dejo sin aliento. Cuando llego a su lado, Nathan sonrio.

– Estas preciosa -susurro.

– Tu tambien -le susurro ella a su vez, acompanando sus palabras con una sonrisa.

El vicario se aclaro la garganta y les miro, cenudo. La ceremonia prosiguio sin incidentes hasta que el sacerdote dijo:

– Si alguno de los presentes sabe de alguna razon por la que estas dos personas no puedan unirse en santo matrimonio, que hable ahora o que calle para siempre.

Nathan carraspeo.

– Tengo que decir algo.

Las cejas del vicario se arquearon hasta casi tocarle el nacimiento del cabello.

– ?Ah, si?

– Si. -Se volvio a mirar a Victoria-. Tengo que decirte algo.

Victoria palidecio.

– Dios santo -susurro-. No puede ser nada bueno.

– Me parece obvio que estas totalmente convencida de llevar esta ceremonia a su conclusion -dijo.

– Esos eran mis planes, si.

– Excelente. En ese caso, y deseoso de hacer una autentica revelacion antes de que seamos oficialmente marido mujer, quiero que sepas que… hum… ya no soy un hombre de posibilidades modestas.

– ?Que quieres decir?

– Lo que quiero decir es que Su Majestad me ha dado una cuantiosa recompensa por la devolucion de las joyas.

– ?Cuan cuantiosa?

Nathan se inclino hacia ella y le susurro al oido:

– Cien mil libras. -Se aparto de ella, disfrutando de su mirada absolutamente conmocionada-. Y ademas esta la casa.

– ?La casa? -repitio Victoria debilmente.

– En Kent. A unas tres horas de Londres. Segun Su Majestad, se trata de una finca modesta. Probablemente de no mas de treinta habitaciones. Mucho espacio para tus veladas y muchas hectareas para mis animales.

Ella le miro, boquiabierta.

– ?Cuanto tiempo hace que lo sabes?

– Tu padre me lo ha dicho hace apenas unos momentos… justo antes de que te acompanara hasta el altar.

La boca de Victoria se abrio y se cerro dos veces sin que de ella saliera sonido alguno. Por fin, dijo:

– ?Hace seis minutos que has tenido noticia de este dinero caido del cielo?

– Aproximadamente.

– ?Y no me lo has dicho?

Nathan se encogio de hombros y sonrio.

– Queria estar seguro de que no te casabas conmigo por mi dinero.

Victoria no dijo nada durante varios segundos y a continuacion solto una breve carcajada.

– Debo reconocer que es una noticia «insobrepasablemente» buena.

– No existe la palabra «insobrepasablemente».

– Ahora si. -Y entonces empezo a hablar tan deprisa que el apenas pudo entenderla. Se arriesgo a lanzar una mirada al vicario, que parecia estar a punto de sufrir una apoplejia.

– Victoria -susurro Nathan. Al ver que ella no interrumpia su parloteo, la hizo callar del unico modo que conocia. Estrechandola entre sus brazos, la beso.

– Dios del cielo -exclamo el vicario con voz indignada-. ?Todavia no! ?Aun no os he declarado marido y mujer!

Nathan interrumpio el beso y se volvio a mirar al hombre de rostro escarlata.

– Creame, padre, si no la hubiera besado, jamas habria tenido la oportunidad de hacerlo.

Volvio entonces su atencion a Victoria, que parecia acalorada y satisfecha con sus besos.

– Cielos -dijo-, me has besado para hacerme callar… asi es como empezamos.

– Cierto.

– Y ahora supongo que esto marca el fin del cortejo.

Nathan se llevo la mano enguantada de Victoria a la boca y deposito un beso en sus dedos.

– No, mi amor. En todos los sentidos, este es solo el principio.

Jacquie D'Alessandro

Jacquie se crio en Long Island (Estados Unidos). Se educo en un ambiente familiar, en el que sus padres alimentaron en ella su pasion por la lectura. Su hermana tambien le prestaba sus libros de Nancy Drew. Mas tarde, adquirio cierta predileccion por las novelas de corte sentimental y aventuras.

Tras graduarse se caso con Joe, y el matrimonio que ha tenido un hijo, Christopher, alias 'Junior', con quien residen junto a su gato en Atlanta, estado de Georgia.

A principios de los 90, el matrimonio adquirio un ordenador, por lo que se animo a escribir todas las historias que pasaban por su mente, y logicamente se decanto por el genero romantico.

Logro publicar su primer libro en 1999. Escribe tanto novelas situadas en la Regencia como cuentos actuales para Harlequin. Duena de un estilo elegante no exento de cierto toque humoristico, y con un habil dominio de la tecnica narrativa, Jacquie es una de las autoras mas sobresalientes del genero. Tambien puede destacarse que en sus novelas ha abordado temas como los malos tratos a las mujeres.

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