– No es perro, sino perra. Y por supuesto que puedes… pero debes saber que, como se despierte, se empenara en lamerte por todas partes.

El nino sonrio.

– No se preocupe, senor. Me encantan los besos de perro… ?como se llama?

– Belleza.

El chaval sonrio un poco mas.

– Y duerme como la princesa de un cuento de hadas… aunque es una perra, no una princesa. Y yo no soy un principe.

– Bueno, puede que te conviertas en uno cuando ella te bese… -bromeo Genevieve.

El chico rio.

– Lo dudo. Voy a ser marinero, como mi padre.

Simon asintio con seriedad.

– Excelente. Inglaterra necesita buenos marinos. ?Como te llamas?

– Benjamin Paxton, senor.

El nino le ofrecio la mano y Simon la estrecho.

– Yo soy Simon Cooper. Ella es mi amiga, la senora Ralston. Me ha ayudado a elegir a Belleza -explico.

Benjamin miro a Genevieve y asintio a modo de saludo.

– Ha hecho un gran trabajo. Es de la carnada del herrero, ?verdad? Vi que estaba vendiendo cachorrillos…

– Si. ?Vas a comprar uno?

Benjamin sacudio la cabeza.

– No podemos tener perros. Mi hermana pequena se pone a toser y a estornudar cuando hay un perro cerca -contesto mientras acariciaba a Belleza-. Yo no toso ni estornudo.

– Puede que no, pero un hermano tiene el deber de cuidar de su hermana -observo Simon-, y estoy seguro de que cumples con ese deber.

El nino asintio.

– En efecto, senor. Ruful Templeton dijo cosas malas de Annabelle y yo le pegue en la nariz.

– Bien hecho. Yo tambien he golpeado unas cuantas narices por defender el honor de mi hermana pequena - confeso.

– Es lo que los hombres debemos hacer -afirmo el nino.

Belleza se desperto en ese momento e inmediatamente se puso a lamer al nino.

– ?Quieres sostenerla? -pregunto Simon.

Benjamin lo miro con asombro.

– Si, claro, senor…

Simon le dio la perrita a Benjamin, que estaba encantado.

– Tiene mucha energia… -continuo el pequeno.

– Si. Le vendria bien un paseo, pero estoy demasiado cansado. ?Por que no se lo das tu?

– Con mucho gusto, senor… No se preocupe por nada. Cuidare de ella.

– No lo dudo en absoluto. Llevatela entonces y vuelve dentro de un cuarto de hora.

– Asi lo hare, senor Cooper. ?Y gracias, senor!

Benjamin se alejo corriendo, con Belleza pisandole los talones.

– Me habia equivocado -dijo Genevieve.

Simon la miro.

– ?A que se refiere?

– Dije que su amor por Belleza ha sido el flechazo mas rapido que habia visto, pero Benjamin le gana. Pedir a ese chico que cuide de ella es como si yo le pidiera a Sofia que cuidara de un pez.

– Sospecho que a Sofia le gustan los peces…

– Son su comida favorita. No hay nada que le guste mas.

– No, seguro que usted le gusta mas.

– Solo porque soy la encargada de darle peces. Desde su punto de vista, la casa es suya y yo solo puedo quedarme mientras le sea de utilidad.

– Comprendo. ?Y si no lo fuera?

Genevieve suspiro.

– Me echaria a patadas.

Antes de que se diera cuenta de lo que hacia, Simon se rindio a la tentacion y paso un brazo por encima del respaldo del banco, de manera que sus dedos rozaron el hombro de Genevieve.

Solo era un roce, un contacto leve, pero se estremecio.

– Permitame que lo dude. Nadie seria capaz de despreciarla a usted de ese modo.

Simon supo que habia cometido un error cuando vio su mirada de angustia. Alguien la habia despreciado y la habia herido profundamente, y ese alguien no podia ser otro que Ridgemoor. Por enesima vez, se pregunto como era posible que el conde hubiera rechazado a una mujer tan exquisita, tan inteligente y de tanto caracter.

– A estas alturas de mi vida se que todo es posible, senor Cooper.

– Por favor, llameme Simon. Ya no somos unos perfectos desconocidos.

Ella lo miro y Simon noto por primera vez los destellos dorados de sus ojos azules.

– ?Nos considera amigos?

– Me gustaria que lo fueramos; aunque por mi parte, ya la considero amiga mia. A fin de cuentas me ha ayudado a elegir perro.

– Se han elegido entre los dos, sin que yo hiciera nada.

– Eso es cierto, pero no la habria encontrado sin usted. Ademas, es la unica persona que conozco en Little Longstone…

Simon bajo la cabeza y la miro con expresion de nino triste.

Genevieve sonrio.

– Por Dios, es la cara mas compungida que he visto en toda mi vida. Digame, ?es que la practica delante del espejo?

– Ahora que lo menciona, si. ?Ha surtido efecto?

– Ni mucho menos. Soy demasiado dura para enternecerme por…

– ?La cara mas compungida que ha visto en toda su vida?

– Exacto. Ademas, no soy la unica persona a la que conoce. ?Que me dice de Baxter?

– Ah, si, Baxter. Si fuera por el, me habria asesinado en el vestibulo de su casa antes de que tuviera ocasion de conocerla -declaro.

– Tambien esta Benjamin…

– Muy cierto -dijo, arqueando una ceja-. Y estoy seguro de que si yo lo invitara a llamarme Simon, aceptaria.

Genevieve lo imito y arqueo una ceja a su vez.

– Como propietario de Belleza, podria pedirle que lo llamara Penelope y el pobre chico se sentiria obligado a hacerlo -observo.

Simon rio.

– No podria estar mas en lo cierto. Y se divertiria mucho a mi costa. He notado un brillo de malicia en sus ojos… me recuerda a mi sobrino, Harry.

– ?Cuantos anos tiene su sobrino?

– Ocho. Aunque a veces parece que tiene veinte mas.

– Antes ha mencionado a una hermana; ?Harry es su hijo?

– Si, Marjorie. Tambien tiene una nina, Lily; es de tres anos y me parece la criatura mas hermosa de todo el Reino. Cuando crezca, su padre tendra que contratar a una docena de criados para que mantengan a raya a sus pretendientes.

– Y naturalmente, no hay parcialidad alguna en su opinion… -ironizo.

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