hubiera reconocido lo que Logan sentia por ella? Habia visto su deseo, pero de eso tambien se habia dado cuenta Emily. ?Habria florecido el amor en el corazon de Logan? No lo sabia, pero las palabras de su madre, anadidas a las de Carolyn, Sarah y Julianne, le hacian albergar muchas esperanzas.

Salio del dormitorio dispuesta a reunirse con sus padres en la salita para esperar la llegada de Logan. Estaba bajando la escalera cuando oyo su profunda voz en el vestibulo. El corazon le dio un vuelco, y tuvo que contener el deseo de bajar el resto de los escalones corriendo.

– Lord y lady Fenstraw me estan esperando -oyo la voz de Logan dirigiendose a Rupert, -pero antes de verlos me gustaria hablar con lady Emily si es posible.

– Vere si esta disponible, senor -dijo Rupert.

– Estoy disponible -dijo ella, agarrandose al pasamos debido a que las rodillas se le habian vuelto repentinamente inestables.

Logan levanto la mirada. Sus ojos se encontraron, y ella sintio como si Cupido le hubiera disparado una flecha directa al corazon. Clavo la vista en el ramillete que el llevaba en la mano, y su corazon dio un brinco al ver los capullos rosados. Peonias. Sus flores favoritas.

Que Dios la ayudara, le amaba. Queria casarse con el. Ser su esposa. Ojala su madre y sus amigas tuvieran razon y ella significara para el algo mas que el simple deber y la responsabilidad de protegerla. Pero al menos era un comienzo, lo suficiente para esperar que el compartiera sus sentimientos algun dia. Hasta entonces, lo alentaria todo lo que pudiera.

Alzo la barbilla con determinacion. Si, le alentaria. Porras, haria que se enamorara de ella. Habia leido muchos libros al respecto y sabia que no habia mejor arma que el poder de la seduccion. Se limitaria a seducirle con artimanas femeninas. Bueno, en cuanto tuviera claro que artimanas poseia ella. Pero, una vez que lo descubriera, haria un buen uso de ellas. «Preparate, Logan Jennsen. Esta es una batalla que pienso ganar yo.»

Al mirarlo ahora, se dio cuenta de que ella era la unica que necesitaba prepararse. ?Santo cielo, lo que ese hombre podia provocarle con una simple mirada era, sencillamente, ridiculo! Tenia el corazon desbocado y las palmas humedas, la respiracion jadeante y las rodillas debiles… Por Dios, si practicamente se habia olvidado de como se llamaba. Pero el parecia completamente sereno. Que hombre mas irritante. Y aun asi, Emily queria arrojarse a sus brazos, abrazarle y besarle hasta que los dos se quedaran sin aliento.

Logan llevaba una chaqueta Devonshire marron, un chaleco color crema y pantalones oscuros. Se le veia grande, fuerte y muy masculino, y absolutamente apuesto. Y estaba muy, muy serio.

La siguio con la mirada mientras ella bajaba el resto de los escalones, haciendola estremecer hasta las puntas de los pies por el inconfundible y gratificante ardor que vio en sus ojos.

– Estas preciosa -le dijo cuando ella se detuvo ante el.

– Gracias. Tu tambien. De una manera muy masculina, por supuesto.

– Gracias -respondio con un atisbo de humor en los ojos. Le ofrecio las flores. -Son para ti.

Ella enterro el rostro en los fragantes capullos e inspiro profundamente.

– Me encantan las peonias.

– Lo se. Por eso te las he traido. Tus padres me estan esperando pero antes me gustaria hablar contigo en privado, ?es posible?

Emily no vio por que no. El dano ya estaba hecho y la boda ya estaba en marcha.

– ?En la biblioteca? -le dijo arqueando una ceja.

– Como siempre -respondio el asintiendo con aire solemne.

Ella disimulo la risa con una tosecilla y le tendio el ramo a Rupert, pidiendole que las pusieran en el vestibulo. Luego condujo a Logan por el pasillo.

Emily cruzo el umbral la primera. El corazon le dio un vuelco cuando le oyo cerrar la puerta, dejandolos a solas. La joven avanzo hasta el centro de la biblioteca, donde los debiles rayos del sol que entraban por las ventanas caian sobre los disenos azules y dorados de la alfombra Axminster. Se dio la vuelta y se sorprendio al verlo a tan solo un metro de ella.

Debio de mostrar su sorpresa, porque el esbozo una sonrisa y le pregunto:

– ?Te he sorprendido?

– Tienes la mala costumbre de acercarte a mi a hurtadillas.

El arqueo las cejas pero parecia estar divirtiendose.

– Quiza tu oido no es tan fino como deberia.

– Mi oido esta bien. El problema es que te mueves como un fantasma. -Emily clavo la mirada en el lugar donde el llevaba un panuelo blanco como la nieve. -Creo que tendre que colgarte un cencerro alrededor del cuello.

– Puede que yo tambien te cuelgue uno a ti, asi sabre cuando te escabulles para ponerte los colmillos y aterrorizar a los buenos ciudadanos de Londres.

Ella entrecerro los ojos.

– ?Es para esto para lo que querias verme a solas? ?Para irritarme?

– No, eso es una bonificacion extra. Tu piel adquiere un color de lo mas fascinante cuando estas enfadada. - Alargo la mano y le rozo la mejilla con un dedo, un gesto que la hizo contener la respiracion. -Es como si un pincel invisible mezclara suavemente el rojo del rubor con el tono cremoso de tu piel hasta convertirlo en una tonalidad sonrosada.

Ella quiso responderle pero la tierna caricia de Logan, combinada con aquella intensa mirada suya y el tono intimo de su voz, la dejo sin palabras. El bajo la mano y Emily tuvo que hacer un enorme esfuerzo para no agarrarla y volversela a poner en la cara.

– A pesar de que las pruebas demuestran lo contrario, mi deseo no es irritarte sino complacerte. Por lo menos esa era mi intencion.

Metio la mano en el bolsillo del chaleco y saco una pequena caja de plata. Emily se quedo mirando las palabras «Rundell and Bridge» grabadas en la parte superior. Era una exclusiva joyeria muy de moda en la ciudad.

– Recibi una dura reprimenda, por supuesto bien merecida, sobre mi ultima propuesta matrimonial -continuo el. -Aunque no he practicado desde entonces, espero haber mejorado. -Para sorpresa de Emily, el se arrodillo sobre una pierna delante de ella y abrio la caja. En el interior, sobre un lecho de saten blanco, habia un anillo de oro con una brillante esmeralda ovalada rodeada de una docena de aguamarinas centellantes.

Ella solto un jadeo ante tan magnifico anillo, pero antes de que pudiera recuperar la respiracion, el lo saco de la cajita y, levantando la mano izquierda de Emily, deslizo el aro en su dedo anular.

– Emily, ?me concederias el honor de ser mi esposa? -dijo.

La joven aparto la mirada hipnotizada del anillo para mirarle a el. Un rayo de sol arrancaba destellos del pelo oscuro de Logan. Sus ojos color ebano estaban alerta, mirandola como si ella tuviera alguna posibilidad de decirle que no. Era completamente innecesario y superfluo que el se lo pidiera, que le hiciera aquella romantica propuesta matrimonial, arrodillado a sus pies, ofreciendole el anillo mas increible que ella hubiera visto nunca.

Emily trago saliva para deshacerse del nudo de emocion que le atascaba la garganta y levanto la mano haciendo que los rayos de sol arrancaran destellos de las facetas de la joya.

– Es el anillo mas bonito que he visto nunca.

– Me alegro de que te guste. Pense en ti en cuanto lo vi. Las gemas me recordaron a tus ojos.

Ella busco su mirada.

– Eso es muy amable por tu parte.

– ?Eso es un si?

– ?Y si te dijera que no? -le obligo a preguntar el diablillo que tenia en su interior, aunque los dos sabian que ella solo podia darle una respuesta afirmativa.

Algo titilo en los ojos oscuros de Logan.

– Entonces tendria que conseguir que cambiaras de idea.

– ?Ah, si? ?Y como lo harias?

Ella contuvo el aliento ante el fuego que ardio en los ojos masculinos. Le sostuvo la mirada mientras el se incorporaba lentamente. Le rodeo la cintura con un firme brazo y le ahueco la mejilla con una de sus grandes manos al tiempo que se inclinaba hacia delante.

Вы читаете Mascarada
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату