los varones del siglo XX: '?Vamos, vamos, acercaos a mi!' Subitamente termino el 'trailer' y la camara volvio a enfocar al comentarista Sky Hubbard.

– Jamas ha habido en toda la historia del cine un simbolo sexual tan ampliamente venerado y deseado como Sharon Fields -estaba diciendo.

Rapidamente, una serie de fotografias de Sharon Fields y carteles en los que esta aparecia en provocadoras posturas en distintas fases de desnudez, mientras Hubbard seguia hablando-: Ninguna diosa del amor del pasado - ni Clara Bow, ni Jean Harlow, ni Rita Hayworth, ni Marilyn Monroe, ni Elizabeth Taylor-ha conseguido prender jamas en la imaginacion del publico como Sharon Fields.

Lo que una celebre escritora britanica dijo a proposito de Marilyn Monroe puede aplicarse indudablemente a Sharon Fields.

'Correspondia a nuestro deseo de librarnos de la fantasia para hundirnos en la realidad mas autentica.

Colmaba nuestro anhelo, de enfrentarnos con nuestros deseos eroticos sin romanticismos ni distracciones'.

Tal como ha reconocido sinceramente la propia senorita Fields: 'En el fondo soy una criatura sexual. Lo somos todos.

Pero la mayoria de las personas temen enfrentarse con esta faceta de su naturaleza. Yo no.

Creo que interesarse por la sexualidad es algo normal. No lo oculto.

Tal vez por eso les resulto seductora a los hombres'.

– Hace unas horas he conversado a este respecto con Justin Rhodes, el productor de su mas reciente pelicula.

'Si, en Sharon eso es cierto -me ha dicho-.

No puede evitar ser seductora.

Si hubiera vivido algunos cientos de anos atras, hubiera sido sin lugar a dudas la amante de un rey.

Pero tenemos la suerte de que nos pertenezca a nosotros.

'Eso ha dicho Justin Rhodes.

Como es natural, sus admiradores conocen de sobra la despreocupada vida personal de la senorita Fields y sus escapadas si bien ultimamente se la ha visto con menos frecuencia, por lo menos en publico.

Pero manana por la tarde volvera a estar con nosotros no solo en la pantalla sino personalmente cuando asista al estreno que tendra lugar en el Teatro Chino de Grauman.

Se nos dice que proximamente viajara a Inglaterra para tomarse un periodo de descanso, pero nosotros nos preguntamos: ?Sera para descansar o bien para reanudar sus relaciones con su mas reciente y romantico interes, el actor britanico, Roger Clay? Seguiremos el noticiario de las once tras la pausa comercial.

La ultima fotografia de Sharon Fields en la pantalla de television -Sharon tendida desnuda en una cama con una sabana blanca entre sus carnosos muslos y cubriendole el busto-habia sido sustituida bruscamente por el anuncio de un detergente.

– ?Santo cielo! -exclamo Shively sin dirigirse a nadie en particular-.

?Como me he puesto! Miro al atontado de Brunner, sentado a su derecha.

Brunner permanecia sentado en silencio, lamiendose los resecos labios.

Shively se dirigio al hombre que tenia a la izquierda, un corpulento y colorado sujeto muy llamativamente vestido, de unos cuarenta y tantos anos, y comprendio que con este podria charlar.

El tipo debia de haber estado contemplando a Sharon Fields, porque mantenia los hambrientos ojos como pegados a la pantalla.

– Me llamo Kyle Shively -dijo Shively-.

?Que le parece? -Yo me llamo Howard Yost -dijo el tipo corpulento girando en el taburete-y me parece que no ha habido jamas una hembra con mejores hechuras.

– Si -dijo Shively-, se explica usted muy bien.

– Mire, le digo que, viendola, seria capaz de hacer cualquier cosa por pasar una noche con una mujer asi.

Acostarme con ella seria lo mas grande de mi vida.

?Esta de acuerdo conmigo, senor?

– ?Que si estoy de acuerdo? -repitio Yost-.

Pues, mire, cambiaria a mi senora y a mis dos ninos y a todos mis clientes por una sola vez con alguien como esta Sharon Fields.

Una larga noche con ella y despues ya nada me importaria. Moriria dichoso.

Inesperadamente, el de las pompas funebres o lo que fuera se inclino sobre la barra mirando a los dos hombres.

Subiendose las gafas, Leo Brunner empezo a hablar.

– Si, me muestro inclinado a estar de acuerdo con ustedes.

Una aventura con la senorita Fields tal como usted la ha descrito mereceria cualquier cosa.

Pero las personas como nosotros… -sacudio tristemente la cabeza-no tenemos la oportunidad de ver cumplido este sueno.

– Pues claro que la tenemos -dijo una firme voz a su espalda.

Sorprendido, Shively miro por encima del hombro y tanto Brunner como Yost se volvieron para ver quien habia hablado.

El interlocutor era un joven de unos veintitantos anos, penso, Shively, sentado junto a una mesa de alli cerca, un muchacho bastante bien parecido, de cabello castano oscuro mandibula cuadrada, vestido con una gastada chaqueta gris de pana, un ancho cinturon de cuero y unos ajustados pantalones de punto.

Les sonrio, se guardo en el bolsillo una especie de bloc y se levanto.

– Hola -dijo adelantandose-, me llamo Adam Malone.

Perdonen pero no he podido evitar escucharles hablar de Sharon Fields. -Miro a Brunner y dijo con aplomo-: Esta usted completamente equivocado, senor Brunner.

Los hombres como nosotros tenemos oportunidades con una mujer como Sharon Fields.

– Ahora estaba mirando fijamente a Shively-.

?Ha dicho en serio… lo que estaba diciendo… de ser capaz de cualquier cosa… a cambio de hacerle el amor?

– ?Que si lo decia en serio? ?Que si decia en serio que haria cualquier cosa y lo dejaria todo a cambio de la oportunidad de acostarme con ella? Ya puede estar seguro, hermano. Cualquier cosa.

Daria cualquier cosa por poderme revolcar con ella.

– Pues, bien, su deseo puede convertirse en realidad -dijo Malone con absoluta seguridad en la voz-.

Si quiere acostarse con Sharon Fields, puede hacerlo.

Eso se podra arreglar.

Shively y los otros dos contemplaron a aquel desconocido sorprendiendose de su seguridad.

– ?Acaso esta usted loco? -pregunto Shively al final-. ?Quien es usted?

– Alguien que conoce muy bien a Sharon Fields.

Da la casualidad de que me consta que a Sharon Fields le gustaria acostarse con cualquiera de nosotros si tuviera la oportunidad.

Tal como he dicho, puede arreglarse.

Por consiguiente, si…

– Un momento, joven -le interrumpio Yost-.

Esta usted diciendo cosas muy gordas. -Senalo el vaso medio lleno que habia encima de la mesa-. ?Esta seguro de que no se ha tomado uno de mas?

– Estoy perfectamente sereno -dijo Malone muy en serio-.

Jamas he estado mas sereno ni he hablado mas en serio.

Llevo pensando en ello mucho tiempo.

Lo que hace falta es ultimar los detalles. -Vacilo un poco-. Y el riesgo es minimo.

– Parece que el chico habla en serio -dijo Shively mirando a Yost.

Brunner se habia quitado las gafas y estaba mirando a Malone con ojos de miope.

– No… no quisiera parecerle impertinente, senor Malone, pero, ante todo, me cuesta trabajo creerle.

– ?Que podria querer Sharon Fields de sujetos como nosotros? En la escala social, no somos nadie. Por lo menos, confieso que yo no lo soy.

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