Ante el temor de estar en lo cierto, golpeo el cristal con fuerza. Al no recibir respuesta, no encontro otra alternativa que abrir la puerta con la esperanza que el cuerpo no cayese sobre ella.

Todavia estaba con la mano en el pomo de la puerta cuando el brazo del hombre parecio moverse. En el asiento junto al conductor, vio una botella vacia de whisky.

El desconocido estaba borracho y no muerto.

Respiro aliviada dando un paso hacia atras. Estaba dispuesta a tomar todas las medidas apropiadas, si estuviese muerto o enfermo, pero cuando el otro brazo se movio, Jennifer decidio que podia arreglarselas solo y continuo la carrera.

Sin embargo, casi llegando a casa, no pudo evitar una ligera preocupacion por la suerte del pobre hombre.

Dentro de poco todo el pueblo estaria en pie y aun podria estar alli. Se acordo de la marca de los neumaticos, penso que la multa seria enorme por hacer un dano tan grande, el escandalo que harian por todo aquel estrago seria incalculable. Por lo menos llamarian a la policia, lo detendrian antes de que pudiera decir una palabra.

Contrariamente a sus habitos, decidio dar otra vuelta.

Mientras corria, penso que podria estar bebido por haber discutido con su esposa, una cosa era cierta, en el estado de embriaguez en se encontraba le quitarian el permiso de conducir. A lo mejor era el padre de dos o tres hijos.

Por el numero de la matricula, el coche era nuevo, lo que le hizo pensar que el dueno estaba en buena situacion financiera. Si necesitaba el coche para trabajar tanto como ella, la perdida del permiso de conducir tambien podria significar la perdida de su empleo.

En un impulso, decidio ayudarlo y se acerco al coche otra vez.

Se quedo alli, vacilante, sin saber exactamente que hacer. Entonces se acordo de como los punkis habian sido tan atentos con ella, ayudarla, sin siquiera conocerla. No costaba nada hacer lo mismo por el extranjero. A pesar de que era un alcoholico, necesitaba solidaridad.

Jennifer sabia que tenia que actuar rapidamente, no habia tiempo que perder. Al abrir la puerta, el alcohol en el aliento le causo nauseas, pero se contuvo y lo sacudio por la manga del jersey:

– ?Despierta! ?Despierta!

El no se movio, se quedo dormido en un sueno pesado. Estaba nerviosa al pensar que todavia estaria alli cuando los vigilantes llegaran a exigir una explicacion. Por ultimo, trato de empujarlo y se complacio al ver que reacciono. Pero pronto se congelo de nuevo. 'Por cierto, la tarea que me propuse sera muy dificil', penso angustiada.

Para no meterse en problemas una vez mas, queria salir de alli. Sin embargo, la conciencia hablo mas fuerte.

Estaba a punto de rendirse cuando, despues de mucho esfuerzo, logro tomar el volanta. La suerte parecia que la ayudara porque el coche no habia sufrido muchos danos.

Poco a poco condujo marcha atras, una vez en la carretera, acelero. Despues de considerar varias alternativas, concluyo que el unico lugar seguro para ocultar al 'criminal' que seria su casa. Despues de todo, para que servia un garaje vacio?

Antes de guardar el coche, sin embargo, penso que era mejor llevar al 'invitado' a casa. Fue mas facil de lo que pensaba, tal vez debido al movimiento del coche, el hombre se desperto. Aunque no era capaz de hablar, estaba lo suficientemente sobrio como para darse cuenta de que queria caminase.

Con dificultad, casi cayendose, logro llevarlo a la puerta.

Entonces lo arrastro hasta el sofa, le puso una almohada bajo la cabeza. Luego se apresuro a poner el coche en el garaje. Volviendo a la casa se encontro con que no habia ningun peligro en dejar al 'invitado' solo por un tiempo. Aubio al piso de arriba, tomo una ducha tan rapida como pudo, se lavo el pelo largo y rubio y se sintio renovada. A su regreso a la habitacion lo encontro acostado todavia, pero con los ojos inyectados en sangre clavados en ella.

– En respuesta a su pregunta esta en una casa en Stanton Verney, acabo de salvarlo de un triste final – se adelanto, viendo que el no tenia fuerzas para hablar.

A pesar de que no recordaba haberlo visto antes, se dio cuenta que el desconocido reacciono al nombre del lugar.

– ?Vive aqui? – El hombre parecia no entenderla, ya que no respondio. – Yo soy Jennifer Cavendish. Creo que necesitas un cafe…

Ya casi en la cocina, oyo su voz ronca y educado:

– ?Por casualidad no tendria una… aspirina?

Jennifer disolvio dos en un vaso de agua y se las llevo al 'huesped”. Luego regreso a la cocina para poner el agua a hervir. Cafe negro era el mejor remedio para la resaca. Decidio unirse a el en una taza, tomo la leche en polvo de la despensa. En ese momento lamento que su proxima adquisicion, un refrigerador nuevo, tuviese que esperar hasta que las finanzas se recuperasen del gasto del taller del coche.

Cuando regreso con la bebida, lo encontro sentado casi en su totalidad. Pudo observar que la voz no era tan ronca cuando respondio como si hubiera escuchado la pregunta:

– Mi familia vive en Comberford, Broadhurst Hall.

Se referia a una aldea, situada a unos tres kilometros de distancia.

Apenada por la apariencia de profunda tristeza que el demostraba, trato de animarlo:

– Estuvo a punto de llegar.

El hombre mantuvo la cabeza baja, no se divertia.

Jennifer se sento y lo miro. Parecia inofensivo, debia de tener unos veinticinco anos. Vio que temblaba al menor movimiento, tragando un sorbo de cafe, dijo:

– ?Dios mio, que dolor de cabeza!

– Calma, la aspirina pronto hara su efecto. No quiere tomar una botella entera de whisky y salir indemne, ?no? Si esa que yo vi estaba entera cuando empezo a beber.

– ?Donde me has encontrado?

– En el coche, pero eligio mal el lugar del parque donde estaciono. – El no parecio entender. – Ha hecho un gran estrago en lo que podriamos llamar 'tierra santa': el jardin de la villa. Los miembros de la Sociedad para la Conservacion de los Jardines lo habrian linchado si yo no lo hubiera encontrado antes.

– ?Ah! Asi que ese seria mi triste final?

Jennifer asintio con la cabeza, se dio cuenta que el comenzaba a pensar mas claramente.

El hombre tomo el ultimo sorbo y le entrego la taza:

– ?Puedo tomar un poco mas?

Media hora mas tarde, Noel Kilbane, que era su nombre, habia mejorado considerablemente, pero aun mantenia la misma expresion de la infelicidad. Le dio las gracias a Jennifer por salvarlo de la posible confusion, pidio disculpas por el lamentable estado en que estaba. A continuacion, explico que rara vez bebia, pero ese dia habia tenido que tomar unas copas.

Era obvio que no solo habia tomado un par de copas y que la razon por la ingestion continua de alcohol continuaba torturandole. Recordo que la familia de Noel podria estar preocupada:

– ?No le gustaria avisar a su esposa?

– No estoy casado… y creo que nunca lo estare.

Suspiro cuando pronunciaba estas palabras, Jennifer se dio cuenta de cuan profundo era su dolor. Vio que se controla para no llorar. De repente, como si ya no pudiera ahogar tanto dolor, Noel empezo a hablar, con voz sufrida. Fue entonces cuando descubrio la causa de toda esta tristeza.

El y su novia, a quien llamo Gypsy, habia pasado un fin de semana maravilloso. Fue todo tan fantastico que al llevarla a su casa, un piso en Crawley, habia encontrado la ocasion para pedirle que se casara con el. Estaba equivocado. Habia estado tan sorprendido, desilusionado por recibir un no por respuesta que insistiendo tanto, habia causado una mayor discusion.

– Lo siento mucho – le consolo Jennifer sabiendo que cualquier cosa que pudiera decir no reduciria la angustia. – Ahora entiendo por que era necesario que bebiera.

– Bebi toda la noche, cuando el bar cerro, me compre una botella. Cuando perdi la direccion, terminando en parque, decidi quedarme alli, porque mis padres no querrian verme en ese estado. Sabes, mi padre sufrio un derrame cerebral y Ryden no quiere que le moleste nada. Creo que debi haberme desmayado porque no recuerdo

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