Jaquie D’alessandro.

Placer Y Trabajo

Prologo

Conseguir una cuenta de cien millones de dolares. Ese seria un magnifico regalo de Navidades.

Adam Terrell, director ejecutivo de Maxximum Advertising, pulso el boton para cortar la llamada telefonica que acababa de mantener y se levanto de su butaca. Estaba tan contento, que apenas pudo controlar el impulso de ponerse a bailar.

La posibilidad de representar a ARC Software en su nueva campana publicitaria no era una mala forma de empezar el dia. Todavia no habian cerrado el trato, pero Jack Witherspoon, presidente de ARC, le habia asegurado que Maxximum se encontraba en la lista de las empresas candidatas.

Ahora solo tengo que lograr que Maxximum sea la unica agencia en esa lista -se dijo en voz baja.

Incapaz de mantenerse quieto, cruzo el amplio despacho de moqueta azul y se dirigio a los ventanales. La sede de Maxximum se encontraba en un decimo piso de Madison Avenue, de modo que tenia una vista excelente de la ciudad y de la calle. Y al ver a los peatones de Manhattan, envueltos en sus abrigos por el frio invernal y cargados de bolsas de regalos, recordo que solo quedaban diez dias para Nochebuena.

Ahora ya sabia lo que queria encontrar bajo el arbol de Navidad: un contrato con la firma de Jack Witherspoon.

Pero su agencia no era la unica que queria conseguir aquel encargo, asi que tendria que encontrar la forma de salirse con la suya. Witherspoon queria que la campana estuviera preparada antes de la siguiente reunion de su junta de accionistas.

Adam decidio encargarselo a sus mejores profesionales y enseguida penso en dos personas: Matt Davidson y Jillian Taylor. Los dos eran ambiciosos, excepcionalmente creativos y poseian mucho talento; ademas, se concentraban totalmente en su trabajo y eran muy competitivos, sobre todo entre ellos. Habia sido asi desde la llegada de Matt a la empresa, cuando consiguio un contrato con Strattford Furniture que Jillian habia estado persiguiendo durante varias semanas.

En el ano transcurrido desde entonces, Adam habia observado que no dejaban de desafiarse el uno al otro, pero no le importaba: su aparente animadversion sacaba lo mejor de ellos y Maxximum salia ganando. Si Jilly no podia conseguir un cliente, Matt lo hacia. Y viceversa.

– Jilly y Matt -se dijo-. Si, buena idea…

Sabia que, si les pedia que prepararan un proyecto para ARC, uno de los dos lograria el contrato. Estaba seguro de ello.

Adam era consciente de que ni a Jilly ni a Matt les gustaria la idea. El verano anterior les habia propuesto algo parecido con otro cliente, Lone Star Steaks, y su reaccion no habia sido muy buena. Pero al final, Jilly obtuvo lo que querian gracias, en gran parte, a su competencia con Matt.

La tactica resultaba algo maquiavelica, pero Adam se encogio de hombros. El mundo de la publicidad era muy duro y el no habia logrado que Maxximum se convirtiera en una de las principales agencias de Nueva York, en solo diez anos, por el procedimiento de comportarse como un buen samaritano. Pero se dijo que tal vez seria mas adecuado que ni Jill ni Matt supieran que tenia intencion de encargarles el proyecto a los dos, y decidio que lo mantendria en secreto hasta que ya fuera demasiado tarde.

Adam sonrio, regreso a su escritorio y descolgo el telefono. Aquello iba a ser muy divertido.

Capitulo 1

Matt Davidson salio del despacho de Adam Terrell, cerro la pesada puerta de roble y conto hasta cinco para mantener la calma. Llevaba mucho tiempo esperando una oportunidad como aquella y estaba convencido de que podria conseguir el contrato de ARC. Si lo lograba, podria despedirse del cubiculo donde trabajaba y tener despacho propio, lograr un ascenso e incluso un salario mejor.

Mientras daba vueltas al sinfin de ideas que lo asaltaban, se dirigio al escritorio de la secretaria de Adam, Debra. Su jefe le habia dicho que le pidiera el numero telefonico de la agencia de viajes de Maxximum y que se reservara una habitacion en el Chateau Fontaine para pasar el fin de semana. Adam ya habia reservado una suite en el mismo establecimiento, uno de los hoteles mas elegantes y caros de Long Island, a Jack Witherspoon; tenia intencion de ganarse su apoyo y Matt no dudaba que la lujosa decoracion, los vinos, las cenas, la piscina interior y los puros habanos serian un poderoso estimulo.

Debra estaba hablando por telefono en aquel momento, pero sonrio al verlo y le hizo un gesto para que supiera que no tardaria en colgar. Matt asintio y se apoyo en una columna de marmol blanco que decoraba la sala.

En el hilo musical sonaban villancicos y alguien habia instalado un arbol de Navidad junto a las cristaleras. Aquello le recordo que tendria que comprar los regalos de rigor; habia pensado comprar un DVD a su hermana y a su cunado, una casa de munecas a su sobrina y algo mas especial, una pequena sorpresa, para su padre y su madre. A fin de cuentas, sus padres se lo merecian; habian pasado una temporada muy mala; de hecho, esperaban tener los resultados de las pruebas de su madre ese mismo fin de semana, asi que cruzo los dedos para que fueran buenas noticias. Todos estaban preocupados por ello, pero no estaba dispuesto a dejarse llevar por el pesimismo.

En aquel momento, la voz de Debra lo devolvio a la realidad.

– Siento haberte hecho esperar -dijo, con un destello de deseo en sus ojos azules.

Matt penso que deberia haberse sentido halagado por la mirada de Debra; pero a pesar de que era una mujer inteligente y muy guapa, no se sentia atraido por la secretaria. Sin embargo, su reaccion habria sido igualmente fria de haber sentido algo por ella. Ya habia aprendido la dura leccion de no mantener relaciones fisicas con companeros de trabajo, y por supuesto, no pensaba tropezar dos veces en la misma piedra.

– ?Que puedo hacer por ti? -pregunto ella, humedeciendose los labios.

Por el gesto de Debra, Matt supo que se le estaba insinuando.

– Necesito el numero de la agencia de viajes -respondio con una sonrisa educada.

– Ahora te lo doy -dijo mientras consultaba su agenda-. Por cierto, esta noche vamos a ir a Little Italy, a cenar al Carmine. ?Te apetece venir con nosotros?

Matt nego con la cabeza.

– Lo siento, pero ya tengo planes.

– ?Con una mujer?

Matt considero la posibilidad de mentir, pero en ese momento no estaba saliendo con nadie y nunca le habian gustado las mentiras: le habian hecho demasiado dano a lo largo de su vida. Ademas, y como solia decir su padre, una de las ventajas de decir la verdad es que luego no habia que hacer un esfuerzo para recordar en que se habia mentido.

– No, me temo que es una cita con mi ordenador y con el trabajo. Tengo que desarrollar varias ideas.

Debra le apunto con un dedo.

– Ya sabes lo que dicen de los que trabajaban mucho y no se divierten…

– Si, lo se, pero yo soy asi.

Matt habia sido completamente sincero. Era jueves y debia marcharse al dia siguiente al hotel de Long Island, asi que apenas tenia tiempo para poner en orden sus ideas y preparar una presentacion rapida. Con toda probabilidad, tendria que pasarse toda la noche trabajando. Y en cuanto a las relaciones con las mujeres, no habia tenido nada serio desde su ruptura con Tricia, el ano anterior; pero eso no le incomodaba en absoluto: preferia vivir sin problemas.

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