vuelto con sus padres, queria que ella supiera la verdad, y cuando le dijo la verdad se enfado tanto por sus embustes que le colgo el telefono. Estuvieron una semana discutiendo y Pilar tenia razon en sentirse estafada, prosiguio el muchacho, le habia fallado, habia perdido la fe en el, y solo cuando le pidio que se casara con el empezo a suavizarse, a comprender que nunca volveria a decepcionarla. ?Matrimonio! ?Comprometido con una chica que aun no habia terminado el instituto! Espera a conocerla el mes que viene, dijo el muchacho. A lo que tu respondiste, con toda la calma de que eras capaz, que estabas deseando que llegara ese dia. 29 de marzo. La conversacion telefonica dominical con Willa. Finalmente le cuentas la confesion del chico, sin saber si eso servira de ayuda o empeorara las cosas. Es demasiado para que lo asimile en el acto y por tanto su reaccion pasa en los minutos siguientes por varias etapas distintas. Primera: silencio absoluto, un mutismo que dura lo suficiente para que te sientas obligado a repetir lo que acabas de explicarle. Segunda: dice unas palabras, con voz queda. «Esto es horroroso, mas de lo que se puede soportar, ?como puede ser verdad?» Tercera: sollozos, mientras vuelve a la carretera y rellena los espacios vacios en la imagen de su memoria, se representa la pelea entre los muchachos y ve a Bobby atropellado de nuevo. Cuarta: ira creciente. «Nos ha mentido -proclama-, nos ha traicionado con sus mentiras», y tu le contestas diciendo que no mintio, que simplemente no dijo nada, que estaba demasiado traumatizado por la culpa para hablar, y que vivir con esa carga casi le ha destrozado la vida. «Mato a mi hijo», declara, y tu respondes diciendo que lo empujo y cayo a la carretera y que la muerte de su hijo fue un accidente. Continuais hablando por espacio de mas de una hora, y una y otra vez le repites que la quieres, que no importa lo que decida ni lo que quiera hacer respecto al chico, tu siempre la querras. Vuelve a derrumbarse, poniendose finalmente en la piel del chico, te dice al fin que se hace cargo de lo mucho que ha sufrido, pero no esta segura de que entenderlo sea suficiente, no tiene claro lo que quiere hacer, no sabe si tendra fuerzas para mirarlo a la cara otra vez. Necesita tiempo, concluye, mas tiempo para pensarlo, y tu le aseguras que no hay prisa, nunca la obligaras a hacer nada en contra de su voluntad. Acaba la conversacion y una vez mas te sientes perdido en medio de un paramo. A ultima hora de la tarde, empiezas a resignarte al hecho de que el paramo es ahora tu hogar, donde te toca pasar los ultimos anos de tu vida.

12 de abril. Te recuerda a alguien que conoces, pero no sabes exactamente a quien, y entonces, a los cinco o seis minutos de que os hayan presentado, se rie por primera vez y comprendes mas alla de toda duda de que ese alguien es Suki Rothstein. Suki Rothstein a la incandescente luz de aquella tarde en la calle Houston de hace casi siete anos, riendo con sus amigas, de punta en blanco con su vistoso vestido rojo, la promesa de la juventud en su encarnacion mas plena y gloriosa. Pilar Sanchez es la hermana gemela de Suki Rothstein, un ser menudo y luminiscente que lleva consigo la llama de la vida, y deseas que los dioses sean mas clementes con ella de lo que fueron con la hija de tus amigos, condenada a la fatalidad. Llego de Florida al anochecer del sabado y al dia siguiente, domingo de Pascua, el chico y ella vinieron al piso de la calle Downing. El muchacho a duras penas podia apartar las manos de ella, e incluso mientras estaban sentados en el sofa hablando contigo, instalado en tu comodo sillon, la besaba en el cuello, le acariciaba la rodilla descubierta, le pasaba el brazo por el hombro. Ya la has visto antes, claro esta, hace casi un ano en aquel pequeno parque del sur de Florida, donde fuiste testigo clandestino de su primer encuentro, su primera conversacion, pero estabas muy lejos para reparar en sus ojos negros y apreciar la energia que emanan, la mirada fija que lo absorbe todo a su alrededor, que emite la luz que ha enamorado a tu hijo. Venian con buenas noticias, anuncio el chico, las mejores, y un momento despues te comunicaban que habian admitido a Pilar en Barnard con una beca completa y que en el mes de junio, inmediatamente despues de acabar el instituto, la chica vendria a vivir a Nueva York. Le dices que tu mujer tambien estudio en Barnard, que la conociste cuando aun estudiaba en esa universidad, y que la antorcha ha pasado de la madrastra del muchacho a ella. Y entonces (casi te caes de la butaca al oirlo) el chico anuncio que se habia matriculado en una universidad para alumnos que han interrumpido la carrera, la Facultad de Estudios Generales de Columbia, y en otono emprendera la ultima etapa para alcanzar la licenciatura. Le preguntaste como iba a costearse el fin de carrera y dijo que tenia algun dinero en el banco y que conseguira el resto solicitando un prestamo de estudios. Te quedaste impresionado de que no te pidiera ayuda, aunque de buena gana se la habrias ofrecido, pero sabes que es mejor para su moral que soporte esa carga por si solo. A medida que prosigue la charla, te das cuenta de que cada vez estas mas contento, que hoy te sientes mas feliz que en cualquier momento de los ultimos trece anos, y quieres brindar por esa felicidad, emborracharte con ese jubilo, y se te ocurre que pese a lo que decida Willa sobre el chico, seras capaz de llevar una vida dividida con las dos personas que mas quieres en el mundo, que disfrutaras de los buenos momentos donde y cuando se te presenten. Reservaste mesa en el Waverly Inn, ese venerable establecimiento de la vieja Nueva York, la Nueva York que ya no existe, pensando que a Pilar le gustaria ese sitio, y le encanto, en realidad llego a decir que se sentia como en el paraiso, y mientras los tres dabais cuenta de la cena de Pascua, la chica estaba llena de preguntas, queria saber hasta el ultimo detalle de como funciona una editorial, como conociste a Renzo Michaelson, como decides si aceptas o no un libro, y cuando contestabas a sus preguntas, viste que te escuchaba con la mayor atencion, que no se le olvidaria una palabra de lo que le estabas diciendo. En un momento dado, la conversacion derivo hacia la ciencia y las matematicas, y te encontraste escuchando unas deliberaciones sobre fisica cuantica, un tema del que no tuviste reparos en reconocer que se te escapaba por completo, y entonces Pilar se volvio hacia ti y dijo: «Mirelo desde este punto de vista, senor Heller. En la fisica clasica, tres por dos igual a seis y dos por tres igual a seis constituyen dos proposiciones reversibles. En la fisica cuantica, no. Tres por dos y dos por tres son dos cuestiones diferentes, dos proposiciones aparte y distintas». En este mundo hay muchas cosas de las que hay que preocuparse, pero el amor del muchacho por esta chica no es una de ellas.

13 de abril. Te levantas esta manana con la noticia de que Mark Fidrych ha muerto. Con solo cincuenta y cuatro anos, muerto en su granja de Northborough, en Massachusetts, cuando el volquete que estaba reparando se le cayo encima. Primero Herb Score y ahora Mark Fidrych, los dos genios malditos que embelesaron al pais durante unos dias, unos meses, y luego se perdieron de vista. Recuerdas la vieja cantinela de tu padre: Pobre Herb Score. Ahora anades otra baja a la lista de caidos: Mark Fidrych. Que el Pajaro descanse en paz.

ALICE BERGSTROM Y ELLEN BRICE

Es jueves, 30 de abril, y Alice acaba de terminar otro turno de cinco horas en el PEN American Center. Rompiendo la arraigada costumbre de los ultimos meses, no se apresurara a volver a Sunset Park para trabajar en su tesis. En cambio, se dirige al encuentro de Ellen, que libra los jueves, y las dos derrocharan el dinero en un almuerzo tardio en Balthazar, la brasserie francesa de la calle Spring, en el SoHo, a menos de dos minutos a pie de las oficinas del PEN en el 5 88 de Broadway. Ayer, otro agente les entrego una nueva orden judicial, lo que eleva a cuatro el numero de avisos de desalojo, y a principios de mes, cuando llego el tercero, Ellen y ella convinieron en que el siguiente seria el ultimo, que en ese momento devolverian sus distintivos de okupas y se marcharian, de mala gana, pero se irian. Por eso han quedado en verse en Manhattan esta tarde: para hablar del asunto y decidir lo que hacer, serenamente y con detenimiento, en un entorno alejado de Bing y de sus agresivos y exaltados pronunciamientos; ?y que mejor sitio para discutir con calma y sosiego que ese restaurante caro y elegante durante el tranquilo interludio entre el almuerzo y la cena?

Jake ya no cuenta para nada. La confrontacion para la que se preparaba desde la ultima vez que lo vio el 5 de enero se produjo al fin a mediados de febrero, y lo mas doloroso de esa ultima conversacion fue lo rapidamente que asintio a la interpretacion que ella dio de sus actuales circunstancias, la poca resistencia que ofrecio a la idea de irse cada uno por su lado, de dejarlo de una vez. Le pasaba algo, confeso el, pero lo cierto era que habia perdido el entusiasmo por ella, que ya no se moria de ganas de verla; se reprochaba a si mismo ese cambio en sus sentimientos y francamente no podia explicarse lo que le pasaba. Le dijo que era una persona extraordinaria, con numerosas y excelentes cualidades -inteligencia, humanidad, sabiduria- y que el era un individuo atribulado incapaz de quererla como se merecia. No examino el problema mas a fondo, no ahondo, por ejemplo, en los motivos por los cuales habia perdido el interes en ella desde el punto de vista sexual, pero eso habria sido esperar demasiado, dedujo ella, porque el admitio sin rodeos que esos cambios lo confundian tanto como a ella. Le pregunto si alguna vez habia pensado en someterse a psicoterapia y el contesto que si, que lo estaba pensando, que su vida era un caos y sin duda necesitaba asistencia psicologica. Alice noto que le estaba diciendo la verdad, pero no estaba completamente segura y siempre que repasa la conversacion en su cabeza, se pregunta si esa postura pasiva, autoacusatoria, no representaba tan solo la salida mas facil para el, una mentira

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