Finalmente obedecio y metio los pies en el agua, el se habia tomado la molestia de traerlo. Igual que le habia llevado una taza de te caliente unos minutos antes, diciendo que le iba a sentar bien para recuperarse un poco de todo lo sucedido.

Mac habia estado cuidando de ella continuamente, cuando el estaba pasando lo mismo que ella. No estaban solos en casa, habia dos policias en la cocina que habian estado manipulando el telefono para poder grabar las llamadas. Pero en ese momento estaban como ella y Mac, esperando noticias, tomando tranquilamente un te. El te caliente y el jabon desinfectante no servian de nada, aunque las manos de Mac, acariciando su cuello y sus hombros le dieron fuerzas.

No iba a servir de nada gritar y llorar. Tenian que intentar mantener la calma. Estar preparados para cuando el secuestrador llamara. Reaccionar con la suficiente inteligencia para que Annie se salvara.

Mac comenzo a darle un masaje en el cuello, aunque ella sabia que no iba a relajarse mientras su hija estuviera en manos de un desconocido. Pero la comunicacion con Mac, su carino, sus caricias y su compania significaban todo para ella.

– Conseguiremos recuperarla -dijo ella.

– Ya lo se.

– No ha pasado mucho tiempo y todos los policias estan buscandola. -Ya lo se -la voz de el fue tranquila y relajada, exactamente lo que ella necesitaba escuchar-. Y ahora vamos a ver esos pies, pequena.

Ella levanto un pie, luego el otro. A Mac le impresionaron los rasgunos y las heridas, pero ella parecia no darse cuenta. Ella lo miraba a el. El rostro de Mac estaba palido, sus ojos aterrados, su rostro completamente tenso y Kelly comprendio todo el miedo que su marido intentaba ocultar.

De repente el telefono sono y ambos dieron un respingo. Habia grabadoras por toda la casa y ellos no tenian que contestar hasta recibir una senal de los policias. Ambos se levantaron y corrieron a la cocina.

Henry Spaulding, el detective de pelo gris, estuvo a punto de chocarse en el vestibulo con ellos.

– ?La tenemos! – el hombre les sonrio por primera vez-. A la nina. Y esta bien. Se encuentra perfectamente.

– ?Esta usted seguro? -pregunto ella sofocada.

– Claro, se lo prometo. La nina esta bien.

– ?Y donde esta ahora? -pregunto Mac, despues de abrazarla.

– Esta en camino. Llegara en un cuarto de hora -aseguro Henry-. Todavia no hemos atrapado al secuestrador, pero tenemos una pista de su paradero. Y sabemos quien es. Se trata de Rawlin White, de veintinueve anos, que perdio a su mujer y a su hijo hace tres anos. Sufrio una crisis nerviosa y le tuvieron que hospitalizar. Este mismo ano fue demandado por una mujer a la que asusto en un parque cuando iba con su nino.

El hombre hizo una pausa.

– Mas tarde, hace dos meses, volvieron a dar un aviso de que habia un hombre rondando una guarderia infantil. Era Rawlin, aunque no hizo nada, solo merodear por alli. En cualquier caso, Smythe, uno de los policias que trabajaron en el caso de la madre que lo demando, penso que por la descripcion podia tratarse de ese hombre. Y aunque no es- ternos seguros hasta que lo atrapemos, pensamos que Rawlin no queria hacer dano a su hija. Lo unico que sucede es que esta obsesionado por la perdida de su propio hijo. Seguramente solo queria tener al bebe un rato en sus brazos.

– Annie… -le interrumpio Mac.

– Ya, usted quiere saber donde la encontramos. Segun parece, ella se echo a llorar. Lloraba tan fuerte que el se asusto, asi que la dejo en el suelo y echo a correr. Una mujer lo vio todo y llamo a la policia. Hasta que esta llego la estuvo cuidando.

Kelly no pudo seguir escuchando. Impaciente, se dirigio a la puerta principal, y desde alli vio llegar el coche celular. Kelly salio a recoger a Annie a toda velocidad y antes de que la mujer policia que llevaba a la nina en brazos pudiera salir del coche, Kelly ya estaba a su lado. Annie estaba llorando. Debia de tener hambre, y eso significaba que estaba bien. Asi que ese llanto tranquilizo a su madre.

Tomo a la nina en brazos, mientras Mac llegaba hasta donde estaban ellas y las abrazaba a ambas. El estaba llorando, igual que ella.

A medianoche, la casa estaba ya en calma. Aunque Mac y Kelly todavia no estaban del todo tranquilos. Ambos debian de estar al borde del agotamiento nervioso. Y seguian frente a la cuna, viendo dormir a Annie.

– Tenemos que irnos a la cama, Mac. Esto es estupido. La nina esta bien y nosotros estamos exhaustos.

– Lo se, pero…

Pero ninguno de los dos podia dejar de mirar a la nina. Kelly pensaba en lo afortunados que habian sido. Ese dia podia haber acabado de un modo muy distinto. Al fin y al cabo, nadie habia hecho dano a la nina. Despues de darle de cenar y banarla, habian tenido que acostarla, aunque se hubieran quedado con ella en brazos toda la noche.

KelIy no podia parar de mirar como la nina dormia con su pulgar dentro de su boquita, las pestanas claras cayendole sobre las mejillas sonrosadas.

Mac estaba en silencio. Apenas habia dicho nada desde que se marcho la policia. Pero, de pronto, reacciono.

– Vamos -le dijo carinosamente-. Necesitas descansar los pies, sino no se te van a curar los cortes y ampollas que tienes.

Ella asintio y ambos se dirigieron al dormitorio, donde despues de desnudarse se metieron a la cama. Ella se abrazo a el.

– Todo va bien, Mac.

– Asi es.

– La nina esta a salvo, y nosotros tambien. Asi que todo se ha terminado.

Kelly se apretujo mas contra su marido. No podia pensar en hacer el amor, ambos estaban exhaustos, pero queria sentirle cerca de ella. Era como la confirmacion de que estaban a salvo. Los tres. Paso la pierna entre las de el y noto como Mac se ponia tenso. Luego se besaron. Delicadamente, aunque con pasion. Era como si la tension acumulada se escapara a traves de ese beso.

Mac se incorporo, la beso en la frente y se volvio a acostar hacia su lado.

Kelly no se extrano, tenian que recuperarse de la impresion. Tampoco se extrano la noche siguiente, cuando sucedio lo mismo.

Pero una semana despues, y habiendose fijado en que Mac no se comportaba del mismo modo con ella, si se comenzo a preocupar. Mac habia vuelto al trabajo y en la casa seguia comportandose como siempre con Annie, pero no habia vuelto a hacer el amor desde el secuestro. Ademas, Mac no debia de estar durmiendo bien, como delataban las ojeras profundas que tenia.

Kelly penso que Mac debia de seguir echandose la culpa por lo sucedido. Y podia entenderlo perfectamente, ya que tambien ella se habia estado culpando.

El martes siguiente hizo un dia soleado de primavera. Cuando Annie se desperto de su siesta, Kelly les dijo a Benz y Martha que iba a sacar a la nina a dar un paseo. Pese a las protestas de ellos, que pensaban que quiza no debieran de salir ellas solas, Kelly insistio en que hacia una semana que no salian. Ademas solo iban a acercarse hasta su antiguo apartamento para recoger la ropa de verano. Asi que no tardarian mas de una hora en ir y volver.

Aunque era cierto, la verdadera razon por la que Kelly queria salir era que queria pensar con claridad. Poco despues llegaban a su antiguo vecindario. Su apartamento olia a cerrado, asi que abrio varias ventanas.

Recordo que en un tiempo ese habia sido su hogar, pero en ese momento se sentia extrana alli. La relacion con Mac habia cambiado su vida completamente. De algun modo, habia madurado con el. O al menos, habia sido asi hasta hacia poco.

Kelly suspiro y acaricio la cabeza de su hija.

– Esto no esta funcionando, carino. Lo mejor sera que recoja la ropa de verano y nos marchemos.

Acababa de comenzar a vaciar el armario del dormitorio cuando oyo ruido en la puerta.

– Kelly, no te asustes -la tranquilizo Mac-. Soy yo. Ella sabia que Mac tenia una llave del apartamento, pero no se esperaba verlo alli. Salio a recibirlo con una sonrisa en los labios. Pero al ver la expresion seria de el, la sonrisa desaparecio.

– Me has abandonado.

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