– Hace un mes, mas o menos. No pudimos localizarte y…

– Lo se, lo se.

– ?Y quien fue?

– No lo sabemos. La policia todavia no ha encontrado a nadie.

Ben tomo aire.

– De acuerdo, escucha. No quiero que abras la puerta a nadie ni hables con ningun desconocido, ?de acuerdo?

– Papa -contesto Emily riendo-, tengo doce anos, no cuatro.

– Si, pero…

– Ya tuvimos esta conversacion hace anos, ?recuerdas? No te preocupes.

– Emily…

– Tu solo tienes que decirme cuando volveras -se interrumpio un instante y a continuacion le dio el golpe de gracia-. Te quiero, lo sabes.

Evidentemente, Ben iba a terminar yendo a South Village, California.

– Yo tambien te quiero, con todo mi corazon. Y ahora, cuidate. Estare alli en cuanto pueda encontrar un avion.

Capitulo 2

A tan tierna edad como los cinco anos, Rachel ya sabia lo que significaba una mudanza. Una habitacion nueva, una nueva ninera y todos sus juguetes cambiados de lugar. Ella no queria volver a marcharse, otra vez no, y tampoco queria irse su hermana. Pero lo que ellas quisieran no importaba.

– Maldita sea, nina, vete con tu madre si vas a seguir lloriqueando.

Su madre blandia ante ella vasos medio vacios de aquella cosa que parecia agua, pero olia tan mal. Rachel habia tardado anos en descubrir que el vodka era la bebida preferida de su madre, y le decia:

– No me mires a mi, yo no puedo hacer nada para evitarlo.

– Rachel.

Rachel intento pestanear para enfocar la vista, pero de pronto habia dejado de tener cinco anos. Todo habia sido un sueno. Tenia muchos suenos de esa clase ultimamente. Durante el ultimo mes, aquel insistente dolor se unia a una nauseabunda sensacion de claustrofobia que la mantenia despierta. Logicamente, sabia que la claustrofobia se debia a que estaba vendada como una momia. Pero lo peor era el panico producido por su completa falta de control sobre su propio cuerpo.

– Oh, Dios mio, estas despierta.

Rachel hizo una mueca al oir la enganosamente amable voz de la enfermera que llevaba las jeringuillas y que no dudaba en emplearlas a menudo.

– No pueden necesitar mas sangre.

– Solo un poco.

– De ninguna manera.

Sin alterarse, la enfermera se sento al lado de Rachel y saco la jeringuilla.

– Estoy hablando en serio. Ni se le ocurra -pero incluso Rachel rio a pesar del trallazo de dolor que atraveso su cuerpo.

Tenia la mayor parte del cuerpo cubierto por vendas o escayolas y no habia sido capaz de moverse por si sola desde que habia cruzado una calle para dirigirse al cafe Delight, donde habia quedado para almorzar con su agente, Gwen Ariani, y habia sido arrollada por un coche.

Aparte de los problemas fisicos derivados del accidente, su cerebro tambien parecia haberse alterado y hacia de la coordinacion de movimientos algo imposible. El medico le habia dicho que seria algo temporal. Probablemente. Pero teniendo en cuenta que necesitaba las mas finas de sus habilidades motoras para mantener su tira comica, la situacion no parecia muy alentadora.

– No soy un alfiletero.

La enfermera froto con alcohol el brazo de Rachel, pero tuvo al menos la deferencia de dirigirle una mirada de disculpa mientras le clavaba la aguja. Una vez terminado, le palmeo la mano, vendada todavia hasta las puntas de los dedos.

– Ah, y tengo buenas noticias. Hoy te quitaran la mayoria de las vendas. Esta manana vendra por aqui el doctor Thompson.

– ?Y las escayolas?

– Las vamos a sustituir por otro tipo de material.

– ?Y cual es la diferencia?

– Tendras mas movilidad y ligereza -Sandy se dirigio hacia la puerta-. Y ahora, no empieces a preocuparte por los detalles. Volvere dentro de poco con el medico.

Rachel fijo la mirada en el techo, su nueva diversion. Estaba preocupada, si, porque sabia que estaban a punto de darle el alta. Pero eso no implicaba necesariamente su libertad.

Durante los dos meses siguientes iba a necesitar ayuda, un destino peor que la muerte en lo que a ella concernia. El hecho de necesitar a alguien que la ayudara a vestirse, a moverse, que la cuidara en todos los sentidos, le resultaba… aterrador.

Lo que realmente necesitaba en aquel momento era un marido fuerte y viril.

?Ja!

Para conseguir un marido, antes tendria que citarse con alguien. Permitir que entrara alguien en su vida. Y para permitir que entrara alguien en su vida, especialmente un hombre, antes tendria que… Bueno, tendria que hacer demasiadas cosas, incluyendo poner a punto aquellas habilidades sociales que con el tiempo habia dejado oxidar.

Y, puesto que aquello no iba a suceder, Rachel no tenia ninguna opcion. Ninguna en absoluto. Una enfermera. Necesitaba una enfermera.

Y, mientras Emily y ella pudieran quedarse en casa, nada mas importaba.

Lo cual hacia aflorar su principal preocupacion: como iba a arreglarselas para no convertirse en una carga para su hija.

La puerta de su habitacion volvio a abrirse y oyo la voz de Sandy, que regresaba con el doctor Thompson.

Cerro los ojos, fingiendo dormir. No era propio de ella fingir nada, pero en aquel caso, cuando todo el mundo insistia en hablarle como si hubiera sufrido un dano cerebral irreversible, oir a escondidas se habia convertido en una necesidad.

Queria saber que planes tenian para ella, porque no estaba dispuesta a aceptar otra cosa que no fuera salir del hospital. Relajar los musculos no le resultaba facil. Habia pasado todo un mes despues de aquel accidente que todavia no podia recordar y continuaba doliendole hasta el ultimo centimetro de su cuerpo.

Y le picaba. Le picaba el brazo escayolado, y la pierna, y la multitud de llagas y heridas. Y el pelo que comenzaba a crecerle despues de que se hubieran visto obligados a afeitarle la cabeza para la operacion.

Si no le doliera sonreir, lo haria con ironia. Durante toda su vida habia cuidado su larga y rubia melena… que habia terminado perdiendo por un duro golpe del destino.

Por lo menos todavia tenia… ?que? No tenia salud, no podia disfrutar de la vida que hasta entonces habia conocido, ni siquiera podia abrazar a Emily… en el caso de que Emily quisiera que la abrazara.

– Si no contrata a alguien, Sandy, no va a curarse como es debido -decia el doctor.

– Bueno, su hija ha estado hablando con el servicio de alta y creo que ha solicitado ayuda a domicilio.

Rachel dejo de respirar. ?Emily se habia encargado de contratar una enfermera? Evidentemente, Melanie la habria ayudado, pero aquello era completamente impropio de ella. Aunque Melanie se habia desplazado hasta el hospital inmediatamente despues del accidente, no era habitual que su hermana hiciera planes de futuro, ni para si misma, ni, mucho menos, para los demas.

Durante anos, Melanie se habia quejado de que Rachel no la necesitaba lo suficiente, pero la verdad era que cuando habia necesitado a Mel, cuando habia intentado confiarle algo que realmente la inquietaba, Mel, o bien se

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