tiempo transcurria sin que hubiera un momento propicio para hacerlo. No soportaba el pensar si quiera en despedirme de ti y estaba seguro de que, al revelarte el motivo por el cual te traje aqui, ademas de mi mentira, tu despreciarias mi amor.

– Nunca lo imagine -lo beso con suavidad.

– Bueno, eso es lo que yo queria -sonrio y la abrazo-. Anoche, durante la cena, estuve muy tenso porque imaginaba que al mencionarte una sola palabra de mi engano te irias de mi casa. Es por eso que no te dije una sola palabra mientras comiamos.

– ?Fue entonces que decidiste que irias a verme a mi cuarto?

– No, despues de la cena. Yo fui a caminar y llegue hasta la casa de la playa. Cuando me di cuenta de que pasaria otra noche solitaria y larga antes de que volviera a verte para desayunar, decidi que ya era hora de actuar.

– Fuiste a verme…

– Y de inmediato olvide todas mis frases ensayadas cuando tu creiste que habia ido a pedirte que te fueras. Entonces, empece a hacer todo lo que quise hacer ese dia. Te abrace. Nos besamos y, por un momento breve… estuve en el paraiso.

– Pero… te… fuiste -le recordo con cierta timidez, a pesar de estar segura de que podia hablar de todo con Quin.

– Amor mio, ?que se suponia que tenia que hacer? Te deseaba, y tu a mi, lo sabia. Pero tu rubor, tu timidez… De pronto me percate de ello y supe que debia irme mientras todavia pudiera.

– ?Por que no te parecio adecuado que nosotros… cuando no me habias explicado nada? -inquirio Bliss.

– Si, ademas del hecho de que mi amigo me pidio que le prometiera que cuidaria de ti porque estabas exhausta y necesitabas descansar. Fue por eso que te hice venir aqui. Pero yo habria roto mi promesa si me hubiera quedado contigo esa noche.

– Creo que eres el hombre mas honorable que he conocido en mi vida -susurro Bliss con ternura.

– Yo tambien -sonrio Quin.

Fue agradable reir con el, sentir la piel de su rostro contra la del suyo mientras lo abrazaba.

– Recuerdame que te diga lo mucho que te quiero -suspiro la chica.

– Todos los dias lo hare -aseguro-. Despues de dejarte, no sabia que hacer. Pase la peor noche de mi vida, todavia conmovido por la forma en que respondiste a mi. Y al mismo tiempo me invadio la desesperacion al imaginar que, cuando te dijera la verdad, lo unico que sentirias por mi seria un odio enorme por haberte quitado la oportunidad de visitar a tu hermana mientras estabas en Peru.

– Si esto te consuela, yo tampoco dormi mucho -intervino Bliss y se besaron con amor y comprension mutuos.

– Espero que haya habido mas claridad en tu mente que en la mia esta manana -murmuro Quin con una sonrisa.

– ?Aun no habias decidido lo que ibas a hacer?

– Todo lo que sabia, cuando amanecio, era que pasaria todo el tiempo posible a tu lado, pues en cualquier momento te marcharias.

– ?Es por eso que fuimos a Tambo Colorado?

– Por supuesto -confeso-. Fue un desastre, ?verdad? Queria revelarte que te amaba, pero al mismo tiempo no me sentia seguro. ?Y si te asustaba al hacerlo? Entonces fue cuando empece a recordar todo lo que paso entre nosotros y cada palabra que nos dijimos desde que nos conocemos.

– ?Llegaste a una conclusion?

– Empece a esperanzarme -contesto Quin-. Comence a creer que si hubieras reaccionado asi con cualquiera de tus amigos, como respondiste cuando te abrace en tu cuarto, entonces no podrias ser virgen todavia. Asi que eso implicaba que nunca habias reaccionado asi con otro hombre. Lo cual espere que significara que yo era “especial” para ti de alguna manera.

– ?Te lo revele todo, verdad? -rio Bliss.

– No todo -replico Quin-. Lo esperaba, pero no estaba convencido de que asi fuera. Despues de la comida, cuando estaba en la fabrica, no pude dejar de pensar en ti. Y volvi a recordar la manana en Tambo Colorado. Al principio lamente que, cuando cualquier persona interesada en la arqueologia habria sentido emocion, tu apenas si mostraste un ligero interes.

– Lo… notaste.

– Soy muy consciente de casi todo lo que haces, querida. Empece a tratar de ver que habia terminado con tu entusiasmo. ?O acaso lo que sucedia era que habias encontrado algo de mayor interes? Cuando empece a relacionar esos pensamientos con la forma en que anoche estuviste conmigo con la forma en que respondiste, espere que estuvieras interesada en mi, que yo fuera “especial”. Y mi esperanza aumento y aumento. Sin darme cuenta, subi al auto y vine a la casa a buscarte, a toda velocidad.

– Me encontraste haciendo mi equipaje -sonrio Bliss.

– Primero me encontre a Leya, quien me dijo que te habia visto correr del cuarto de estar a tu dormitorio, muy triste y acongojada. ?Acaso te sorprende ahora que haya entrado en tu cuarto sin llamar a la puerta?

– Me alegro de que lo hicieras -rio la chica.

– Ya somos dos -de nuevo se besaron y guardaron silencio un tiempo. Quin parecio recobrar la sangre fria y tratar de reiniciar la conversacion-. A proposito, ?por que llamaste a Jahara? ?Querias saber si Dom y tu hermana ya habian regresado?

– No podia dejar de pensar en ti -aclaro Bliss-. Marque el numero de Erith solo para poder concentrarme en otra cosa. Tuve la impresion de mi vida cuando Erith fue quien contesto.

– ?Le avisaste que estaba conmigo, en Paracas?

– Le anuncie que estaba cerca de Nazca. No quise mentirle -anadio con rapidez-. Lo que… pasa es que se supone que manana debo estar en Cuzco -recordo de pronto.

– No te preocupes, mi leal y hermosa amada -Quin sonrio al adivinar la conversacion que debieron de tener las dos hermanas-. Les dire a tu hermana y a Dom que te has quedado en mi casa, cuando los vea.

– ?Iras a verlos?

– Ambos lo haremos… manana -la movio para poder verla a los ojos. Sus ojos grises brillaban de calidez-. Vas a querer que esten presentes el dia de nuestra boda, ?no?

– ?Boda! -exclamo Bliss con voz ronca. Su corazon empezo a palpitar con fuerza.

– Por supuesto, nuestra boda -confirmo Quin-. Supe que queria casarme contigo, por sobre todas las cosas, el dia en que te dije que tenia dos hermanos casados y con hijos. Estuve a punto de anadir que estaba muy contento de tener sobrinos, pues asi podia gozar de mi solteria. Y no era cierto, no lo fue desde ese dia en Machu Picchu. Entonces estuve seguro de que solo podria ser realmente feliz si estaba casado… contigo.

– Oh, Quin -suspiro Bliss y fue besada por su amado antes de que este pidiera una respuesta mas concreta.

– ?Crees que le importara a tu padre que su segunda hija se case dentro de unos cuantos meses?

– En unos meses… -Bliss casi no podia respirar por la emocion.

– No vas a hacerme esperar para poder casarme contigo, ?verdad? -la miro a los ojos, sin parpadear. Bliss sabia que el hablaba en serio.

De pronto, su rostro se ilumino con una sonrisa.

– ?Por nada del mundo! -declaro con suavidad. Un momento despues, Quin la volvio a estrechar contra su corazon.

Jessica Steele

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