– ?Que haces aqui? -pregunto ella-. No deben de ser mas de las nueve y cuarto…
– Jack me ha pedido que retrasemos la cita hasta las diez. Asi que decidi subir para revisar la presentacion.
Ella arqueo una ceja.
– ?Seguro que has subido para eso y no para ver lo que estaba haciendo? Con tu manera de pensar, no me extranaria que hayas creido que estaba con Jack.
Matt dudo.
– Bueno, admito que me siento aliviado al verte aqui.
Ella rio sin humor alguno.
– ?Aliviado? Querras decir sorprendido…
– No, no, quiero decir aliviado -dijo, encogiendose de hombros-. Y un poquito sorprendido ahora que lo dices. Si, es cierto.
Jillian termino de atarse los cordones de las botas.
– Bueno, no te preocupes. Estaba a punto de marcharme.
– Muy bien.
Sin decir una palabra mas, Matt se sento en el escritorio, puso el ordenador encima y lo encendio. Segundos despues, fruncio el ceno y miro la pantalla con cara de preocupacion. Al parecer, algo iba mal. Pero a Jillian no le importo demasiado: pasara lo que pasara, seguramente se lo merecia.
Estaba a punto de marcharse cuando lo miro de nuevo y vio que estaba palido. Sin poder evitarlo, pregunto:
?Que ocurre?
– ?Alguna vez has tenido un dia infernal?
– Si, con cierta frecuencia. Hoy, por ejemplo. Y gracias a ti.
– Ja, ja. Muy graciosa.
– Tranquilizate, porque tendremos que estar juntos todo el fin de semana. ?Te ha pasado algo malo?
– Si, ayer tuve todo tipo de problemas y acabo de comprobar que no se han terminado.
?A que te refieres?
– El ordenador se me quedo colgado por culpa de un virus que lo ha infectado todo.
– Si, he oido que hay un virus bastante peligroso circulando por ahi.
– Y tanto. Ahora enciendo el ordenador y aparece todo el tiempo un tipo de desnudo que hace una mueca horrible y borra todos mis archivos.
– Vaya, pues si que es horrible… -dijo, conteniendo la risa.
– No te atrevas a reir.
– No se me ocurriria. El ano pasado tuve un virus y se lo mal que se pasa. Deberias llevar tu ordenador al departamento de informatica de Maxximum. Yo se lo lleve y recuperaron casi todos mis archivos.
– Lo hice. De hecho, les pedi que me prestaran un ordenador nuevo para hacer la presentacion. Y es precisamente este.
– Pues es un buen problema, si.
– Ademas, la persona que cargo el sistema operativo olvido cargar los programas de uso mas comun. No estan por ninguna parte.
– ?Lo has comprobado?
– Si, dos veces. Y teniendo en cuenta que debo hacer esa presentacion, no me queda mas opcion que ir a buscar una tienda de ordenadores para comprar otro. ?Pero donde podre encontrar una? Estamos en medio de ninguna parte y las carreteras estan llenas de nieve.
– ?No puedes darle a Jack una copia de la presentacion, en un disquete?
– Los principales datos los tenia guardados en el ordenador. No tengo copia. Asi que, como ves, me has ganado la partida antes incluso de empezar -respondio.
Jillian lo observo durante unos segundos.
Podia sentir su intensa frustracion e intento alegrarse de su triunfo, pero no pudo. No queria ganar de ese modo.
– Si quieres, puedes utilizar mi ordenador. Matt la miro con una mezcla de asombro, desconfianza y confusion.
Jo dices en serio? -Completamente.
El entrecerro los ojos.
– Oh, vamos, aqui hay gato encerrado.
– En absoluto. Pero si no quieres aceptar mi ofrecimiento, puedes quedarte aqui lamentando tu mala suerte o ir a buscar una tienda de ordenadores. A mi no me importa.
?Por que quieres prestarme el tuyo?
– Buena pregunta, Matt. Tal vez deberia retirar el ofrecimiento, porque sospecho que, si la situacion fuera a la inversa, tu no me habrias ofrecido el tuyo. Pero es mi forma de ser, yo soy asi. Ademas, de ese modo podre demostrarte que hablaba en serio con lo del juego limpio. Y si consigo esa campana, no tendre que soportarte cuando empieces a decir que perdiste por dificultades tecnicas.
– ?Y no tienes miedo de que mire tus archivos?
– Estan protegidos con contrasena.
– Al parecer, no soy el unico desconfiado. -Prefiero ser cauta. Ademas, tu no eres quien para hablar de desconfianza. ?Te comportas asi con todo el mundo, o solo conmigo?
– No te lo tomes de forma personal, no se trata de ti. Digamos que tengo mis razones.
Jillian sintio curiosidad, pero no pregunto.
– Bueno, me alegra saberlo.
Jill se dirigio al armario para sacar el abrigo y marcharse. Cuando se dio la vuelta, Matt estaba ante ella.
– ?Adonde vas?
– Afuera.
– Pero hace frio y esta nevando.
– Me gusta el frio y la nieve.
Matt le quito el abrigo de las manos y se lo puso educadamente, como un caballero. Ella se estremecio al sentir su contacto y sus miradas se encontraron despues en unos segundos que parecieron eternos.
Entonces, el le acaricio una mejilla con un dedo.
– Jilly, siempre me sorprendes. Y te confieso que las sorpresas no me gustan demasiado.
– Vaya, muchas gracias.
– No lo decia con mala intencion. Queria decir que las cosas inesperadas me ponen nervioso. Y bueno… todo esto es inesperado para mi -acerto a decir-. Gracias, Jilly. Te agradezco el gesto de prestarme tu ordenador. Se que muy poca gente lo habria hecho en tu caso.
– De nada. Nos veremos mas tarde.
Jillian sonrio y salio de la habitacion. Necesitaba poner tanto espacio como fuera posible entre Matt y ella. Ademas, estaba deseando salir al exterior y sentir el frio para borrar la inquietante calidez que empezaba a dominarla y que desde luego no tenia nada que ver con la calefaccion del hotel.
Queria estar lejos de el, sin duda. Pero no sabia lo que iba a hacer aquella noche, cuando se vieran obligados a dormir juntos otra vez.
Matt gimio cuando Jillian salio de la habitacion. Aquello no iba bien, nada bien. Ya no se trataba unicamente de su atractivo, sino del gesto que habia tenido con el. De haberse encontrado en su lugar, no sabia lo que habria hecho; pero con toda probabilidad, habria intentado aprovecharse de las circunstancias.
Ademas, empezaba a comprender que Jilly le gustaba mucho mas de lo que habia imaginado. En realidad, ella habia acertado al suponer que habia subido a la habitacion solo para saber si era la razon del retraso de Jack. Y al ver que se encontraba en el interior, se habia sentido inmensamente aliviado. Mucho mas aliviado de lo normal.
Aquella mujer le provocaba emociones que se habia jurado no sentir nunca mas. La admiraba, la deseaba y queria estar con ella. Pero no habia ido a aquel hotel para mantener relaciones amorosas, sino para conseguir la campana de ARC. Y para lograrlo, debia olvidarse de Jilly Taylor.
Entonces, su mirada se clavo en la cama que habian compartido horas antes. Y supo que iba a ser realmente