?Estas intentando salvarte del matrimonio?

– Yup. Tienes razon. Tienen que llevarme atado para que camine por ese pasillo.

– Vamos, Realmente tengo curiosidad. ?Estas reservandote para alguien? -Cuando solo hubo silencio, el vampiro se rio suavemente. -?La conozco?

Butch entrecerro los ojos, sopesando si la conversacion terminaria mas rapidamente si el cerrase la boca. Probablemente no. Una vez que Rhage empezaba, no lo dejaba hasta que el decidia que se habia acabado. Hablaba de la misma forma que mataba.

Rhage nego con la cabeza tristemente. -?Ella no te necesita?

– Lo sabremos esta noche.

Butch verifico su nivel de dinero en efectivo. Dieciseis anos como detective de homicidios no habian forrado mucho sus bolsillos que digamos. Ahora estaba colgado del Brotherhood. Tenia muchos verdes, posiblemente no podria gastarlos lo suficientemente rapido.

– Que tengas suerte, poli.

Butch lo miro de arriba abajo. ?Como lo comprendes?

– Siempre me he preguntado como seria vivir con una mujer que valiese la pena.

Butch se rio. El tipo era un dios sexual, una leyenda erotica en su raza. V le habia contado que historias sobre Rhage habian pasado de generacion en generacion cuando el tiempo era el correcto. La idea que de podria cambiar para ser el marido de alguien era absurda.

– De acuerdo, Hollywood, ?Cual es el golpe final? Vamos, damelo.

Rhage se sobresalto y aparto la mirada.

Por todos los infiernos, el tipo hablaba en serio. ?So! Escucha, no significa nada.

– Nah, es guay. – La sonrisa reaparecio, pero los ojos eran planos. El camino con paso lento hacia el basurero y tiro el palito de la piruleta a la basura. -Ahora, ?Podemos salir de aqui? Estoy cansado de esperaros ninos.

******

Mary Luce aparco en su garaje, apago el Civic, y se quedo con la mirada fija en las palas de nieve que colgaban de las clavijas delante de ella.

Estaba cansada, aunque el dia no habia sido extenuante. Contestar al telefono e identificar y archivar los documentos en una oficina de abogados no era agotador, fisica o mentalmente. Asi es que realmente no deberia estar exhausta.

Pero tal vez ese era el punto. Ella no se sentia muy estimulada, de manera que estaba languideciendo.

?Tal vez era el momento de volver a los ninos? Despues de todo, era para lo que habia estudiado. Lo que amaba. Lo que la alimentaba. Trabajar con sus pacientes autistas y ayudarles a encontrar las formas de comunicarse le habian traido toda clase de recompensas, personal y profesionalmente. Y el intervalo de dos anos no habia sido su eleccion.

Tal vez deberia llamar al centro, ver si estaba abierto. Incluso si no estaban, ella podria alistarse como voluntario hasta que hubiese algo disponible.

Si, manana lo haria. No habia razon para esperar.

Mary cogio su bolso y salio del coche. Cuando la puerta del garaje se cerro, ella fue hacia la parte delantera de su casa y recogio el correo. Hojeando las facturas, hizo una pausa para examinar la noche moderadamente fria de octubre con su nariz. Sus senos nasales zumbaron. El otono habia barrido con todos los desechos del verano hacia un mes, el cambio de estaciones habia conducido una rafaga de aire frio del Canada.

Ella amaba el otono. Y el norte del estado de New York lo hacia memorable, en su opinion.

Caldwell, Nueva York, la ciudad donde ella habia nacido y probablemente moriria, estaba a mas de una hora al norte de Manhattan, de manera que estaba en lo que tecnicamente se consideraba el 'upstate'(norte del estado). Partido por la mitad por el rio Hudson, el Caldie, como era conocido por los nativos, era una ciudad mediana en America. Las zonas ricas, las zonas pobres, las zonas sucias, las zonas normales. Los Wai-Marts, Targets y McDonalds. Los museos y las bibliotecas. Las alamedas suburbanas sofocadas por un centro de la ciudad descolorido. Tres hospitales, dos universidades, y una estatua de bronce de George Washington en el parque.

Ella inclino la cabeza hacia atras y miro las estrellas, pensando que nunca se le ocurriria mudarse. Si era hablar de lealtad o falta de imaginacion, ella no estaba segura.

Tal vez era su casa, penso mientras se dirigia a la puerta principal. El convertido granero estaba situado en el borde de una vieja propiedad de la casa granja, y ella habia hecho una oferta quince minutos despues de haberla examinado con un agente inmobiliario. Dentro, los espacios eran acogedores y pequenos. Era… precioso.

La habia comprado hacia cuatro anos, inmediatamente despues de la muerte de su madre. Necesitaba algo adorable, asi como un cambio completo de paisaje. Su granero era todo lo que su casa durante su infancia no habia sido. Aqui, las tablas de entarimado del pino eran del color de la miel, claro barnizado, no manchadas. Su mobiliario era de Crate y Barrel, todo fresco, nada usado o viejo. Las alfombras pequenas eran de sisal, de piel corta y cuero con ante. Y cada una de las fundas de las cortinas para las paredes y los techos eran de un blanco cremoso.

Su aversion a la oscuridad habia influido en la decoracion interior. Y escucha, si todo es una variacion del color beige, entonces las cosas combinan, ?Verdad?

Ella puso las llaves y su bolso en la cocina y cogio el telefono. Ella fue informada de que Tiene… dos mensajes… nuevos.

– Hey, Mary, soy Bill. Escucha, voy a hacerte una oferta. Si pudieses cubrirme en la linea directa esta noche durante una hora, mas o menos seria genial. A menos que sepa de ti, asumire que todavia estas libre. Gracias, otra vez.

Ella lo borro con un pip.

– Mary, esta es la consulta de la Dr. Delia Croce. Nos gustaria que viniera para su reconocimiento medico trimestral. ?Llamara usted por favor para programar una cita cuando oiga este mensaje? La ingresaremos. Gracias, Mary.

Mary bajo el telefono.

La sacudida comenzo en sus rodillas y se abrio camino hacia los musculos de sus muslos. Cuando golpeo su estomago, penso en correr en busca del cuarto de bano.

Reconocimiento. La ingresaremos.

Ha vuelto, ella pensaba que la leucemia habia quedado atras.

Capitulo 2

– ?Que diablos vamos a decirle? ?El llegara aqui en veinte minutos!

El Sr. O considero a su dramatico colega con una mirada aburrida, mientras pensaba que si el lesser hiciese algo mas que saltar arriba y abajo, el idiota podria ser calificado como un juguete saltarin.

Maldicion, pero E era un jodido. Por que su patrocinador le habia metido en la Lessening Society en el primer lugar era un misterio. El hombre tenia poco impulso. Ninguna concentracion. Y ningun estomago para la nueva direccion en la guerra contra la estirpe del vampiro.

– Que vamos…

– No vamos a decirle nada. -Dijo O mientras miraba alrededor del sotano. Cuchillos, navajas y martillos estaban esparcidos sin orden en el barato aparador de la esquina. Habia charcos de sangre aqui y alla, pero no debajo la mesa, donde pertenecian. Y mezclado con el rojo habia un negro lustroso, gracias a las heridas superficiales de E.

– Pero el vampiro escapo antes de que le sacaramos cualquier informacion.

– Gracias por el resumen.

Dos de ellos habian comenzado a trabajar sobre el varon cuando O salio en busca de ayuda. Cuando regreso, E habia perdido control sobre el vampiro, habia cortes en un par de sitios, y fue todo su pequeno sangrado una promesa.

Ese jefe gilipollas suyo iba a cabrearse, y si bien O despreciaba al hombre, el y el Sr. X tenian una cosa en

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