– ?Bueno…!

Pero no me da tiempo a proseguir porque se acerca a mi… y me besa. ?Si, me besa! Siento sus labios sobre los mios y permanezco un instante con la boca quieta sin saber muy bien que hacer. Pero siento que el hace presion. Y su boca es blanda. Y, que extrano, la va abriendo lentamente… y yo tambien lo hago. ?Y lo primero que pienso es que, por suerte, no llevo el corrector dental! Lo lleve hasta el invierno pasado y ahora mis dientecitos estan bien alineados. Pero, en caso de que lo hubiese llevado, Lore se habria dado cuenta. Es un chico atento. Si, me gusta mucho porque es atento, es decir, piensa en ti, en si tienes miedo, en si te apetece, si te gusta ir al castillo, en fin, que le interesa lo que opinas.

Pero ?que ocurre? Siento algo raro en la boca. Estamos en la oscuridad de la cueva, tan cerca el uno del otro que ni siquiera se si me esta mirando o no. Abro lentamente un ojo, echo un vistazo pero no se ve nada, de manera que vuelvo a cerrarlo, ?Es su lengua! Socorro… Sin embargo…, no me molesta. Menos mal. Que bonito. Siempre me he imaginado este momento; quiza demasiado, en serio, porque al final los demas te cuentan tantas cosas que acabas preocupandote mas de lo que harias por ti sola.

Asi que por fin me abandono y lo abrazo mientras seguimos besandonos. Y sus labios son suaves y de vez en cuando nuestros dientes chocan, nos echamos a reir y volvemos a empezar, ligeros, sonreimos en la penumbra y el me besa mucho y tengo el contorno de la boca mojado. Pero no me molesta… De verdad, no me molesta.

Alis y Clod estan delante de mi, ambas con un granizado en la mano, el vaso suspendido en el aire justo delante de la boca. La camarera se acerca a nosotras.

– ?Quereis algo mas, chicas?

– ?No! -respondemos al unisono sin dignarnos siquiera mirarla. La camarera se aleja sacudiendo la cabeza.

Alice deja el vaso sobre la mesa.

– No me lo creo.

– Yo tampoco…

Clod, sin embargo, da un buen trago.

– ?Y despues? ?Y despues?

– Pero si decis que no me creeis…

– Bueno, tu cuentanoslo de todos modos, si, ?sea como sea, nos encanta!

Cabeceo. Alis no tiene remedio, es demasiado curiosa.

– Vale, vale, ?pero que quede claro que todo es verdad! En fin, ?por donde iba?

– ?Te estaba besando! -me contestan las dos a coro.

– Ah, si… Claro.

De modo que regreso a la cueva. Oscuridad. Parece una pelicula. Y siento que me estrecha entre sus brazos con fuerza, con mas fuerza aunY yo lo abrazo. Y el desliza su mano por debajo de mi camiseta, pero por detras, por la espalda. Y no me molesta. Me siento extranamente serena. Me gusta estar entre sus brazos…, pero permanece quieto, no se mueve, no sube para desabrochar mi pequeno sujetador. Ahora no, por lo menos. Empieza a acariciarme, eso si. Y sigue besandome. Despues se aparta un poco y me pasa la lengua por los labios. Siento como si me los picotease y justo entonces su mano empieza a ascender por la espalda, lo sabia Pero no me preocupo. De repente oimos unos pasos apresurados. Nos separamos y miramos hacia la entrada de la cueva. Isafea pasa corriendo por delante de la puerta. Corre cada vez mas de prisa, fuera, entre la hierba alta y, de repente, ?se cae al suelo!

– ?Ahhh! -grita con todas sus fuerzas-. ?Socorro! ?Ay! ?Ahhh! -y sigue gritando. Parece la sirena de una ambulancia.

Pasado un segundo llega el vigilante y la ayuda a levantarse.

– ?Que te ha pasado??Que te has hecho?

Isafea le ensena la mano.

– Me ha mordido un animal aqui, me hace un dano tremendo, era una serpiente, ha sido una vibora, morire, ?socorro! ?Socorro! -dice chillando y pateando.

El vigilante le coge el brazo, le aprieta la muneca con ambas manos y los dos desaparecen detras de unos arboles. ?Ya no podemos verla! Lore y yo nos miramos durante unos segundos.

– ?Ven, vamos!

Corremos hacia la salida de la cueva y, una vez fuera, apenas nos da tiempo a ver el viejo Seiscientos que dobla la esquina. Unos instantes despues llegan Giacomo y Stefania.

– Pero ?donde estabais?

– En la cueva.

– ?En la cueva? ?En serio? -Giacomo no nos cree-. ?Y se puede saber que haciais?

Nos miramos fugazmente, acto seguido Lorenzo le da un empujon a Giacomo.

– ?Y que se supone que debiamos hacer? ?Estabamos escondidos!

– Ah, bueno. ?Habeis visto al vigilante? ?Se ha llevado a Isa! ?Que os parece? ?La habra secuestrado? Da igual que sea fea, ese lo que pretende es exigir un rescate, quiero decir que los padres de Isa son de Milan, ?son riquisimos!

Giacomo esta fuera de si. Dios mio, antes casi nos pilla con lo de la cueva… ?Pero esto!

– Venga…, a Isa le ha mordido una vibora.

Stefania esboza una sonrisa.

– Anda ya…, no es posible.

– ?La hemos visto!

– ?Las viboras desaparecen cuando anochece!

– Bueno, eso es lo que ha dicho, y el vigilante le apretaba el brazo con todas sus fuerzas, quiza para impedir que el veneno pasase a la sangre.

Stefania se encoge de hombros.

– Bah, ni siquiera el vigilante sabe de que va la cosa. Como mucho, habra sido una culebra.

Lore y yo nos miramos.

– ?Eh? -Incluso con cierto asco-. ?Una culebra?

– Si, una culebra, muerden, salen tambien al atardecer y no son venenosas.

– Ah, claro.

– Sea como sea, volvamos a la entrada de Villa Borghese, esta oscureciendo.

De modo que echarnos a correr por el bosque hacia el bar que esta a la entrada del parque, donde se encuentran tambien las pistas de tenis y la secretaria del club. Cuando llegamos, jadeantes, vemos a un monton de gente alrededor de una mesa. Isafea esta echada encima de ella. Parece medio muerta. Pero luego, cuando nos acercamos, nos damos cuenta de que en realidad esta medio viva. Llora y sorbe por la nariz y se aprieta la mano. Un senor que esta alli cerca le ha pinchado en un brazo. Debe de ser medico.

– ?Bueno, ya esta! -dice acariciandole el pelo y despeinandola mientras Isa esboza una sonrisa-. Asi nos evitamos posibles problemas-

Echa la jeringuilla en una papelera cercana.

Y yo me pregunto: ?por que cada vez que uno esta mal y despues sale bien parado o, en cualquier caso sobrevive o, en fin, supera el drama, todo el mundo te despeina? Porque, ademas, puede que incluso estes sudado y, sea como sea, a mi me molestaria que alguien a quien no conozco me alborotase el pelo. En fin. Despues se aproxima un tipo que esta siempre en la secretaria del club y que hasta el ano pasado daba clases de tenis, y coge la mano de Isa.

– ?Ensenamela!

Mira el punto donde mi amiga asegura que le ha mordido la serpiente. El hombre sonrie y sacude la cabeza, y coloca poco a poco el brazo de Isa junto a su costado.

– Puedes levantarte ya, no corres ningun peligro, te ha mordido una culebra. -Despues se dirige al vigilante-: Hemos desperdiciado una ampolla de antidoto

Stefania se vuelve hacia nosotros y extiende los brazos.

– ?Veis? ?Que os habia dicho? Una culebra. Y el vigilante ni siquiera se habia dado cuenta…

– Pero ?como podia saberlo si no reconocio la mordedura?

– Bastaba que Isa le dijese si tenia la pupila vertical o redonda.

– ?Quien, la serpiente?

Вы читаете Carolina se enamora
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×