Pero a pesar de todo, Chloe se contuvo. En el ano que hacia desde la muerte de su madre, se habia vuelto tremendamente suspicaz sobre los hombres que se acercaban a ella. Habia observado el brillo imprudente en sus ojos cuando la bola de marfil sonaba al girar por las casillas de la ruleta, y sospecho que el no valoraria en su medida lo que obtuviera facilmente.

– Perdon -contesto con serenidad-.Tengo otros planes. Antes de que el pudiera responder, ella recogio su bolso y abandono la sala.

El telefoneo al dia siguiente, pero ella dio ordenes a su criada de decir que estaba fuera. Lo volvio a ver jugando la siguiente semana, pero tras estar segura que el la habia visto, se marcho antes que pudiera acercarsele.

Los dias pasaron, y ella se sorprendio al no dejar de pensar en el joven y guapo playboy de Chicago. Una vez mas el telefoneo; una vez mas ella se nego a contestar. Posteriormente esa misma noche lo vio en el teatro y le saludo con la cabeza de forma casual, una insinuacion de una sonrisa, antes de que se marchara a su palco.

La siguiente vez que el telefoneo, cogio la llamada pero fingio que no recordaba quien era. El rio entre dientes secamente y le dijo:

– Voy a recogerte en media hora, Chloe Serritella. Si no estas lista, no te volvere a llamar nunca mas.

– ?Media hora? No creo que sea posible -pero el ya habia colgado.

La mano comenzo a temblarle cuando colgo el receptor. En su mente vio una ruleta girando, la bola de marfil saltando del rojo al negro, del negro al rojo, en este juego que ellos jugaban. Con manos temblorosas, se vistio con un vestido blanco de lana con punos de ocelote, completando el atuendo un sombrero pequeno sobrepasado por un velo de la ilusion.

Abrio la puerta exactamente media hora mas tarde.

El la condujo a traves del patio a un deportivo Isotta-Fraschini rojo, que condujo por las calles de Knightsbridge a una velocidad endiablada utilizando solo los dedos de su mano derecha en el volante. Ella lo miro con el rabillo del ojo, adorando el espeso pelo castano que le caia tan descuidadamente sobre la frente tanto como el hecho que el era un americano ardiente en vez de algun aburrido europeo.

Finalmente se detuvo en un restaurante apartado donde le acariciaba la mano con la suya siempre que ella cogia su copa. Ella sentia dolor por la manera que le deseaba. Bajo la intensidad de esos ojos inquietos de plata, ella se sentia desenfrenadamente hermosa y esbelta tanto por dentro como por fuera.

Todo acerca de el la fascinaba…la manera de andar, el sonido de su voz, el olor de tabaco en su aliento. Jack Day era el ultimo trofeo, la afirmacion final de su propia belleza.

Cuando dejaron el restaurante, el la apreto contra el tronco de un arbol de sicomoro y le dio en la oscuridad un beso seductor. La abrazo y pasando sus brazos por su espalda, le agarro las nalgas.

– Te deseo -murmuro el en su boca abierta.

Su cuerpo estaba tan lleno de deseo que le causo un verdadero dolor negarse.

– Vas demasiado rapido, Jack. Necesito tiempo.

El sonrio y le pellizco el menton, como si estuviera complacido especialmente con lo bien que ella jugaba su juego; entonces le apreto los senos, soltandola en el momento que una pareja de edad avanzada salia del restaurante y miraba la escena. La llevo a casa, y la mantuvo entretenida con divertidas anecdotas y no dijo nada acerca de verla otra vez.

Dos dias despues cuando su criada anuncio que el estaba al telefono, Chloe sacudio la cabeza, negandose a tomar la llamada. Corrio a su cuarto y se lanzo llorando sobre la cama, temiendo que tal vez lo estaba presionando demasiado y el perderia su interes en ella.

La siguiente vez que lo vio en una apertura de galeria, iba acompanado por una bella corista cogidos del brazo. Chloe fingio no verlos.

El aparecio en su umbral la tarde siguiente y la invito a una vuelta en coche por el campo. Ella dijo que tenia un compromiso y no podia cenar con el esa noche.

El juego continuaba, y Chloe no podia pensar en nada mas. Cuando Jack no estaba con ella, lo conjuraba en su imaginacion… sus movimientos inquietos, la forma descuidada de llevar el pelo, el bigote picaresco.

La tension que le provocaba, se difundia como fuego por su cuerpo, pero todavia se negaba a sus propuestas sexuales.

En cierta ocasion el le dijo cruelmente, mientras trazaba la forma de la oreja con los labios.

– No creo que seas suficiente mujer para mi.

Ella puso la mano sobre su nuca.

– Y yo no creo que seas lo suficientemente rico para mi.

La bolita del marfil sono con estrepito alrededor de los contornos de la ruleta, del rojo al negro, del negro al rojo. Chloe sabia que tendria que tomar una decision pronto.

– Esta noche -dijo Jack cuando ella contesto el telefono-. Estate lista para mi a medianoche.

– ?A medianoche? No seas ridiculo, querido. Eso es imposible.

– A medianoche o nunca, Chloe. El juego se acabo.

Esa noche ella se puso un traje de terciopelo negro con botones de estras sobre una blusa de seda color champan. Sus ojos brillaban salvajemente en el espejo mientras se cepillaba su pelo oscuro con ademanes suaves.

Jack Day 'Negro', vestido con un esmoquin aparecio en su puerta exactamente a medianoche. Al mirarle, sintio como su cuerpo se volvia tan liquido como el perfume con el que habia acariciado su piel tras el bano. En lugar del Isotta-Fraschini, el la condujo a un Mercedes y anuncio que la llevaba a Harrods.

Ella se rio.

– ?No es la medianoche un poco tarde para ir de compras?

El no dijo nada, solamente sonrio cuando se recosto en los asientos suaves de cuero y empezo a hablarle sobre un caballo de polo que pensaba comprarle al Aga Khan. Un momento despues, el Mercedes se detuvo a las puertas de Harrods con sus toldos verde y oro. Chloe miro la iluminacion debil que resplandecia por las puertas del almacen desierto.

– Harrods no parece que este abierto, Jack, ni siquiera para ti.

– ?Eso lo veremos, de acuerdo, carino?

El chofer abrio la puerta trasera para ellos, y Jack la ayudo a salir.

Para su asombro, un portero con librea aparecio por detras de la puerta de cristal de Harrods y tras una mirada subrepticia para ver si alguien en la calle estaba observando, abrio la puerta y la mantuvo abierta para ellos.

– Bienvenido a Harrods, Sr. Day.

Ella miro la puerta abierta asombrada. Jack Day 'Negro' seguramente no podia andar libremente por los almacenes mas famosos del mundo completamente cerrados y sin vendedores presentes.

Como no hizo ningun intento de seguir andando, Jack la insto a entrar con un pequeno empujoncito en el centro de su espalda. Tan pronto como entraron dentro del almacen, el portero hizo la cosa mas asombrosa… inclino su sombrero, salio a la calle, y cerro la puerta detras de el. Ella no podia creer lo que estaba ocurriendo, y miro a Jack en busca de una explicacion.

– Mi suerte en la ruleta ha sido especialmente buena desde que te conoci, carino. Y pense que te gustaria una juerga privada de compras.

– Pero esta cerrado. No veo a ningun empleado.

– Tanto mejor.

Ella lo presiono para una explicacion, pero el le dijo poco mas alla del hecho que habia hecho un arreglo privado,y ciertamente bastante ilegal, con varios empleados nuevos y poco escrupulosos de Harrods.

– ?Pero no hay personas que trabajan aqui de noche? ?El personal de limpieza? ?La seguridad nocturna?

– Haces demasiadas preguntas, carino. ?Para que sirve el dinero si no puede comprar placer? Veamos como funciona tu imaginacion esta noche. Eligio una bufanda color oro y plata de un estante y se la coloco sobre el cuello de terciopelo de la chaqueta.

– ?Jack, yo no puedo coger esto asi como asi!

– Relajate, carino. La tienda no perdera demasiado. ?Ahora, me aburriras con tus preocupaciones o podemos disfrutar?

Chloe apenas podia creer lo que sucedia. No habia vendedores a la vista, ni personal ni guardias. ?Era este gran almacen realmente suyo? Ella echo un vistazo a la bufanda drapeada del cuello y pronuncio una exclamacion

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