– Maldita sea, Gordon, ?que demonios estas haciendo aqui? -pregunto con la voz empanada por el miedo mientras procedia a efectuarle un apresurado reconocimiento. Cuando toco el hombro de Gordon, descubrio en el el pegajoso calor de la sangre.

– Estaba a punto de hacerte la misma pregunta -descubrio Gordon.

– ?Te han alcanzado solo una vez?

Gordon se estremecio y luego asintio con la cabeza.

– Me alcanzo el segundo disparo. Duele como un demonio, pero no es mas que un rasguno. No se si Colin ha tenido tanta suerte. Le he visto desplomarse con el primer disparo.

Nathan se quedo helado al oir el nombre de su hermano.

– ?Donde esta?

Gordon senalo a la izquierda con un brusco movimiento de cabeza. Al volverse, Nathan vio un par de botas que asomaban debajo de un arbusto. La vision le sacudio como un golpe fisico y tuvo que apretar con fuerza las mandibulas para reprimir el agonico ?Nooo! que broto de su garganta. Se quito el panuelo con rapidez, lo aplico a la herida de Gordon y coloco sobre ella la mano de su amigo.

– Aprietalo lo mas fuerte que puedas.

Entonces se levanto de un brinco y tiro de las botas con la mayor suavidad, hasta que el cuerpo aparecio en el fangoso sendero, al tiempo que en su cabeza se repetia el eco de una unica plegaria: «No permitas que muera. No permitas que mi codicia le haya matado».

En cuanto Colin emergio de entre los arbustos, Nathan se arrodillo a su lado. Colin alzo la mirada hacia el, solto un gemido y Nathan por fin dejo escapar el aliento que habia contenido. Su hermano estaba vivo. Ahora tenia que concentrarse en mantenerle asi.

– ?Puedes oirme, Colin? ?Donde te han dado? -dijo entre dientes al tiempo que sus conocimientos de medicina se abrian paso a cuchilladas entre el panico, obligandole a mantener la calma y a concentrarse en la labor que tenia entre manos.

– Pierna -jadeo Colin.

Nathan localizo la sangrante herida en el muslo de Colin y, tras un breve examen, dijo secamente:

– No hay herida que indique la salida de la bala. -Se desato la corbata y aplico presion para contener el flujo sanguineo-. Tengo que sacarte la bala lo antes posible. Luego hay que coser a Gordon. Debemos volver a casa. ?Teneis caballos?

– No -dijo Gordon, directamente a su espalda-. ?Y que diantre te hace pensar que voy a dejar que me cosas?

Nathan lanzo una mirada por encima del hombro y vio a Gordon de pie, mirandole con furia. Su amigo seguia presionandose la parte superior del brazo con la mano, pero incluso en la penumbra Nathan pudo ver como goteaba la sangre entre sus dedos. Como tambien pudo ver la ira brillando en los ojos de Gordon.

– Quiza porque soy el unico medico que hay en los alrededores y porque ambos necesitais cuidados medicos inmediatos.

– Diria que esta noche no ejerces solamente de medico, Nathan. -La mirada de Gordon se desvio hacia Colin-. Ya te habia dicho que algo sucio se tramaba. -Volvio entonces a fijar la mirada en Nathan-. ?Por que? Maldita sea, ?por que lo has hecho?

La mentira cuidadosamente tejida y alojada en la garganta de Nathan que supuestamente debia protegerle se deshizo como una tela pobremente confeccionada a la vista de la debacle acontecida esa noche. Su mente, normalmente agil, se sentia incapaz de pensar a la vista de su mejor amigo ensangrentado y de su hermano victima de un disparo de pistola. Sin duda, Gordon le creia culpable de algo… y tenia buenas razones para ello. Sin embargo, a juzgar por el tono de voz y por la mirada glacial de su amigo, tambien sospechaba lo peor.

Nathan se volvio lentamente a mirar a Colin y se quedo de piedra. Por mucho que las palabras de Gordon le hubieran dolido, fue la mirada que alcanzo a ver en los ojos de su hermano lo que le golpeo como un punetazo en el estomago. Y en el corazon. Las miradas de ambos se encontraron, enfrentadas, y las entranas de Nathan se encogieron ante la duda y la acusacion tan elocuentemente evidentes que vio en ojos de Colin.

– ?Nathan?

Solo una palabra. Pero el modo en que la dijo, la mirada que delataban sus ojos, basto para clavar una estaca en el corazon de Nathan.

Capitulo 1

La mujer moderna actual no deberia bajo ningun concepto permitir que un caballero se aproveche de ella, juegue con sus afectos o la considere un simple entretenimiento a arrinconar tras un interludio de placer. Si un caballero comete el error de actuar asi, ella deberia responder tratandole de un modo igualmente despreciativo. Una gesta vengada en su momento puede, de ese modo, quedar enterrada en el pasado.

Guia femenina para la consecucion

de la felicidad personal y la satisfaccion intima.

Charles Brightmore.

– ?Que es eso que lees con tanta atencion, Victoria?

Sin poder reprimir un sobresalto culpable, lady Victoria Wexhall cerro bruscamente el delgado ejemplar forrado en piel de la Guia femenina que descansaba sobre sus rodillas y levanto los ojos para fijar la mirada en tia Delia, que iba sentada frente a ella en el carruaje y que, durante la ultima hora, habia estado echando una cabezadita, pero que en ese instante la miraba desde unos ojos violaceos iluminados por la curiosidad.

El calor se adueno de las mejillas de Victoria, que rezo para no revelarse tan arrebolada como le parecia estarlo. Dejo el libro sobre el asiento de terciopelo gris y rapidamente lo cubrio bajo su chaquetilla de color verde oscuro. Sin duda tia Delia se quedaria horrorizada si llegaba a sorprenderla leyendo el libro cuyo explicito y provocativo contenido habia provocado un tornado de escandalo en Londres. Y no le cabia duda de que a su tia le horrorizaria saber lo que planeaba llevar a cabo en cuanto llegaran a Cornwall, gracias a haber leido el libro.

– No es mas que uno de los libros que compre en la libreria Wittnower's antes de salir de Londres. -Y antes de que su tia pudiera seguir cuestionandola, anadio apresuradamente-: ?Te encuentras mejor despues de tu siesta?

– Si. -Tia Delia acompano su respuesta con una mueca resignada y estiro el cuello a uno y otro lado-. Aunque me alivia saber que por fin llegaremos hoy a Cornwall y dejaremos de estar confinadas en este coche.

– Estoy de acuerdo contigo.

El viaje desde Londres habia resultado largo y arduo, un viaje que Victoria no habria realizado en circunstancias normales. Si alguien le hubiera sugerido que iba a renunciar por propia voluntad a la comodidad, al glamour y al torbellino social de la sociedad londinense -sobre todo en el momento en que la temporada estaba a punto de dar comienzo- para trasladarse a las remotas e incivilizadas tierras de Cornwall, le habria dado un ataque de risa. Aunque bien es cierto que poco podia imaginar que dispondria de la oportunidad idonea para vengarse merecidamente del hombre que la habia agraviado en el pasado. Armada con su ejemplar de la Guia femenina, que habia leido con suma atencion, y con un plan de ataque claramente disenado, estaba preparada. Aun asi, seguia incomoda ante lo poco oportuno del viaje.

– Todavia no puedo creer que papa haya insistido en que hagamos este viaje justo ahora. Sin duda podriamos haber esperado unas semanas.

– Con el tiempo aprenderas, querida mia, que hasta los hombres mas joviales son, en el fondo, irritantes criaturas.

– Como irritante es lo inoportuno de este viaje -dijo Victoria.

La irritacion que llevaba burbujeando bajo su piel desde que habia sido incapaz de convencer a su padre para que retrasara el viaje volvio una vez mas a superarla. Por motivos que no era capaz de descifrar, no habia logrado convencer a su padre, un hombre normalmente indulgente. Cuando quedo patente que el no pensaba dar su brazo a torcer, Victoria por fin habia accedido a doblegarse a su calendario. No era su intencion molestar ni desilusionar

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