Georgie intento pensar en algo inteligente que decir.

– Una fiesta estupenda.

El le lanzo su habitual mirada de aburrimiento, encendio otro cigarrillo y la miro con los ojos entornados a traves del humo.

– Tu no estabas invitada.

– De todos modos, he venido.

– Lo que significa que papa esta fuera de la ciudad.

– Yo no hago todo lo que mi padre me dice.

– Pues a mi me parece que si.

Georgie se encogio de hombros e intento parecer enrollada. Bram dejo caer la ceniza en la alfombra. Ella no sabia que habia hecho para desagradarle, salvo que le pagaran mejor, pero eso no era culpa suya.

Bram senalo hacia la cubierta del yate con su copa.

– ?La fiesta se esta desmadrando demasiado para ti?

Ella quiso decirle que ver a unas mujeres degradandose le deprimia, pero el ya creia que era una mojigata sin necesidad de que expresara esa opinion.

– En absoluto.

– No te creo.

– Tu no me conoces. Solo crees que me conoces.

Intento que su voz resultara misteriosa, y quiza funciono, porque Bram deslizo la mirada por su cuerpo de una forma que le hizo sentir que por fin la estaba viendo de verdad.

Sus tirabuzones anaranjados se habian encrespado a causa de la humedad, pero su maquillaje estaba en buen estado. Se habia puesto sombra color bronce en los ojos y pintalabios neutro para disimular el tamano de su boca. El vestido sin espalda de piel de leopardo no era para nada del estilo de Scooter Brown y Georgie habia acentuado sus diferencias con el personaje introduciendo unas almohadillas de relleno en el sujetador, pero cuando Bram fijo la mirada en sus pechos, ella tuvo la sensacion de que el sabia que eran falsos.

El dejo escapar entre los labios un fino hilo de humo.

– Apuesto a que todavia eres virgen.

Georgie miro hacia el techo.

– Tengo dieciocho anos. Hace ya un par de anos que no soy virgen. -Su corazon empezo a latir con fuerza a causa de la mentira.

– Si tu lo dices…

– El era bastante mayor que yo. Si te dijera su nombre, sabrias quien es, pero no te lo dire.

– Mientes.

– Tenia una especie de trauma con las mujeres que tienen poder. Por eso, a la larga, tuve que romper con el. -Le encantaba parecer una mujer de mundo, pero la sonrisa burlona de Bram no resultaba muy reconfortante.

– Tu padre jamas permitiria que se te acercara un hombre mayor. Nunca te pierde de vista.

– Esta noche estoy aqui, ?no?

– Si, supongo que si. -Bram vacio su copa, aplasto el cigarrillo y se levanto-. Entonces, vamos.

Ella lo miro mientras su confianza la abandonaba.

– ?Adonde?

El sacudio la cabeza en direccion a una puerta que tenia un ancla encastada en la madera.

– Ahi dentro.

Ella lo miro con vacilacion.

– Yo no…

– Entonces olvidalo. -Bram se encogio de hombros y empezo a darse la vuelta.

– ?No! Ire.

Y fue. Asi, sin mas. Sin pedirle nada lo siguio al interior del camarote.

Una pareja medio desnuda estaba tumbada en el camastro doble. Levantaron la cabeza para ver quien entraba sin llamar.

– Fuera -dijo Bram.

Ellos se levantaron sin rechistar.

Georgie deberia haberse ido con ellos, pero se quedo alli de pie, con su vestido de leopardo, sus sandalias de plataforma y sus tirabuzones color zanahoria. Contemplo como la puerta se cerraba tras ellos. No le pregunto a Bram por que sentia aquel repentino interes por ella. No se pregunto a si misma hasta que punto se valoraba para plegarse a sus deseos de aquella forma. Simplemente se quedo alli de pie y dejo que el la presionara contra la puerta.

Bram apoyo las manos a ambos lados de la cabeza de Georgie. Deslizo los pulgares entre su pelo y se le engancharon en un tirabuzon. Georgie hizo una mueca de dolor. El inclino la cabeza y la beso con la boca abierta. Sabia a humo y alcohol. Ella le devolvio el beso con todo su ser. La barba incipiente le escocio en la mejilla. Los dientes de Bram chocaron contra los suyos. Eso era lo que Georgie queria, que el la viera como una mujer en lugar de una nina que tuviera que rescatar de aprietos de guion.

Bram cogio el borde inferior de su vestido y tiro hacia arriba. Georgie llevaba puestas unas braguitas finas y la cremallera de los vaqueros de el le arano el estomago. Bram iba demasiado deprisa y ella queria pedirle que fuera mas despacio. Si hubiera sido cualquier otra persona, lo habria apartado de un empujon y le habria pedido que la acompanara a casa. Pero aquel era Bram y su casa estaba a medio continente de distancia, asi que le permitio deslizar los dedos en el interior de sus bragas y tocarla a su gusto.

Antes de que se diera cuenta, Bram le habia quitado las bragas y la habia llevado hasta el camastro.

– Tumbate -dijo el.

Ella se sento en el borde del camastro. Noto la vibracion de los motores y se dijo que aquello era lo que anhelaba desde hacia mucho tiempo. Bram saco un preservativo del bolsillo del pantalon. Iba a suceder de verdad.

A pesar del aire acondicionado, la piel de Georgie estaba perlada de sudor por el nerviosismo que la embargaba. Vio que Bram se quitaba los vaqueros e intento no mirar su pene, pero estaba completamente erecto y no pudo apartar la mirada. El se quito el polo revelando un torso huesudo con algo de fino vello rubio. Mientras se ponia el condon, Georgie contemplo el techo del camarote.

El camastro era alto y a Bram no le costo deslizar las caderas de Georgie hasta el borde. Ella se apoyo en los codos y la falda de su vestido quedo arrugada debajo de su cintura. Bram coloco las manos debajo de sus rodillas, le separo las piernas y se coloco entre ellas. El la miro con resuelta avidez. Ella estaba abierta e indefensa. Nunca se habia sentido tan vulnerable.

Bram deslizo las manos por la parte posterior de sus muslos hasta sus caderas y las inclino hacia arriba. Georgie noto como su propio peso quedaba cargado sobre sus codos. La incomoda posicion hizo que le doliera el cuello. Sintio el olor a latex de la goma y el olor que despedia Bram: a cerveza, tabaco y un toque del perfume de otra mujer. El le hinco los dedos en el trasero y la penetro. A ella le dolio y gesticulo. En ese momento el yate dio un bandazo empujando el pene de Bram mas adentro de Georgie. Cuando empezo a embestirla, Georgie se dio golpes en la cabeza contra el tabique del camarote. Torcio la cabeza a un lado, pero no le sirvio de nada. Bram la penetro hasta el fondo. Una y otra vez. Ella contemplo los pomulos perfectamente simetricos de su palida cara y las sombras diamantinas que se recortaban en sus mejillas. Al final, Bram empezo a experimentar sacudidas.

Los codos de Georgie cedieron y se derrumbo sobre el colchon. Unos minutos mas tarde, Bram saco su miembro y dejo caer sus piernas. Estaban tan agarrotadas, que a Georgie le costo juntarlas. El entro en el diminuto lavabo del camarote. Ella se bajo el vestido y se dijo que aquello todavia podia acabar bien. Ahora el tendria que verla de otra manera. Hablarian. Pasarian tiempo juntos.

Se mordio el labio y consiguio sostenerse sobre sus temblorosas piernas. Bram salio del lavabo y encendio un cigarrillo.

– Hasta luego -dijo.

Y la puerta del camarote se cerro tras el.

Entonces todas las fantasias que Georgie habia albergado se derrumbaron y por fin lo vio tal como era: un bruto egoista, gilipollas y egocentrico. Y tambien se vio a si misma: una mujer necesitada y estupida. La verguenza hizo que cayera de rodillas y el autodesprecio la lacero. No sabia nada de las personas ni de la vida. Lo

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