contara todo, porque habia demasiados agujeros en la historia de que hubiera huido y asesinara a su amante, el uso del cajero, la llamada desde la cabina, todo aquello. Cosas asi. No queria limitarme a desecharlo y ayudarla a seguir con su vida. Asi que hable con ella. Recorde cuanto la queria y me preocupaba por ella. E hice algo muy raro.

– ?Que?

– Presuponer que decia la verdad. Si decia la verdad, sabia dos cosas, que el secuestrador era una mujer y que el secuestrador sabia que Katie Rochester habia usado el cajero de la Calle 52. ?Quien podia saberlo? Katie Rochester. Pero ella no fue. Loren Muse. Ni hablar. Y usted.

– ?Yo? -Edna Skylar pestaneo-. ?Habla en serio?

– ?Recuerda que la llame y le pedi que mirara la historia medica de Aimee -pregunto Myron- para saber si estaba embarazada?

Edna Skylar miro su reloj.

– No tengo tiempo para esto.

– Le dije que no se trataba solo de un inocente, sino de dos.

– ?Y?

– Antes de llamarle, le pedi lo mismo a su marido. El trabaja en ese departamento. Pense que a el le seria mas facil, pero se nego.

– Stanley nunca se salta las normas -dijo Edna Skylar.

– Lo se, pero mire, me dijo algo interesante, que con las leyes actuales de privacidad, la base de datos registra la apertura de un expediente medico, el nombre del medico que lo ha mirado y la hora en que lo ha hecho.

– Si.

– Asi que he comprobado el expediente de Aimee. ?Y sabe que he visto?

La sonrisa de ella empezo a debilitarse.

– Usted, doctora Skylar, ya habia mirado ese expediente dos semanas antes de que se lo pidiera. ?Por que haria algo asi?

Ella cruzo los brazos en jarras.

– No lo hice.

– ?Se equivoca el ordenador?

– A veces Stanley olvida su clave. Es probable que utilizara la mia.

– Ya. Olvida su clave pero recuerda la otra. -Myron ladeo la cabeza y se acerco mas-. ?Diria lo mismo bajo juramento?

Edna Skylar no contesto.

– ?Sabe en lo que fue realmente lista? -siguio el-. Al contarme que su hijo habia sido problematico desde el primer dia y se fugo para vivir su vida. Me dijo que seguia siendo un desastre, ?recuerda?

Un ruidito dolorido se escapo de sus labios. Los ojos se le llenaron de lagrimas.

– Pero no menciono su nombre. No habia motivo para hacerlo, claro. Y no habia razon para que se le conociera. Ni siquiera ahora. No formaba parte de la investigacion. No se quien es la madre de Jake Wolf ni la de Harry Davis, pero en cuanto vi que habia mirado el expediente de Aimee Biel, hice algunas investigaciones. Su primer marido, doctora Skylar, se llamaba Andrew Van Dyne, ?me equivoco? Su hijo se llama Drew Van Dyne.

Ella cerro los ojos y respiro hondo varias veces. Cuando los abrio de nuevo, se encogio de hombros intentando parecer despreocupada, pero no lo consiguio ni de lejos.

– ?Y que?

– Curioso, ?no cree? Cuando le pregunte por Aimee Biel, no me comento que su hijo la conociera.

– Ya le dije que no me veia con mi hijo. No sabia nada de el.

Myron sonrio.

– Tiene todas las respuestas, ?no, Edna?

– Le digo la verdad.

– No, no dice la verdad. Era otra coincidencia. Tantas malditas coincidencias, ?no le parece? Eso es lo que me obsesionaba desde el principio. ?Dos chicas del mismo instituto embarazadas? De acuerdo, no es tan raro. Pero el resto, dos chicas fugitivas, las dos utilizando el mismo cajero y todo eso. De nuevo digamos que Aimee decia la verdad. Digamos que una misteriosa mujer citara a Aimee en aquella esquina y le hiciera sacar dinero del cajero. ?Por que? ?Por que iba a hacer eso alguien?

– No lo se.

– Claro que lo sabe, Edna. Porque no eran coincidencias. Ninguna. Las dispuso usted todas. ?Que las dos chicas usaran el mismo cajero? Solo hay una razon para eso. El secuestrador, usted, Edna, queria que se relacionara la desaparicion de Aimee con la de Katie Rochester.

– ?Y por que iba a querer eso?

– Porque la policia estaba segura de que Katie Rochester habia huido, en parte gracias a que usted la viera. Pero Aimee Biel era diferente. Ella no tenia un padre abusivo con relaciones mafiosas, por ejemplo. Su desaparicion causaria una conmocion. La mejor forma, la unica forma, era evitar que ese clamor se desvaneciera si parecia que Aimee era tambien una fugitiva.

Por un momento se quedaron quietos. Entonces Edna Skylar se movio hacia un lado dispuesta a esquivarle. Myron se movio con ella, obstaculizandole el paso. Ella le miro.

– ?Lleva un microfono, Myron?

El levanto los brazos.

– Cacheeme.

– No es necesario. De todos modos, esto es una tonteria.

– Volvamos a ese dia en la calle. Stanley y usted pasean por Manhattan. El destino le tiende una mano. Ve a Katie Rochester, tal como le conto a la policia. Se da cuenta de que no esta desaparecida ni tiene problemas graves. Es una fugitiva. Katie le suplica que no diga nada. Y usted la escucha. Durante tres semanas, no dice nada. Vuelve a su rutina diaria. -Myron le estudio la cara-. ?Me va siguiendo?

– Le sigo.

– ?Por que cambia de parecer? ?Por que, despues de tres semanas, de repente llama a su antiguo amigo Ed Steinberg?

Ella cruzo los brazos.

– ?Por que no me lo dice usted?

– Porque su situacion ha cambiado, no la de Katie.

– ?Como?

– Me dijo que su hijo habia sido problematico desde el principio. Que se habia rendido.

– Es cierto.

– Puede que si, no lo se. Pero estaba en contacto con Drew. De alguna manera, al menos. Sabia que Drew estaba enamorado de Aimee Biel porque el mismo se lo dijo. Probablemente le dijo tambien que estaba embarazada.

Ella cruzo mas los brazos.

– ?Puede probarlo?

– No. Esa parte es especulacion. El resto no. Busco el historial de Aimee en el ordenador. Eso lo sabemos. Vio que si, que estaba embarazada. Pero mas que nada vio que pensaba abortar. Drew no lo sabia. El creia que estaban enamorados e iban a casarse, pero Aimee queria librarse de el. Drew Van Dyne no habia sido mas que un error tonto, por muy comun que sea, de instituto. Aimee estaba a punto de entrar en la universidad.

– Parece un buen motivo para que Drew la secuestrara -dijo Edna Skylar.

– Si lo parece. Si lo hubiera sido todo. Pero seguian molestandome las coincidencias. ?Quien sabia lo del cajero? Usted llamo a su companero Ed Steinberg y le saco informacion del caso. El hablo. ?Por que no? No era confidencial. Ni siquiera existia un caso. Cuando el menciono el cajero del Citibank, se dio cuenta de que eso podria ser el desencadenante. Se asumiria que Aimee tambien era una fugitiva. Y asi es como sucedio, llamo a Aimee, le dijo que era del hospital, lo cual es cierto, y que podria abortar en secreto. Quedo con ella en Nueva York. La espero a usted en la esquina, usted acudio, le dijo que sacara dinero del cajero. Su desencadenante. Aimee hizo lo que le dijo, pero le entro el panico. Quiere pensarselo. La tiene alli, al alcance, esta con la jeringa

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