su esposo y su orgullo. Tres cosas, si incluia la gradual desintegracion de su carrera. Y ahora aquello. Jade Gentry llevaba en sus entranas el hijo que Georgie tanto habia deseado.

Trevor abrio la puerta.

– ?Estas loca?

La agarro de la muneca, la hizo entrar en el fresco y sombreado vestibulo y asomo la cabeza al exterior, pero la entrada en ele de su casa ofrecia suficiente intimidad para ocultarla a la vista de los periodistas que estaban aparcando en el arcen de la carretera de la costa del Pacifico.

– Es seguro -declaro ella un tanto ironicamente, pues nada parecia seguro en aquellos dias.

El se paso la mano por su rapada cabeza.

– Esta noche, en E! News ya estaremos casados y tu estaras embarazada.

?Si tan solo fuera verdad!, penso ella mientras lo seguia al interior de la casa.

Hacia catorce anos que conocia a Trevor. Lo conocio durante el rodaje de Skip y Scooter, cuando el representaba a Harry, el amigo bobo de Skip, pero Trevor hacia mucho tiempo que habia dejado de representar papeles secundarios para protagonizar una serie de comedias escatologicas pensadas para chicos de dieciocho anos. Las ultimas Navidades, ella le habia regalado una camiseta con la leyenda: «Me encantan los chistes de pedos.»

Aunque apenas media un metro setenta, Trevor tenia un cuerpo bonito y bien proporcionado, asi como unas facciones un poco torcidas que lo convertian en la persona idonea para encarnar al perdedor tontorron que salia airoso de todas las situaciones.

– No deberia haber venido -dijo Georgie sin hablar en serio.

Trevor silencio la retransmision del partido de beisbol que estaba viendo en su televisor de plasma y, al ver el aspecto de Georgie, fruncio el ceno. Ella sabia que habia perdido mas peso del que su esbelto cuerpo de bailarina podia permitirse, pero eran los disgustos, no la anorexia, lo que le encogia el estomago.

– ?Hay alguna razon por la que no me hayas devuelto mis dos ultimas llamadas? -pregunto Trevor.

Ella empezo a quitarse las gafas de sol, pero entonces cambio de idea. Nadie queria ver las lagrimas de un payaso, ni siquiera el mejor amigo del payaso.

– La verdad es que estoy demasiado absorta en mi misma para preocuparme por nadie mas.

– No es cierto. -La voz de Trevor se suavizo con ternura-. Tienes pinta de necesitar una copa.

– No hay suficiente alcohol en el mundo para… Vale, de acuerdo.

– No oigo ningun helicoptero. Sentemonos en la terraza. Preparare unos margaritas.

Trevor desaparecio en el interior de la cocina. Georgie se quito las gafas de sol y atraveso con pesadumbre el suelo de terrazo moteado hasta el lavabo para arreglar los danos resultantes del ataque de los paparazzi.

Debido a su perdida de peso, su cara redonda habia empezado a hundirse por debajo de los pomulos y, si su boca no fuera tan ancha, sus grandes ojos se habrian comido su cara. Coloco un mechon de su pelo liso y moreno detras de la oreja. En un intento por animarse y suavizar sus nuevas y angulosas facciones, se habia hecho un moderno corte de pelo, escalado y curvo junto a las mejillas y con un flequillo largo y desigual. En los dias de Skip y Scooter se habia visto obligada a llevar su negro pelo continuamente permanentado y tenido de un ridiculo tono zanahoria, porque los productores querian sacar provecho de su super exito como protagonista de la reposicion de Broadway de Annie. Aquel peinado humillante tambien habia enfatizado el contraste entre su imagen de chica divertida y la de tio guapo de Skip Scofield.

Georgie siempre se habia sentido acomplejada por sus mejillas de muneca de porcelana, sus ojos verdes y saltones y su boca enorme. Por un lado, sus poco convencionales facciones le habian proporcionado fama, pero en una ciudad como Hollywood, donde hasta las cajeras de los supermercados eran autenticos monumentos, no ser guapa constituia toda una prueba. Claro que ahora eso ya no le importaba, pero mientras estuvo casada con Lance Marks, la superestrella del cine de accion y aventuras, desde luego que le importo.

El agotamiento se apodero de ella. Hacia seis meses que no asistia a sus clases de baile y le costaba un gran esfuerzo levantarse de la cama.

Arreglo lo mejor que pudo los desperfectos del maquillaje de sus ojos y regreso al salon. Trevor acababa de mudarse a aquella casa, que habia decorado con muebles de los anos cincuenta. Debia de estar rememorando el pasado, porque encima de la mesilla auxiliar del sofa habia un libro sobre la historia de la comedia televisiva norteamericana. En la pagina abierta, la fotografia del reparto de Skip y Scooter le devolvio la mirada y Georgie miro hacia otro lado.

En la terraza, unas macetas blancas de estuco con frondosas plantas verdes de hoja perenne proporcionaban un muro de privacidad frente a los posibles mirones que pasearan por la playa. Georgie se quito las sandalias y se dejo caer en una tumbona estampada con franjas azules y marrones. El oceano se extendia al otro lado de la barandilla tubular blanca. Unos cuantos surferos habian braceado mas alla de donde rompian las olas, pero el mar estaba demasiado calmado para conseguir un deslizamiento decente y sus tablas cabeceaban en el agua como fetos flotando en el liquido amniotico.

Un pinchazo de dolor le corto la respiracion. Lance y ella habian sido una pareja de cuento de hadas. El era el viril principe que, detras del aspecto de patito feo de Georgie, habia visto la hermosa alma que habitaba en su interior. Ella era la adorable esposa que le habia dado el solido amor que el necesitaba. Durante los dos anos de cortejo y el ano de matrimonio que duro su relacion, los periodistas los siguieron a todas partes, pero, aun asi, ella no estaba preparada para la histeria que se desato cuando Lance la dejo por Jade Gentry.

En privado, ella se quedaba tumbada en la cama, incapaz de moverse. En publico exhibia una sonrisa estampada en su cara. Sin embargo, por muy alta que mantuviera la cabeza, las historias compasivas que se contaban sobre ella empeoraban cada vez mas.

La prensa amarilla clamaba:

«A la animosa Georgie se le ha roto el corazon.»

«La valerosa Georgie quiere suicidarse tras oir las declaraciones de Lance: 'Nunca supe lo que era el amor verdadero hasta que conoci a Jade Gentry.'»

«?Georgie se consume! Sus amigos temen por su vida.»

Aunque la carrera cinematografica de Lance era mucho mas exitosa que la de ella, Georgie seguia siendo Scooter Brown, la novia de Norteamerica, y la opinion publica se volvio contra el por abandonar a un querido icono de la television. Lance lanzo su propio contraataque: «Fuentes anonimas declaran que Lance ansiaba tener hijos, pero que Georgie estaba demasiado volcada en su carrera para dedicar tiempo a una familia.»

Georgie nunca le perdonaria esa mentira.

Trevor salio a la terraza llevando una bandeja de cuero blanco con dos vasos de margarita y una jarra medio

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