caderas. El segundo dia te brotaran llagas dentro de las llagas y pensaras que los dolores de la vispera eran solo una broma. El tercer dia sera mucho peor.
Darkos trago saliva y su gesto cambio. Era evidente que sabia que su padre no falseaba ni exageraba las dificultades. Pero no aparto la mirada. Eso agrado a Kratos.
– Lo resistire.
– ?Estas seguro?
– Padre, aguante en las catacumbas de Ilfatar y consegui escapar con Rhumi. Despues, cuando mataron a Asdrabo y me quede solo, recorri mas de mil kilometros con el Gran Barantan, soportando que me metiera garbanzos entre los dedos mientras tenia que sufrir el traqueteo de su maldito carromato y que me triturara con sus charlas.
Por una vez has utilizado el verbo «triturar» con algo de propiedad, penso Kratos, pero prefirio dejar que el muchacho siguiera hablando.
– Despues de las horas de viaje, me obligaba a cortar lena, encender la hoguera, traer agua, almohazar a los caballos, limpiar el carro y cocinar la cena. ?A veces hasta tenia que darle masajes en los pies!
– Como iniciacion al sufrimiento no esta mal. Lo que yo habria llevado peor son las charlas de ese insufrible hombrecillo.
– ?Cuando salimos, padre? Debo preparar mi equipaje.
– ?Como que cuando salimos? ?Es que te he dicho en algun momento que si?
Darkos levanto la barbilla y entrecerro los ojos. Aunque el menton cuadrado lo habia heredado de el, el gesto de terquedad era tipico de su madre Irdile, a la que Kratos habia dejado en Tishipan porque no soportaba su caracter dominante. ?Le ocurriria lo mismo con Aide? Creia recordar que con Irdile habia tardado un ano en sostener las primeras discusiones, y no un mes escaso.
– Me lo debes -dijo Darkos.
– ?Que te lo debo? ?Se puede saber que me vas a echar en cara ahora? -?Que os abandone a tu madre y a ti?, anadio para si mismo.
– Yo te salve de esos barbaros Khrumi, ?te acuerdas?
– Si, con esa Zemal de mentira. Si llegan a descubrir que podian apagar las llamas de esa espada orinandole encima, te habrias metido en un buen lio.
– El que estaba en un lio eras tu. Yo te saque de el.
– Eso es cierto.
– Y gracias a que te lleve con el Gran Barantan, el te curo el hombro y pudiste manejar la espada de nuevo, triturarte a Ihbias y hacerte jefe de la Horda. Asi que tienes que dejarme ir.
Kratos se cruzo de brazos.
– ?Te parece bien echarle cosas en cara a tu propio padre? ?Esa es la educacion que te dieron en Ilfatar los Ritiones? En Ainar a los hijos que faltan al respeto a sus padres los azotan en las plazas publicas.
A ver que responde a eso, penso.
– ?No te estoy echando en cara nada! ?Es injusto que me digas eso! No te he pedido dinero, ni que me regales un caballo, ni ropa, ni nada. Lo unico que quiero es que me dejes ir contigo.
– ?Por que tienes tanto empeno? No sabemos a que nos vamos a enfrentar, pero me temo que el combate que libramos anoche contra la estatua viviente de Anfiun nos va a parecer una simple pelea de taberna en comparacion con lo que nos aguarda. Estamos hablando de hacerles la guerra a los dioses, hijo.
– ?Por eso mismo! Yo estaba ahi tambien, ?recuerdas? Oi lo que dijo Anfiun, que nuestro tiempo se ha acabado. ?Los dioses quieren que los humanos nos extingamos! Si se va a acabar todo, si va a ser el fin del mundo, yo quiero estar a tu lado. Eres mi padre, ?no lo entiendes? Me he pasado toda la vida sin saber quien eras. Ahora que por fin… que yo…
Darkos agacho la cabeza. Se le habia quebrado la voz y tenia los ojos llenos de lagrimas. Kratos penso que habria hecho su padre en una situacion similar. Probablemente, propinarle una bofetada y decirle: «Que no vuelva a verte llorar».
Lo que hizo Kratos fue abrazar a su hijo. Se dio cuenta de que el tambien tenia un nudo en la garganta. Respiro hondo, controlo la voz y dijo:
– Ve con Gavilan y preguntale que debes llevar para el viaje. Yo te elegire los mejores caballos. Si tenemos que cabalgar hasta el fin del mundo y mas alla, lo haremos juntos.
ARUBAK, ISLA DE NARAK
Si al oir la voz de la estatua y ver como inclinaba la cabeza hacia el Derguin no habia salido corriendo, era porque la armadura le impedia hacerlo con un minimo de dignidad.
La cabeza de la escultura habia cambiado. Aunque el cuerpo seguia siendo de aquel material negro que absorbia toda la luz, el rostro parecia ahora el del viejo Xoanos que Derguin conocia bien, ya que habia visitado varias veces el templo de Tariman en Narak. La barba y el pelo rojos, la piel de un suave rosado, las dobles pupilas rodeadas por iris azules. Pero los colores, desvaidos por el tiempo, habian recuperado su viveza, como si la estatua acabara de salir del taller del imaginero.
El gigante le sonreia, pero no movia la boca al hablar. La voz brotaba de algun lugar cercano a su cabeza, potente y clara, y hablaba en Rition.
– ?Eres Tariman? -le pregunto Derguin cuando fue capaz de articular palabra.
– Lo soy y no lo soy.
– No te entiendo.
– Este que ves no es mi cuerpo, sino una estatua animada por mi voluntad. La voz que escuchas es la mia, que te llega a traves de mucha distancia. Asi que soy y no soy Tariman. Para simplificar las cosas, considera que lo soy y dirigete a mi como Tariman. Nos ahorraremos muchos circunloquios. Puedes decirle a tu amigo El Mazo que se arrime. No voy a comermelo, no soy tan tragon como el.
– ?Sabes como me llamo? -pregunto El Mazo.
– Se supone que los dioses somos omniscientes. Es mentira, pero en mi caso la suposicion se aproxima bastante a la verdad. Espero que disculpeis que mantenga mi cuerpo de este color. Puede inquietaros un poco, pero me sirve para alimentarme.
– ?Alimentarte? -se extrano El Mazo, que se habia acercado tres o cuatro pasos mas.
– El sol -dijo Derguin-. No reflejas nada de luz. Te quedas con todo su
calor.
– Muy perspicaz, Derguin Gorion. Aunque seas vastago de una civilizacion tecnologicamente atrasada, demuestras comprender ciertas cosas. Espero, por tanto, que seas capaz de asimilar lo que voy a mostrarte, porque no nos sobra tiempo para largos preambulos. Observa.
Ante las miradas fascinadas de Derguin y El Mazo, el amplio pecho del gigante se ilumino y se convirtio en una ventana por la que se asomaron a otro lugar que no habian visto en su vida. Maravilla sobre maravilla, tambien podian escuchar las voces de los que hablaban. Fascinados, contemplaron el final de la asamblea de los dioses.
La lengua que escuchan es el Arcano. Tariman sabe que Derguin la conoce, pero tambien se da cuenta de que le resulta trabajoso seguirla. Puesto que bastante dificil le va a resultar comprender las imagenes y los conceptos, el dios herrero traduce las conversaciones al Rition, manteniendo los timbres y los tonos de las voces originales.
De momento, aunque el simulacro holografico que ocupaba su lugar en el Bardaliut ha desaparecido, Tariman conserva el control sobre sensores de todo tipo que le informan de lo que ocurre en tiempo casi real -hay que calcular cierto retraso debido a que la velocidad de la luz no es infinita-. Ignora cuanto tiempo durara esa situacion. Tubilok, aunque a ratos desvarie, es inteligente y no tardara en percatarse de que el y los demas dioses estan siendo espiados. Otra cosa es que descubra las trampas dentro de las trampas y que tenga en cuenta que Tariman guarda en su poder uno de los tres ojos.
Pero, por ahora, el dios herrero aprovecha la situacion.
Los ojos de ambos mortales se abren como platos al contemplar la pelicula que se desarrolla ante ellos en la