Garrett
Caia la noche y el cielo gris se volvia negro con rapidez. Aunque habia leido la carta miles de veces, seguia despertando en ella los mismos sentimientos que la primera vez. Durante meses esos sentimientos la perseguian a cada momento.
Sentada en la playa, volvio a enrollar la carta y con mucho cuidado la ato con un cordon y la devolvio a la botella. Al llegar a casa volveria a colocarla en su mesa de noche, donde siempre la tenia. Por la noche, cuando el brillo de las luces de la ciudad entraba a su habitacion, la botella destellaba en la oscuridad y era lo ultimo que veia antes de dormir.
Luego tomo las fotografias que le dio Jeb. Despues de regresar de Wilmington las habia observado una por una. Cuando las manos comenzaron a temblarle, decidio colocarlas en el cajon y no volver a mirarlas.
Sin embargo, en ese momento volvio a verlas y encontro la que le habian tomado a Garrett en el porche trasero. La sostuvo frente a ella y recordo todo sobre el: como se veia, como se movia, su sonrisa facil, las arrugas que le rodeaban los ojos.
Desde el funeral se habia mantenido en contacto esporadico con Jeb. Le habia dicho que descubrio por que Garrett habia en el
Una llamada telefonica de Jeb tres semanas antes fue lo que la llevo de vuelta a Cape Cod. Cuando oyo que su voz amable le sugeria tranquilamente que habia llegado el momento de seguir con su vida, los muros que habia construido a su alrededor para protegerse comenzaron a desmoronarse. Lloro la mayor parte de la noche, pero a la manana siguiente sabia lo que tenia que hacer.
Ahora, de pie en la playa, se pregunto si alguien la veria. Miro a un lado y al otro, pero el lugar estaba desierto. Solo el mar parecia moverse y a ella le atraia su furia. Lo miro largo rato mientras pensaba en Garrett.
Lo amo. Siempre lo amaria. Lo supo desde el momento en que lo vio en los muelles y lo sabia ahora. Ni el paso del tiempo ni la muerte podrian cambiar sus sentimientos. Cerro los ojos y susurro mientras lo hacia:
– Te extrano, Garrett Blake -dijo con suavidad.
Las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer al mismo tiempo que le quitaba el corcho a la sencilla botella transparente que sostenia con fuerza. Saco la carta que le habia escrito a Garrett el dia anterior, la carta que habia ido a enviar. Despues de desenrollarla comenzo a leer.
Mi amor:
T.
Despues de leer la carta por ultima vez, Theresa la enrollo, la guardo y sello la botella. La tuvo en las manos y le dio algunas vueltas, sabiendo que su viaje habia completado un ciclo. Por fin, cuando se dio cuenta de que ya no podia esperar mas, la arrojo tan lejos como pudo.
En ese mismo momento se sintio un viento fuerte y la niebla empezo a disiparse. Theresa se quedo ahi, de pie, en silencio y observo como se alejaba la botella flotando en el mar. Y aunque sabia que era imposible, imagino que nunca volveria a la orilla. Que viajaria por el mundo para siempre, llegando a lugares lejanos que ella nunca conoceria.
Cuando la botella desaparecio de su vista minutos mas tarde, se dirigio a su automovil. Mientras caminaba en silencio bajo la lluvia, Theresa sonrio con dulzura. No sabia cuando ni donde o si alguna vez alguien la encontraria, pero en realidad no importaba. De algun modo sabia que Garrett recibiria el mensaje.