de todo, no se podia desligar a la senora Mao del propio Mao.
– Asi que estos dos libros nos hacen creer que Shang dejo algo a Jiao. Algo que podria usar en contra de los intereses de nuestro Partido.
– Sigo sin entenderlo, ministro Huang.
– No creo que haga falta que se lo explique todo por telefono. Conocera mas detalles cuando lea el expediente del caso que ha abierto el Departamento de Seguridad Interna.
– ?Lo estan investigando en Seguridad Interna? -pregunto Chen, frunciendo el ceno-. Ese Departamento suele encargarse de los casos politicos mas delicados. Entonces, ?por que me llaman a mi?
– Llevan semanas siguiendo a Jiao sin exito. Quieren adoptar medidas mas contundentes, pero algunos destacados camaradas de Pekin no creen que sea una buena idea. El camarada Zhao, ex secretario del Comite Central de Disciplina del Partido, entre ellos. Tenemos que pensar en las posibles repercusiones, eso esta claro. Tanto Xie como Jiao son conocidos en sus respectivos circulos, y tienen contactos en los medios occidentales. Ademas, si presionamos demasiado, Jiao podria asustarse y actuar de forma precipitada.
– ?Y que puedo hacer yo?
– Usted enfocara el caso desde otro angulo. Investigue a Jiao y a las personas con las que se relaciona, y, lo que es mas importante, descubra que le dejo Shang y recuperelo.
– Espere, ?que quiere decir con «otro angulo»?
– Cualquier enfoque que le parezca que funcionara. Mas suave que duro, ya sabe a que me refiero.
– No, no lo se. No soy el agente 007, ministro Huang.
– Es un caso que no puede rechazar, camarada inspector jefe Chen. Cualquier calumnia contra Mao, el fundador del Partido Comunista chino, afectara a la legitimidad de nuestro Partido. Se trata de una mision especial, y el camarada Zhao me ha aconsejado ponerme en contacto con usted. Segun la informacion obtenida por Seguridad Interna, podria usted acercarse a Jiao en alguna de las fiestas a las que suele asistir. Usted no desentonaria en esos ambientes. Podria aprovechar para practicar el ingles, o para recitar sus poemas.
– Entonces, debo acercarme a Jiao fingiendo ser cualquier cosa menos policia…
– Es en interes del Partido.
– El camarada Zhao me dijo eso mismo cuando investigaba otro caso -explico Chen, consciente de que no tenia sentido seguir discutiendo-. Pero sigue sin existir ninguna garantia de que Shang le dejara algo a Qian.
– No tiene que preocuparse por eso. Haga las cosas a su manera, confiamos en usted. Ya he hablado con el secretario del Partido Li. Como sabe, se va a jubilar pronto. Cuando ponga fin a esta investigacion, usted accedera a un cargo de mayor responsabilidad.
Era una indirecta evidente, pero ?le apetecia a Chen semejante ascenso? De todos modos, sabia que no tenia eleccion.
El ministro Huang se despidio y colgo. Chen cerro el movil.
Cuando volvio al restaurante, los fideos estaban frios, la cerveza evaporada y sin espuma, y la especialidad de la casa, grasienta y grisacea. Chen habia perdido el apetito.
La tia Yao se acerco a toda prisa a su mesa y se ofrecio a calentarle los fideos, que, tras tanto tiempo en la sopa, ahora tendrian la misma consistencia que el engrudo.
– No, gracias -respondio, negando con la cabeza mientras se sacaba la cartera.
Gang volvio a acercarse a Chen cojeando.
– Ahora lo reconozco -dijo Gang-. Usted vivia en este barrio, y me llamaba tio Gang. ?No se acuerda?
– ?Usted es…? -pregunto Chen, sin querer admitir que lo habia reconocido nada mas verlo.
– Tal vez un triunfador como usted no tenga buena memoria -dijo Gang con un brillo fugaz en la mirada-. Yo me comere las sobras.
– No he probado nada, salvo la cabeza de pescado -explico Chen.
– Le creo -dijo Gang dandole una palmadita en el hombro-. Ahora usted es alguien importante.
La cabeza de carpa ahumada los miraba con sus ojos repugnantes.
2
Cuando Chen volvio a su piso ya eran mas de las ocho.
La habitacion, en clara correspondencia con su estado mental, tenia un aspecto desolador: la cama por hacer, la taza medio vacia sobre la mesilla de noche. En el cenicero vio una pepita de naranja cubierta de moho que parecia un lunar, el lunar que tenia Mao en la barbilla.
Chen presiono a fondo la tapa del termo. No salio ni una gota de agua. Puso la tetera al fuego, con la esperanza de que una taza de buen te lo ayudara a aclararse las ideas.
Pero lo primero que le vino a la cabeza fue, inesperadamente, una imagen fragmentada de Ling sirviendo el te en una casa de Pekin con patio interior. Ling, que llevaba un vestido veraniego blanco, desmenuzaba petalos con los dedos y los echaba en la taza de Chen, de pie junto a la ventana de papel. Su silueta se recortaba en la oscuridad como un peral en flor…
La noticia de su matrimonio no lo habia pillado por sorpresa. Ella no tenia la culpa, se dijo de nuevo; no podia evitar ser hija de un miembro del Politburo.
De hecho, el tampoco podia evitar ser un poli.
Con el puno apretado contra la mejilla izquierda, como si combatiera un dolor de muelas, Chen se esforzo por concentrarse en el nuevo caso. No queria involucrarse en una investigacion relacionada con Mao, ni siquiera de forma indirecta. El retrato de Mao aun colgaba en lo alto de la puerta de la plaza Tiananmen, y, para un policia miembro del Partido, podria constituir un suicidio que lo asociaran, aunque solo fuera tangencialmente, con los secretos vergonzantes de la vida privada de Mao.
Chen saco un trozo de papel y, cuando intentaba anotar algo que lo ayudara a aclararse las ideas, recibio la llamada del secretario del Partido Li.
– El ministro Huang me ha hablado de su mision especial. No se preocupe por su trabajo en el Departamento -dijo Li-. Y no tiene que contarme nada sobre el caso.
– No se que decir, secretario del Partido Li. -El agua empezo a hervir, y la tetera a silbar. Li, que antes fuera mentor de Chen en el Departamento, lo consideraba ahora un rival-. Aun no se casi nada sobre este caso, pero no puedo rechazarlo.
– El ministro me ha solicitado que se le de acceso a los recursos de que dispone el Departamento. Asi que digame lo que necesita.
– Bueno, en primer lugar, no hable con nadie acerca de ello. Diga que voy a tomarme unos dias de permiso por razones personales. -Luego anadio-: El subinspector Yu deberia ponerse al frente de la brigada de casos especiales.
– Anunciare su nombramiento temporal manana. Se que usted confia en el. ?Va a contarle algo?
– No, no sobre este caso.
– Me encargare de todo lo que haya que hacer en el Departamento. Llameme cuando necesite cualquier cosa.
– Lo hare, secretario del Partido Li.
Tras colgar, Chen deambulo por la habitacion durante uno o dos minutos antes de dirigirse a la tetera, que ya hervia, pero entonces descubrio que la caja del te estaba vacia. Rebusco por el cajon, sin resultado. Tampoco tenia cafe, lo que no importaba demasiado, porque la cafetera llevaba semanas estropeada.
Chen inclino la cabeza hacia atras y se acaricio la barbilla. Se habia cortado al afeitarse por la manana. El dia habia sido aciago desde el principio.
De repente llamaron a la puerta. Para su sorpresa, recibio un paquete enviado por correo urgente con el expediente sobre Jiao que habia abierto el Departamento de Seguridad Interna. No esperaba recibirlo tan pronto.
Chen se sento a la mesa con una taza de agua caliente y comenzo a revisar el extenso expediente, repartido en varios sobres de papel manila. En Seguridad Interna habian realizado un trabajo exhaustivo: el expediente no solo contenia informacion sobre Jiao, sino tambien sobre Qian y Shang, de modo que abarcaba las tres generaciones.