– Sin embargo, no tenemos por que marcharnos -continuo-. Aqui tienes tu familia, tu mundo…
– Aprecio mucho tu gesto, pero ire contigo.
– No, Zara. Estoy hablando en serio. Deberiamos quedarnos.
– Todo esto es muy emocionante -intervino el rey, carraspeando-. Pero si quieres a mi hija, tendras que casarte con ella.
Rafe tomo a Zara de las manos e hizo lo que nunca habria pensado que llegaria a hacer.
– Zara, te amo y quiero pasar el resto de mi vida a tu lado. ?Quieres casarte conmigo?
Zara no lo dudo.
– ?Si! Quiero casarme contigo y estar siempre contigo.
– Muy bien, ahora ya sabemos que los dos os quereis casar -comento el rey-. ?Pero que os hace pensar que dare mi aprobacion?
– Vamos, papa… ?Que otra cosa podrias hacer?
– Si, supongo que tienes razon. Ademas, me encanta que me llames papa -dijo Hassan, sonriendo-. Pero tendras que cuidar de ella, Rafe. Es carne de mi carne.
– Te doy mi palabra.
Hassan suspiro.
– Bueno, esto no es lo que habia planeado. Podrias haberte casado con el duque…
– No, prefiero un jeque.
– Esta bien, pero tendras que esperar unos meses antes de casarte. Quiero asegurarme de que este tipo no te rapta y te lleva a la Ciudad de los Ladrones.
– Me parece razonable. ?Cuanto tiempo tendremos que esperar?
– Un ano.
– Dos meses -dijo Rafe.
Seis.
– Cuatro.
– Trato hecho, cuatro meses -dijo el rey-. Pero cuatro meses de castidad absoluta.
– Ni lo suenes -comento Rafe.
– Podria ordenar que te cortaran la cabeza solo por hacer ese comentario.
Zara estaba tan contenta que tenia la impresion de que podia empezar a volar en cualquier momento. Se iba a casar y todos sus suenos se habian hecho realidad.
– No se le cortara la cabeza a nadie mas -declaro ella-. Esa sera mi primera decision como princesa.
– Me parece una decision excelente -dijo Rafe.
Y acto seguido, la beso.
SUSAN MALLERY
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