Douglas gobernaran Escocia. Es por eso que eligieron un nuevo regente.

– Pero Juan Estuardo nacio en Francia. Creo que nunca piso suelo escoces antes de asumir la regencia. Y tambien es el heredero del pequeno rey, asi que comprendo perfectamente por que la reina Margarita estaba tan asustada.

– Sin embargo, tiene fama de ser un hombre integro y leal.

– ?La Noche de Reyes! -evoco Cecily cambiando de tema-. ?Te acuerdas de aquella primera Noche de Reyes? ?No fue maravillosa? -Los gratos recuerdos la sumieron en una placida ensonacion.

– ?Quien podria olvidarla! El espectaculo se llamaba El jardin de la esperanza y montaron un enorme jardin artificial donde hubo bailes y desfiles de carruajes. Recuerdo como la princesita Maria aplaudia de felicidad.

– ?Que triste que no haya mas principes y princesas! Pese a la fidelidad de nuestra reina, a sus infinitas peregrinaciones a Nuestra Senora de Walsingham y a sus obras de caridad, no logra tener hijos.

– Ya es demasiado vieja -replico Philippa en voz baja-. La he visto envejecer en los tres anos que llevo aqui. Cada dia se vuelve mas religiosa y se retira mas temprano de las fiestas de la corte. Los ojos del rey empezaron a posarse en otras mujeres. ?No lo has notado?

– Pero Su Majestad nunca dejo de cumplir con sus deberes reales. Ella y el rey han tenido siempre muchos intereses en comun. Todavia salen de caza juntos y el la visita en sus aposentos todos los dias despues del almuerzo.

– Fijate que siempre acude rodeado de cortesanos -anadio Philippa-. Es raro que la pareja tenga intimidad. ?Como es posible que un hombre engendre un hijo si nunca esta a solas con su esposa? El rey se queja, pero no hace nada para modificar la situacion.

– ?Calla, Philippa!, puede haber alguien escuchando.

– ?No has notado todavia que el rey empezo a mirar a la senorita Blount? Parece un gato en celo que se relame ante un bello y regordete pichon.

Cecily sonrio con malicia.

– Philippa, eres terrible. Elizabeth Blount es una muchacha encantadora; nunca la vi hacer maldades como Millicent Langholme.

– El rey la llama Bessie cuando cree que nadie lo oye. Lo escuche con mis propios oidos. Observa su rostro cuando ella baile de nuevo con el una de estas noches.

– La nombraron Elizabeth en honor a la madre del rey. La mama de Bessie era una Peshall y su padre peleo en Bosworth bajo las ordenes de Enrique VII cuando derroto a Ricardo III. Nacio en Shropshire, que esta tan al norte como tu odiada Cumbria, ?no es cierto?

– Pero habras notado que no vive en Shropshire. Elizabeth es una criatura de la corte, como yo, y, ademas, tiene excelentes conexiones.

– Y, sobre todo, es muy bella -recalco Cecily-. Tienes razon: su primo, lord Montjoy, es uno de los favoritos del rey. Y el conde de Suffolk y Francis Bryan tambien se sienten atraidos por ella. ?La has oido cantar? Tiene una voz preciosa.

– Quisiera ser como ella -suspiro Philippa con melancolia-. Siempre atrae todas las miradas.

– Especialmente la del rey. ?Que pasaria si Su Majestad decide…? Tu sabes… ?Su vida no quedaria arruinada para siempre? Quiero decir que nadie se casaria con una joven que fue…

– Una dama no puede rechazar al rey -sentencio la joven-. Y los monarcas se preocupan por sus amantes. Al menos asi lo hizo el rey Jacobo. ?Piensas que el buen Enrique no cuidaria de las suyas? Si no lo hiciera, su conducta seria indigna de un caballero, y nuestro rey es el hombre mas honorable de toda la cristiandad. Recuerda el ultimo verano, cuando la fiebre asolo a Inglaterra y el rey traslado a toda la corte de Londres a Richmond y luego a Greenwich hasta que, finalmente, la epidemia remitio. Se preocupa mucho por su pueblo. Es un gran rey. -De pronto, volvio a invadiria el desanimo y cambio el tema de repente-: ?La gente habla de mi y del desplante de tu hermano, Ceci? ?Que voy a hacer de mi vida? No soy la mas codiciada de las jovenes casaderas por culpa de mis malditas tierras. Seamos sinceras: tu hermano era un gran candidato para mi y se hubiese convertido en un prospero terrateniente.

– Todas las doncellas sienten una gran pena por ti, salvo, por supuesto, Millicent Langholme. Era un excelente matrimonio. Pero ahora, Millicent no hara mas que jactarse de su novio, sir Walter Lumley, y sus propiedades en Kent. Sir Walter esta negociando un acuerdo con su padre, ella espera desposarse antes de fin de ano.

– Para entonces, tu tambien estaras casada. Y yo me quedare sola, sin mi querida confidente. Aunque nos conocimos a los diez anos, parece que hubiesemos sido amigas siempre. La mejor epoca de mi vida ha sido la que pase en la corte. Jamas me ire de aqui.

– No me casare hasta el final del verano. Ademas Tony y yo regresaremos a la corte en Navidad. Maggie Radcliffe, Jane Hawkins y Annie Chambers te haran compania cuando no este. Y la desagradable Millicent estara felizmente casada y sera la dama de las tierras de sir Walter en Kent.

De pronto, una sonrisa maligna se dibujo en los labios de Philippa.

– Millicent podra tener a sir Walter, pero solo despues de que yo haya terminado con el. Ahora que tu hermano me desprecio, soy libre como un pajaro.

Cecily abrio grandes sus ojos grises.

– ?Philippa! ?Que estas planeando? Recuerda que debes cuidar tu reputacion si quieres conseguir marido. No puedes darte el lujo de actuar de manera precipitada ni de hacer tonterias.

– No te inquietes. Solo me divertire un poco. Hasta hoy he sido la mas casta de las doncellas de la reina, porque le debia toda mi lealtad a Giles. Ahora no tengo que preocuparme por tu hermano ni por nadie. El rey coquetea con la senorita Blount, de modo que sus otros admiradores pasaran a un segundo plano, y aprovechare el espacio que Elizabeth ha dejado vacante. ?Por que no? Yo soy mas bonita. He heredado de mi padre gales el maravilloso don del canto que solo he usado en la misa. Ademas, se bailar con gracia y elegancia. Tarde o temprano mama me encontrara un esposo. Como seguro sera un caballero del norte, no volvere a pisar la corte nunca mas -suspiro con tristeza-. Antes de que la vida matrimonial me ate y me encierre para siempre, pienso divertirme a lo grande, querida amiga.

– ?Pero te parece bien flirtear con sir Walter Lumley?

– ?Por que no? -rio-. No lo hare solo por mi, sino por todas las doncellas que tuvieron que soportar la venenosa lengua de Millicent Langholme y sus viles comentarios durante tres anos. Me convertire en la heroina de las damas de honor de la reina.

– ?Y si sir Walter decide casarse contigo y no con Millicent? ?No sera lo que en verdad deseas?

– ?No! Sir Walter jamas se casaria con una mujer como yo, ni en un ataque de lujuria. Como Millicent, es una persona que vive pendiente de su posicion en la corte. Jugare con el solo para enfurecer y frustrar a su futura prometida. Incluso, tal vez deje que me bese, aunque antes debo asegurarme de que ella se entere, por supuesto. Y despues lo abandonare como si nada y coqueteare con otro caballero. Sir Walter quedara como un idiota y estara muy contento de tener una novia como Millicent Langholme. En realidad, esa arpia deberia agradecerme.

– Dudo que ella lo vea de esa manera.

– Tal vez no.

– Jamas imagine que pudieras ser tan malvada. -Yo tampoco -dijo Philippa con picardia-. La verdad es que me gusta.

– Pero debes ser muy cuidadosa, no sea que la reina descubra tus travesuras -dijo Cecily, mirando a su alrededor por si alguien las escuchaba, algo muy improbable, pues se hallaban en un rincon alejado de la antecamara de la reina.

– No te preocupes. Nadie se dara cuenta. Quizas empiece a flirtear esta misma noche. El rey nos invito a un dia de campo junto al rio durante el crepusculo. Habra faroles de papel y, antes de que oscurezca, se disputara un torneo de tiro al blanco. Sir Walter es famoso por su punteria, y yo necesitare de su ayuda para acertar al blanco.

– ?Pero si eres una excelente arquera!

– Dudo que el lo sepa. Pero si lo sabe, fingire que algo entro en mi ojo y arruino mi punteria.

– Si Millicent se da cuenta, se pondra furiosa.

– Si -contesto la maliciosa Philippa-, pero no puede hacer nada porque su compromiso todavia no es oficial. Nadie firmo nada. Creeme; si no, ya nos habriamos enterado. Ella no tiene derecho a reganarlo porque todavia no es su futuro marido. ?Pobre hombre! Si no fuera tan presumido, hasta sentiria pena por el.

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