Queria darle las gracias por el arbol y deshacerse de el lo antes posible, pero no habia manera de articular palabra. Y Andy, haciendo lo contrario a lo que habia dicho que iba a hacer, se quito la cazadora y la lanzo al sofa.

– No quieres hablar conmigo, y lo comprendo. Yo tampoco te hablaria a ti si estuviera en tu lugar. Te he dejado colgada.

Aquel error tenia que ser corregido.

– He sido yo quien te ha decepcionado.

– De eso nada -no la habia tocado, pero estaba muy cerca de ella-. Solo desearia tener una excusa para haber actuado de una forma tan tonta. Lo mejor que puedo decir en mi defensa es que empezaste hablandome de un robo y que yo me deje llevar por mi instinto y respondi como un agente de la ley.

– Es que eres agente de la ley.

– No contigo, Maggie. Contigo mi placa no vale. Soy solo tu amante… o lo era. Pero nada mas marcharme, empece a sentirme fatal. Empece a pensar en lo mal que te habian hecho sentir esas pesadillas, la ansiedad, toda la presion. Estaban mortificandote, y yo no dejaba de tomarte el pelo para que no las considerases en serio.

La estaba obligando a hablar.

– Andy, tu no has hecho nada malo. Simplemente no sabias, al igual que tampoco lo sabia yo, que la cosa habia sido tan seria.

– Si, intentaste salvar a tu familia. Yo diria que eso es algo que cualquier persona que haya amado alguna vez habria hecho, pero tu lo consideras un crimen capital -Andy miro por la ventana. Los copos de nieve brillaban como cristales a la luz de la luna-. Cuando me marche, me di cuenta de que es lo que necesitabas: necesitabas a alguien que te ayudase a superarlo. A ver mas alla. Alguien que te empujase a perdonarte a ti misma, ya que pareces demasiado testaruda como para hacerlo sin que te empujen.

Lo de llamarla testaruda volvio a ponerle un nudo en la garganta.

– Gautier, lo que hice no es una tonteria. No segun tus valores, y tampoco lo es segun los mios.

– Puede que no hicieras lo que debias, pero por ahora no he conocido a nadie que no haya metido la pata alguna vez. Y tengo una teoria…

– ?Una teoria?

Andy asintio.

– La teoria de que si vas a cometer mas actos inmorales y salvajes como ese en el futuro, lo mejor seria que estuvieras casada con un agente de la ley. No estoy diciendo que deba ser conmigo, claro…

– ?No?

Habia dejado de mirar la nieve y la estaba mirando a ella. Solo a ella.

– No. Se que he echado a perder esa oportunidad. Si uno traiciona la confianza que alguien ha depositado en el, no puede esperar que le den una segunda oportunidad. Pero tengo una teoria sobre el hombre adecuado para ti. Tu valoras muchisimo tu autonomia, tu seguridad, y cualquier hombre que pretenda limitarte no sera bueno. Tiene que ser alguien capaz de respetar tu independencia, capaz de respetar que hay cosas que tienes que hacer a tu manera, que necesitas un poco de peligro de vez en cuando. Y luego esta lo de esa fachada de firmeza y fuerza que le ofreces al mundo. Es verdad que eres una mujer llena de coraje y valor, pero en esas raras ocasiones en las que la vida te gana la partida… necesitas que esa persona este a tu lado. Que sea un hombre que te haga sentir a salvo, incluso cuando hayas perdido tu fuerza. Alguien en quien confies ciegamente, porque sepas que tanto en los buenos como en los malos momentos, va a estar ahi.

Maggie nunca lloraba, y menos en una crisis. En esas ocasiones habia que ser fuerte y mantener el tipo, porque nadie mas queria hacer ese trabajo. Pero Andy sabia perfectamente que no estaba describiendo a un extrano, y la estaba mirando como si fuera el sol y la luna, y mas preciosa que ambos.

Se seco la mejilla brevemente con el dorso de la mano y levanto la barbilla.

– ?Y tienes… alguien pensado?

– No, a nadie. Pero creo que un par de ninos encajarian a la perfeccion en ese escenario, Y un lugar disenado teniendo en cuenta vuestras necesidades. Y los suenos son otra cosa. Ese hombre y tu no teneis por que tener los mismos suenos, pero pensando en el futuro, es algo que importa. Si no se pueden compartir los suenos, no se tiene nada.

– ?Algo mas?

Era una pregunta para ganar tiempo, porque no iba a poder soportar aquello mucho mas.

– Eh… si, si. El sexo tiene que ser bueno. Teniendo en cuenta tu deseo y tu pasion, tendra que ser un tipo que aprenda deprisa. No se si un chaval de campo podria ser adecuado para el puesto… a no ser que estes dispuesta a concederle algunos puntos por entusiasmo y resistencia. Y luego esta el ingrediente critico que tambien debe poseer…

– ?Que?

Quizas el debio pensar que estaba exasperada consigo misma, porque Andy aprovecho la excusa para acercarse aun mas y sacar un panuelo del bolsillo para limpiarle los ojos y ofrecerselo despues.

– Suenate -ordeno.

– Ni lo suenes. No pienso sonarme delante de ti.

– Creeme, Mags, esto es parecido a lo de la pasta de dientes. Tienes que hacerlo sin pensar para luego no volver a sentir verguenza.

Se sono como si fuese la chimenea de un barco. La verdad es que confiaba en el. En las cosas de la pasta de dientes. En todo. Podia ser ella misma con el, sin tener que ocultar nada, sin fingir. Esa era una de las razones por las que lo queria tanto, por las que su corazon se habia partido en dos al pensar que habia cometido un error que iba a costarles lo que tenian juntos.

– Y… ?cual es el ingrediente critico que debe tener ese hombre?

– Amor -contesto con gravedad-. No es que piense que el amor sea mas importante que el resto, porque no lo es. Tiene que estar tambien todo lo demas: confianza, respeto, honor, suenos y buen sexo. Pero si al amor hubiese que darle puntos, yo seguiria dandole un nueve sobre diez -trago saliva y su voz se volvio algo ronca-. Y yo te quiero mas que a la vida misma, Maggie.

Ella se lanzo a sus brazos pensando que aquel condenado hombre debia haberla obligado a sonarse la nariz deliberadamente porque esperaba que hiciese precisamente aquello, abrazarla, besarla hasta dejarla sin sentido.

– Y yo te quiero a ti -declaro-. Andy… creia que te habia perdido.

– Creo que nos hemos encontrado el uno al otro, en mas de un sentido. Hay un anillo al pie de ese arbol…

– Que a mi me encantaria ver. Me encantaria llevarlo en el dedo… pero tiene que esperar un minuto mas.

Y volvio a besarlo con el corazon rebosante de felicidad.

Llevaba mucho tiempo aferrada a su independencia, y creia que nunca iba a encontrar a alguien que pudiese conocerla, fallos incluidos, y aun asi quererla. Pero Andy no solo la queria, sino que habia llegado a comprender que el padecia la misma vulnerabilidad y era igual de malo perdonando sus propios errores.

Pero ella estaria a su lado. Puede que el no estuviese completamente convencido de ello, pero tenia toda una vida por delante para hacer que su agente de la ley se sintiera infinitamente amado. Con el rabillo del ojo, vio las luces del arbol de Navidad… su arbol. Su magia. Y se arrodillaron junto a el, susurrando promesas para el futuro, sabiendo ambos que su amor tenia las raices en la realidad… la mejor magia posible.

Jennifer Greene

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