– Si, como las plagas -solto Paul.
– No si sigues las reglas.
– ?Y cuales son esas reglas?
Era evidente que Bram se lo estaba pasando bien. Claro que tenia al mundo a sus pies, asi que ?por que no?
– En primer lugar, deja tranquila a Georgie. Ahora ella es mi dolor de cabeza, no el tuyo.
– ?Eh! -Georgie apoyo las manos en las caderas.
– En segundo lugar… Bueno, eso es todo. Dale cancha a tu hija. Pero tambien me gustaria oir tu opinion acerca de
Paul fruncio el ceno.
– ?Nunca te cansas de ser sarcastico, Shepard?
Georgie observo a Bram.
– No creo que este siendo sarcastico, papa. De verdad quiere conocer tu opinion. Y, creeme, yo estoy tan sorprendida como tu.
Su falso marido la miro con suficiencia.
– Solo porque Paul sea un conazo de controlador y que te saque de quicio no significa que no sea inteligente. Ayer por la noche realizo una lectura increible y me gustaria conocer su opinion acerca del guion.
Paul, a quien nunca le faltaban las palabras, parecia no saber que responder. Al final, se metio las manos en los bolsillos y dijo:
– De acuerdo.
La conversacion durante la cena empezo algo tensa, pero nadie llego a las manos y, al cabo de un rato, los tres se estaban devanando los sesos intentando resolver un problema de credibilidad en la primera escena de Danny y Helene. Despues, Paul comento que el personaje de Ken deberia tener mas matices y argumento que, si se anadia complejidad a la personalidad del padre abusador, resultaria mas amenazador. Georgie estuvo de acuerdo con el y Bram los escucho con atencion.
Poco a poco, Georgie se dio cuenta de que el guion original no era tan perfecto como Bram le habia dado a entender y que el lo habia pulido. En ciertos casos, solo le habia dado simples retoques, pero en otros habia anadido escenas nuevas, aunque sin dejar de ser fiel a la novela original. Saber que Bram escribia tan bien anadia otra grieta a sus viejos prejuicios acerca de el.
Bram se acabo de un trago el cafe.
– Me habeis dado buenas ideas. Ahora ire a tomar notas.
Ya hacia rato que Georgie deberia haberse dedicado a la terrible tarea de ser sincera con su padre, asi que, aun sin ganas, se despidio de Bram con un gesto de la mano.
Mientras otro silencio previsiblemente incomodo se instalaba entre padre e hija, otro recuerdo surgio en la mente de ella. Cuando su madre murio, Georgie solo tenia cuatro anos, asi que no guardaba muchos recuerdos de ella, pero si se acordaba de un sencillo apartamento que parecia estar siempre lleno de risas, rayos de sol y de lo que su madre llamaba «plantas regalo». Georgie solia cortar trozos de boniato o la parte superior de una pina y los plantaba en un cubo con tierra, o colgaba un hueso de aguacate del borde de un vaso de agua con un par de palillos. Su padre casi nunca hablaba de su madre, pero cuando lo hacia, la describia como una mujer atolondrada y desorganizada, aunque de buen corazon. De todas maneras, se los veia felices en las fotos de familia.
Georgie apreto la servilleta que tenia en el regazo cerrando el puno.
– Papa, respecto a manana…
– Se que no estas muy entusiasmada con el proyecto, pero no permitas que Greenberg lo note. Explicale que le daras un giro personal al personaje. Consigue que sea el quien te ofrezca ese papel. Llevara tu carrera a otro nivel, te lo prometo.
– Pero yo no quiero ese papel.
Georgie percibio la frustracion de su padre y se preparo para recibir un enconado sermon acerca de su tozudez, falta de vision, inocencia e ingratitud. Pero, entonces, su padre hizo algo realmente extrano. Dijo:
– ?Por que no jugamos a las cartas?
– ?A las cartas?
– ?Por que no?
– Porque tu odias jugar a las cartas. Pero ?que te pasa, papa?
– A mi no me pasa nada. Solo porque me apetezca jugar a las cartas con mi hija no significa que me pase algo. Podemos hacer algo mas que hablar de trabajo, ?sabes?
Georgie no se lo tragaba. Laura debia de haberle contado lo de la cancelacion y, en lugar de reprocharselo directamente, su padre habia decidido utilizar otra estrategia. El hecho de que creyera que podia manipularla con aquellos torpes intentos de ser su «colega» la destrozaba. Su padre agitaba lo que ella mas queria delante de sus narices para obligarla a hacer lo que el quisiera. Esta era su nueva tactica para evitar que ella escurriera el bulto.
El dolor se transformo en rabia. Ya iba siendo hora de que el se enterara de que ella ya no le permitiria controlar su vida con la vana esperanza de recoger unas migajas de afecto por el camino. El ultimo mes de su vida la habia cambiado. Habia cometido errores, pero eran sus errores y tenia la intencion de que siguiera siendo asi.
– No me convenceras para que programe una nueva cita con Greenberg -dijo con rotundidad-. Ya la he cancelado.
Su corazon se puso a latir violentamente. ?Tendria el valor de mantenerse firme en su decision o volveria a ceder ante su padre?
– ?De que me estas hablando?
A Georgie se le formo un nudo en la garganta. Hablo deprisa, escabullendose.
– Aunque Greenberg me ofreciera el papel con mi nombre impreso encima del titulo, no lo aceptaria. Solo pienso hacer proyectos que me emocionen, y si no te parece bien, lo siento. -Y trago saliva con fuerza-. No quiero herirte, pero no puedo seguir asi, contigo y con Laura tomando decisiones a mis espaldas.
– Georgie, pero ?que dices?
– Te agradezco todo lo que has hecho por mi. Se que solo quieres lo mejor para mi carrera, pero lo que es mejor para mi carrera no siempre es lo mejor para mi.
?Dios mio, no podia echarse a llorar! Tenia que ser tan severa con el como el lo era con ella. Hurgo mas hondo en su creciente reserva de determinacion.
– Ahora necesito que te apartes, papa. Yo tomo el mando.
– ?Que me aparte?
Ella asintio con decision.
– Ya veo. -Las atractivas facciones de Paul no mostraron ni un apice de emocion-. Si, bueno… Ya veo.
Georgie se preparo para recibir su frialdad, su condescendencia, sus comentarios mordaces. Su carrera los habia mantenido unidos, pero aparte de esa carrera no tenian nada en comun. Si ella no se retractaba, su relacion con su padre se desvaneceria. ?Que ironia! Media hora antes, ella habia disfrutado de la compania de su padre por primera vez en mucho tiempo, y ahora estaba a punto de perderlo para siempre. Aun asi, no cederia. Se habia emancipado de Lance. Habia llegado la hora de emanciparse de su padre.
– Por favor, papa… Intenta comprenderme.
El ni siquiera parpadeo.
– Yo tambien lo siento, Georgie. Siento que hayamos llegado a esta situacion.
Y eso fue todo. Se fue sin mas. Recogio sus cosas en la casa de invitados y salio de su vida.
Georgie resistio la sobrecogedora necesidad de ir tras el y subio con pesadez las escaleras. A Bram debia de haberle dado pereza ir hasta su despacho, porque estaba sentado en el sofa del despacho de ella, con el tobillo de una pierna apoyado en la rodilla de la otra y uno de los blocs de notas de Aaron en el muslo. Georgie se detuvo en el umbral.
– Creo que… he despedido a mi padre.
Bram levanto la vista.
– ?No estas segura?
– Yo… -Se apoyo en el marco de la puerta-. Oh, Dios, ?que he hecho?