Y antes de que desapareciese de su campo de vision, ella hincho exageradamente sus mejillas para soplarle un beso con la mano, dejandole como ultima imagen ese tierno gesto de payaso.

En el vestibulo del aeropuerto, sorprendidos, algunos viajeros miraban a una joven que esperaba a un hombre completamente empapado, con los brazos abiertos de par en par y al pie de una escalera mecanica cuyos colores se confundian en la memoria con los de un tobogan rojo.

El la abrazo con fuerza.

– ?Estas completamente mojado! ?Llovia tanto ahi fuera? -dijo ella.

– ?Un diluvio! ?Que quieres hacer?

– ?Mi avion sale esta tarde! Llevame a casa.

Lisa cogio la mano de Philip y lo condujo hasta la puerta.

Desde lo alto de la escalerilla, el rostro de Susan se lleno de ternura al verlos salir juntos del recinto de la terminal.

Ya en el coche, Philip telefoneo a casa. Mary descolgo al instante.

– Esta conmigo. Volvemos a casa. Te quiero.

Epilogo

El 22 de octubre Sam comunico al nuevo director del CNH que una depresion sospechosa se estaba formando en el mar Caribe. Cuatro dias mas tarde el numero 5 aparecio sobre la pantalla delante de las tres famosas «S».

El mas poderoso de los huracanes del siglo, con una amplitud de 280 kilometros, empujaba sus vientos a mas de 360 km/h en direccion a Centroamerica.

Susan habia regresado hacia cuatro meses. Thomas habia ingresado en la escuela secundaria. Lisa y Stephen vivian sus primeras semanas en la universidad y ella pronto se trasladaria al pequeno estudio de Manhattan. Philip y Mary a veces hablaban de irse de Montclair e instalarse otra vez en Nueva York.

Mitch llego a las costas hondurenas el 30 de octubre, al final del dia. Durante la noche las dos terceras partes del pais quedaron destruidas, catorce mil cuatrocientas personas encontraron la muerte…

… Aquella misma noche, a unos miles de kilometros de alli, «al otro lado del mundo», en la cafeteria de un aeropuerto un camarero mexicano que acababa su servicio pasaba un ultimo trapo por encima de una mesa que se hallaba junto a un ventanal.

Agradecimientos

Gracias,

por su presencia o sus consejos,

a Bernard Barrault, Kamel Berkane, Antoine Caro, Guillaume Gallienne, Pauline Guena, Philippe Guez, Katrin Hodapp, Lisa y Emily, Daniele y Raymond Levy, Lorraine Levy, Roseline, Jenny Licos, Colette Perier, Aline Souliers, y a Susanna Lea y Antoine Audouard;

por su generosa ayuda documental,

a Dany Jucaud, al detective Lucas Miller del NYPD, al senor Huc y a todo el equipo del Centro de Huracanes.

Marc Levy

Marc Levy vive a caballo entre Francia y Estados Unidos, en donde dirige une studio de arquitectura.

Si bien se define a si mismo como un «empresario que a lo largo de veinte anos ha conseguido crear mas de 250 puestos de trabajo», el exito fulgurante de su primera novela Ojala fuera cierto (2000) inscribio su nombre en lo mas alto del panorama narrativo frances. Los elogios y la proyeccion internacional que alcanzo Ojala fuera cierto vinieron a desmentir la opinion expesada por su autor de que «sigo sin considerarme un verdadero escritor».

Tras su exitosa incursion en el mundo literario, Marc Levy decidio tomarse un ano sabatico antes de publicar la que hasta la fecha es su sengunda novela, La mirada de una mujer.

,

[1] Centre des ouragans (Centro de huracanes)

[2] National Hurricane Center (Centro nacional de huracanes).

[3] Escuela de bellas artes de Nueva York

[4] En Centroamerica, «muchacho».

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