Dia de Navidad

El dia de Navidad amanecio frio y despejado. A las diez de la manana, Catherine, Brian y Michael llegaban al hospital.

El doctor Crowley los esperaba cuando salieron del ascensor en la quinta planta.

– Cielo santo, Catherine, ?estas bien? -pregunto-. No me he enterado de lo ocurrido hasta que he venido esta manana al hospital. Tienes que estar exhausta.

– Gracias, Spence, pero me encuentro bien. -Miro a sus hijos-. Todos nos encontramos bien. Pero ?como esta Tom? Esta manana, cuando he llamado esta manana temprano, lo unico que me han dicho es que habia pasado una buena noche.

– Y asi ha sido. Un signo excelente. Ha pasado una noche muy buena. Mucho mejor que la vuestra; de eso estoy seguro. Espero que no te importe, pero decidi que era mejor contarle a Tom lo de Brian. Los periodistas han estado llamando toda la manana al hospital, y no queria arriesgarme a que se enterara por boca de un extrano.

Empece por el final feliz, eso desde luego.

Catherine sintio una oleada de alivio.

– Me alegra que lo sepa, Spence. No sabia de que forma contarselo. Y no estaba segura de como reaccionaria.

– Se lo ha tomado muy bien, Catherine. Tom es mucho mas fuerte de cuanto la gente cree. -Crowley miro la medalla que Brian llevaba al cuello-. Se que te ha costado mucho poder dar esa medalla a tu padre. Te prometo que entre San Cristobal y yo nos ocuparemos de que se ponga bien.

Los ninos tironearon de Catherine.

– Es cierto. Os espera -dijo Spence con una sonrisa.

La puerta de la habitacion de Tom se hallaba entreabierta, Catherine termino de abrirla y se quedo alli de pie, mirando a su marido.

La cabecera de la cama estaba levantada. Cuando Tom los vio, en su rostro brillo la sonrisa de siempre.

Los ninos corrieron hacia el, pero se detuvieron a pocos centimetros de la cama. Ambos tendieron los brazos y le cogieron una mano cada uno. Catherine vio que los ojos se le llenaban de lagrimas al mirar a Brian.

'Se le ve tan palido… -penso-. Estoy segura de que le duele, pero se pondra mejor.' No tuvo que obligarse a que sus labios esbozaran una radiante sonrisa cuando vio como Michael le sacaba a Brian del cuello la cadena con la medalla de San Cristobal y los dos hermanos se la ponian a Tom.

– Feliz Navidad, papa -dijeron a coro.

Mientras su marido la miraba por encima de las cabezas de sus hijos, formando con sus labios en silencio las palabras 'Te amo', un verso de la cancion Noche de paz floto dentro de su ser:

… claro sol brilla ya…

AGRADECIMIENTOS

Esta historia empezo en una cena, cuando mis editores Michael V. Korda y Chuck Adams comenzaron a pensar en la posibilidad de una novela de suspenso ambientada en Nochebuena en Manhattan. Y me intereso.

Michael y Chuck, muchas gracias por aquella conversacion inicial y por toda la maravillosa ayuda a lo largo del camino.

Mi agente Eugene Winick y mi promotora Lisi Cade me brindaron ayuda y apoyo constantes. Merci y Grazi, Gene y Lisi.

Y, por ultimo, muchas gracias a los lectores, que son lo bastante amables como para esperar mis libros. Mis mejores deseos de paz, felicidad y tranquilidad en las vacaciones navidenas.

Mary Higgins Clark

***
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