recuerda por favor que no te conocia de nada, pense que seria una buena transicion.

– ?Transicion?

– Tu ya me entiendes. Eras un atleta profesional. Probablemente habias tenido muchas mujeres. Pense que quiza seria divertido ligar contigo. Algo fisico. Y que tal vez despues encontraria algo bueno. ?Me entiendes?

– Creo que si -dijo Myron-. Solo me querias por mi cuerpo.

– Mas o menos, si.

– Me siento fatal -dijo el-. No, emocionado. Dejemoslo en emocionado.

Eso la hizo sonreir.

– Por favor, no te ofendas.

– No me ofendo. -Y despues-: ?Fresca!

Ella se rio. Sono melodico.

– ?Como resulto tu plan? -pregunto.

– No fuiste lo que esperaba.

– ?Eso es bueno o malo?

– No lo se. Salias con Jessica Culver. Lo lei en una revista People.

– Si.

– ?Iba en serio?

– Si.

– Es una gran escritora.

Myron asintio.

– Tambien es guapisima.

– Tu eres guapisima.

– No tanto como ella.

Myron iba a discutirlo, pero supuso que sonaria demasiado condescendiente.

– Cuando me invitaste a salir, pense que buscabas algo, no se, diferente.

– ?Diferente como? -pregunto el.

– Por ser una viuda del once de septiembre -dijo ella-. La verdad es, y detesto reconocerlo, que me da una especie de halo de celebridad.

El lo sabia. Penso en lo que habia dicho Win, sobre lo primero que se le ocurria cuando oia su nombre.

– Asi que pense…, y no te conocia, pero sabiendo que eras un atleta profesional guapo que salia con mujeres que parecen supermodelos, me imagine que podia ser una muesca interesante en tu cinturon.

– ?Porque eras una viuda del once de septiembre?

– Si.

– Eso es enfermizo.

– No lo es.

– ?Por que?

– Ya te lo he dicho. Es como si se me hubiera pegado un halo de celebridad. Gente que no me daba ni la hora, de repente queria conocerme. Todavia me sucede. Hace un mes, empece a jugar en el nuevo equipo de tenis del Racket Club. Una de las mujeres, esa esnob rica que no me dejaba pisar su jardin cuando se mudo al barrio, se acerco a mi poniendo morritos.

– ?Morritos?

– Asi lo llamo yo. Poner morritos. Es algo asi.

Ali le hizo una demostracion. Apreto los labios, fruncio el ceno y pestaneo.

– Pareces Donald Trump echandose colonia.

– Esa es la cara de morritos. Me la ponen continuamente desde que Kevin murio. No les culpo. Es normal. Pero esa mujer poniendo morritos se acerco a mi, me cogio las manos con las suyas y me miro a los ojos, y con esa formalidad que dan ganas de gritar, me dijo: «?Eres Ali Wilder? Oh, estaba deseando conocerte. ?Como estas?» Tu ya me entiendes.

– Te entiendo.

Ella le miro.

– ?Que?

– Has puesto la version novio de los morritos.

– No estoy seguro de entenderte.

– No dejas de decir que soy guapa.

– Lo eres.

– Me viste tres veces estando casada.

Myron no dijo nada.

– ?Pensaste entonces que era guapa?

– Intento no pensar esas cosas de las mujeres casadas.

– ?Recuerdas siquiera haberme visto?

– No, la verdad es que no.

– Pero si hubiera sido como Jessica Culver, aunque estuviera casada, te acordarias de mi.

Espero.

– ?Que quieres que te diga, Ali?

– Nada. Pero ya va siendo hora de que dejes de tratarme como las morritos. Da igual por que quisiste salir conmigo. Lo que importa es por que estas aqui ahora.

– ?Puedo?

– ?Que?

– ?Puedo decirte por que estoy aqui ahora?

Ali trago saliva y por primera vez no parecia muy segura de si misma. Hizo un gesto con la mano invitandole a hablar.

El se lanzo.

– Estoy aqui porque me gustas de verdad, porque puedo estar confundido sobre muchas cosas y puede que tengas razon con lo de los morritos, pero la verdad es que ahora estoy aqui porque no puedo dejar de pensar en ti. Pienso en ti todo el dia y, cuando lo hago, se me pone una sonrisa tonta en la cara. Algo asi. -Fue su turno de hacer una demostracion-. Por eso estoy aqui, ?vale?

– Esa -dijo Ali, intentando no sonreir- es una buena respuesta.

El estuvo a punto de decir algo ingenioso, pero se contuvo. Con la madurez viene la contencion.

– Myron…

– ?Si?

– Quiero que me beses. Quiero que me abraces. Quiero que me lleves arriba y me hagas el amor. Quiero que lo hagas sin expectativas porque yo no tengo ninguna. Podria dejarte manana o podrias dejarme tu. No importa. Pero no soy fragil. No voy a describirte el infierno que han sido estos ultimos cinco anos, pero soy mas fuerte de lo que podrias imaginarte. Si la relacion sigue despues de esta noche, seras tu el que tendra que ser fuerte, no yo. Es un ofrecimiento sin obligaciones. Se que quieres ser bueno y noble. Pero no es lo que quiero. Lo unico que quiero esta noche eres tu.

Ali se inclino hacia el y le beso en los labios. Primero suavemente y despues con mas pasion. Myron sintio una ola dentro de el.

Ella volvio a besarle. Y se sintio perdido.

Una hora despues -o tal vez solo fueran veinte minutos- Myron se dejo caer de espaldas.

– ?Y bien? -dijo Ali.

– Uau.

– Dime mas.

– Espera a que recupere el aliento.

Ali se rio, y se acurruco mas contra el.

– Las extremidades -dijo-. No me siento las extremidades.

– ?Nada de nada?

– Una cosita tal vez.

Вы читаете La promesa
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×