que el veia detras de su escritorio, pero vi como lo miraba. Su rostro se torno serio de repente, un rostro petrificado, que yo no conocia. Paso las otras paginas, adelante y atras, pero la seriedad no se convirtio en sorpresa.

– Si, vacio. -Lo dejo abierto sobre el escritorio-. Todo en blanco.

– ?No es extrano?

El cafe se me estaba enfriando en la mano.

– Y muy antiguo. Pero no esta en blanco por un defecto de impresion. Lo esta para

destacar el adorno del centro.

– Si. Si, es como si el ser del medio haya devorado todo cuanto habia a su alrededor.

Habia empezado con frivolidad, pero termine con lentitud.

Daba la impresion de que Rossi era incapaz de apartar sus ojos de la imagen central abierta ante el. Por fin, cerro el libro con firmeza y revolvio el cafe sin beberlo.

– ?De donde lo has sacado?

– Bien, como ya he dicho, alguien lo dejo por accidente en mi cubiculo, hace dos dias.

Supongo que habria debido llevarlo de inmediato a Libros Raros, pero creo que es posesion personal de alguien, asi que no lo hice.

– Ah, si lo es -dijo Rossi, y me miro fijamente-. Es posesion personal de alguien.

– ?Sabes de quien?

– Si. Es tuyo.

– No, me refiero a que solo lo encontre en mi… -La expresion de su rostro me enmudecio. Parecia diez anos mas viejo, debido a algun efecto de la luz procedente de la ventana oscura.-. ?Que quieres decir con eso de que es mio?

Rossi se levanto poco a poco y se dirigio a una esquina del estudio, detras del escritorio, subio dos peldanos del taburete de la biblioteca y bajo un volumen pequeno y oscuro. Me miro un momento, como si no se decidiera a ponerlo en mis manos. Despues me lo entrego.

– ?Que opinas de esto?

El libro era pequeno, cubierto de un terciopelo marron de aspecto antiguo, como un viejo misal o un libro de horas, sin nada en el lomo o la portada que lo identificara. Tenia un broche color bronce que cedio con un poco de presion. El libro se abrio por la mitad. Alli, desplegado en el centro, estaba mi (digo «mi») dragon, esta vez desbordando los limites de las paginas, con las garras extendidas, el salvaje pico abierto para revelar sus colmillos, con la misma bandera y su unica palabra escrita en letra gotica.

– Por supuesto -estaba diciendo Rossi-, he tenido tiempo y lo he identificado. Es un diseno centroeuropeo, impreso alrededor de 1512. De haber existido texto, habria estado compuesto con tipos moviles.

Pase con lentitud las delicadas hojas. No habia titulos en las portadillas. No, ya lo sabia.

– Que coincidencia mas extrana.

– La contratapa esta manchada de agua salada, tal vez debido a viajar por el mar Negro. Ni siquiera la Smithsonian pudo decirme lo que presencio en el curso de sus viajes. De hecho, hasta me tome la molestia de someterlo a un analisis quimico. Me costo trescientos dolares averiguar que este objeto estuvo guardado en un entorno muy cargado de polvo de roca en algun momento. Incluso fui a Estambul con la intencion de saber algo mas sobre sus origenes. Pero lo mas extrano es la forma en que llego a mis manos este libro.

Extendio la mano y le devolvi el libro de buen grado, pues era muy antiguo y fragil.

– ?Lo compraste en algun sitio?

– Lo encontre sobre mi escritorio cuando aun era estudiante.

Un escalofrio me recorrio, y lo reprimi, avergonzado.

– ?En tu escritorio?

– En el cubiculo de mi biblioteca. Nosotros tambien teniamos. La costumbre se remonta a los monasterios del siglo septimo.

– ?De donde…? ?De donde salio? ?Fue un regalo?

– Quiza. -Rossi sonrio de una manera extrana. Daba la impresion de estar controlando alguna emocion oculta-. ?Te apetece otra taza?

– Pues si, la verdad -dije con la garganta seca.

– Mis esfuerzos por localizar a su propietario fueron en vano, y la biblioteca fue incapaz de identificarlo. Ni siquiera la biblioteca del Museo Britanico lo habia visto antes, y me ofrecio una suma considerable por el.

– Pero no quisiste venderlo.

– No. Me gustan los rompecabezas. Eso le pasa a todos los estudiosos de verdad. Es la recompensa de la profesion, mirar a la bonita cara de la historia y decir: «Se quien eres. No puedes enganarme».

– Entonces, ?que es? ?Piensas que este ejemplar mas grande fue hecho por el mismo impresor al mismo tiempo?

Sus dedos tamborilearon sobre el antepecho de la ventana.

– Hace anos que no he pensado en el, al menos lo he intentado, aunque siempre lo noto… alli, sobre mi hombro. -Indico el hueco oscuro que habia entre los companeros del libro-. Ese estante de arriba del todo es mi fila de fracasos. Y de cosas en las que prefiero no pensar.

– Bien, tal vez ahora que te he encontrado un companero para el, podras encajar mejor las piezas. Tienen que estar relacionados.

– Tienen que estar relacionados.

Era un eco vacio, aunque viniera acompanado por el olor a cafe recien hecho.

La impaciencia, y una sensacion algo febril que solia asaltarme en aquellos dias de falta de

sueno y agotamiento mental, me impelio a insistir para saber mas sobre el libro.

– ?Y tu investigacion? No me refiero a los analisis quimicos. ?Intentaste averiguar mas…?

– Intente averiguar mas. -Volvio a sentarse y extendio a ambos lados de su taza de cafe las menudas manos-. Temo que te debo algo mas que una historia -dijo en voz baja-.

Tal vez te debo una especie de disculpa, ya veras por que, aunque jamas desearia de manera consciente que uno de mis estudiantes cargara con ese legado. La mayoria de mis estudiantes, al menos. -Sonrio con afecto, pero tambien con tristeza, pense-. ?Has oido hablar de Vlad Tepes, el Empalador?

– Si, Dracula. Un senor feudal de los Carpatos, tambien conocido como Bela Lugosi.

– Ese es…, o uno de ellos. Ya eran una familia antigua antes de que su miembro mas desagradable accediera al poder. ?Le buscaste en las enciclopedias antes de salir de la biblioteca? ?Si? Mala senal. Cuando mi libro aparecio de una forma tan rara, aquella misma tarde busque la palabra, el nombre, asi como Transilvania, Valaquia y los Carpatos.

Obsesion instantanea.

Me pregunte si seria un cumplido velado (a Rossi le gustaba que sus estudiantes trabajaran a pleno rendimiento), pero lo deje correr, temeroso de interrumpir su relato con un comentario fuera de lugar.

– Bien, los Carpatos. Siempre ha sido un lugar mistico para los historiadores. Un estudiante de Occam viajo alli, a lomos de un asno, supongo, y como resultado de sus experiencias escribio una obrita llamada Filosofia del horror. La historia basica de Dracula ha sido explotada hasta la saciedad, y no queda gran cosa por explorar. Tenemos al principe valaco, un gobernante del siglo quince, odiado por el imperio otomano y por su propio pueblo al mismo tiempo. Se cuenta entre los tiranos medievales europeos mas detestables.

Se calcula que mato como minimo a veinte mil de sus compatriotas valacos y transilvanos.

Dracula significa «hijo de Dracul», hijo del dragon, mas o menos. El emperador del Sacro Imperio Romano Germanico Segismundo introdujo a su padre en la Orden del Dragon, una organizacion destinada a defender el imperio de los turcos otomanos. De hecho, existen pruebas de que el padre de Dracula cedio su hijo a los turcos como rehen durante un tiempo tras un pacto politico, y Dracula adquirio el gusto por la crueldad observando los metodos de tortura otomanos.

Rossi meneo la cabeza.

– En cualquier caso, Vlad murio en el curso de una batalla contra los turcos, o tal vez por accidente a manos de sus propios soldados, y fue enterrado en un monasterio de una isla del lago Snagov, ahora en posesion de nuestra amiga socialista Rumania. Su memoria se convirtio en leyenda, paso de generacion en generacion de campesinos supersticiosos. Y a finales del siglo diecinueve, un escritor perturbado y melodramatico, Abraham Stoker, se apodera del nombre de Dracula y lo vincula con un ser de su invencion, un vampiro. Vlad Tepes era

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