– Tiene un Lexus Hybrid -dijo Raoul-. Asi que cuatro, pero los tres que vayan detras no pueden ser grandes. No cabrian.

Hawk asintio.

– Les dire que se reunan contigo en el aparcamiento.

– Pero… ?quienes son? ?Y por que tienen que reunirse conmigo? -pregunto Nicole.

– Pizza -dijo Hawk-. Vamos a cenar pizza despues de los partidos. Los jugadores, sus novias, unos cuantos chicos del instituto. Es una tradicion. Me gusta mantenerlos ocupados cuando todavia tienen mucha adrenalina en el cuerpo. Tenerlos a todos en una pizzeria es mejor que dejarlos por ahi sueltos para que hagan una tonteria o se hagan dano. No todos los chicos conducen, asi que necesitamos coches extra.

Ella sabia que Raoul estaba alli, a su lado. Por algun motivo, no se sentia comoda negandose delante de el. Quiza fuera porque sabia que el chico no tenia a nadie de su lado. Pero si accedia, sabia que se sentiria como si la hubieran manipulado para hacer algo que no queria hacer. Peor todavia, Hawk se imaginaria que solo habia ido alli para poder pasar un rato con el.

?Por que todo tenia que ser una complicacion?

– Esperare en el aparcamiento -dijo ella, entre dientes.

– Les dire a los chicos que te busquen. Saben adonde vamos. Te vere alli.

– No, si puedo evitarlo -murmuro ella.

La Casa de la Pizza de Joe era uno de esos restaurantes de barrio con muchas mesas, una maquina de discos y olor delicioso a ajo fresco, pimientos y salsa de tomate.

Nicole no habia cenado antes del ir al partido, pero no se habia dado cuenta de que estaba muerta de hambre hasta que entro en el local y percibio el olor. De repente estaba hambrienta, y desesperada por conseguir aquella receta.

Los cuatro chicos a los que habia llevado en su coche le dieron las gracias amablemente y se fueron con sus amigos en cuanto llegaron. Ella no conocia a nadie, aparte de Hawk, y no queria sentarse con el. Lo mejor seria que se fuera, aunque antes, quiza pudiera pedir una pizza para llevar.

Ya estaba esperando en el mostrador, apoyada en el baston, cuando algo grande y calido se poso en su espalda, a la altura de la cintura. Nunca habia sentido su contacto, pero lo reconocio. Lo reconocio y se derritio por dentro. ?Como era posible que su cuerpo reaccionara con tanta intensidad a un hombre? ?Que combinacion de quimica y humor cosmico le daban ganas de volverse, agarrar a Hawk y exigirle que le demostrara todas las cosas que Barbara habia dicho de el?

Con cuidado, se aparto. Sin embargo, el no capto la indirecta y la tomo de la mano.

Asi de facil. Palma contra palma, dedos entrelazados. Como si fuera su propietario. Como si estuvieran juntos. Peor, ni siquiera la estaba mirando. Estaba hablando con uno de los padres.

Ella tuvo ganas de soltarse y de decirle que dejara de tocarla. Queria decirle que no estaban juntos, que nunca podrian estar juntos, y preguntarle que demonios pensaba. Queria ver si el asiento trasero de su coche era lo suficientemente grande para los dos.

El padre se alejo y Hawk se volvio hacia ella.

– No tienes que pedir -le dijo-. Sabian que ibamos a venir. Llame cuando termino el partido. Puedes pedir cerveza, pero preferiria que no lo hicieras. No me gusta que nadie beba alcohol delante de los chicos en noche de partido. Seguramente es una tonteria, pero es asi.

Tenia los ojos oscuros, y parecia que podian absorber toda la luz del local. Ella tuvo la extranisima sensacion de que podria perderse en aquellos ojos, lo cual demostraba que habia pasado de tener hambre a sufrir alucinaciones por la falta de azucar.

– Me has tomado de la mano.

El sonrio.

– Es lo maximo que puedo hacer en publico, pero cuando estemos solos subire el calor.

Ella dio un tiro y se zafo.

– No se de que estas hablando, pero voy a ser clara. Tu y yo nunca vamos a…

– Eh, entrenador, ?ha pedido ensaladas? -pregunto una de las animadoras-. Ya sabe que algunas no queremos pizza.

– He pedido ensaladas, si -dijo el en tono de cansancio. Se volvio hacia Nicole y la tomo de la mano otra vez-. ?Que les pasa a las mujeres con el peso? Si, es verdad, llevar diez o quince kilos de mas en el cuerpo es malo. Pero las mujeres de hoy en dia estan obsesionadas con la minima celula de grasa, y las adolescentes son las peores.

– Es animadora. ?Que esperabas?

– Que sea feliz por estar sana y ser atletica, y que se deje de ensaladas.

– ?Tu hija no se preocupa por la linea?

Hawk arqueo una ceja.

– Has estado hablando de mi.

– A proposito no. Las madres estan mas que dispuestas a charlar sobre ti. Estoy segura de que a ti te encanta su interes y haces todo lo posible por avivar las llamas.

Fue como si el no hubiera oido nada de lo que ella decia.

– Has hecho preguntas.

– ?Es que no me has oido? Yo no he preguntado nada, no fue necesario: me ofrecieron la informacion.

La sonrisa de Hawk fue lenta, sexy, de confianza en si mismo.

– Te estoy conquistando. Lo se.

– ?Sabes? Si pudieramos aprovechar tu ego, resolveriamos la crisis energetica.

Justo en aquel momento comenzaron a salir las pizzas. Todos los chicos se sentaron en las mesas, y Hawk llevo a Nicole, de la mano, hasta una de las mas grandes, en un rincon, que aparentemente estaba reservada para el.

Ambos se sentaron, y ella se dio cuenta de que tenia que acercarse mas y mas a Hawk para hacerles sitio a varios de los jugadores y a sus novias. Pese a sus esfuerzos por mantenerse a una distancia de cuatro centimetros de el, terminaron tocandose desde la cadera hasta la rodilla. Ella intento encontrar un buen lugar para su baston, pero no habia sitio.

– Dejame -le dijo Hawk. Lo saco de debajo de la mesa y lo puso detras de los asientos-. ?Que te paso en la rodilla?

– Me cai y me la rompi.

– ?Estas mejorando?

– Es un proceso lento.

– A mi tambien me operaron de la rodilla -le dijo el-. Podemos comparar cicatrices.

Una frase sencilla, pero en sus labios, aquellas palabras sonaron excitantes.

– Quiza en otra ocasion -murmuro Nicole mientras los camareros dejaban tres enormes pizzas sobre la mesa.

– Entrenador, ?que opina de la ultima jugada del primer cuarto? -pregunto uno de los chicos-. Ese bloqueo salio de ninguna parte.

– Pero lo manejaste bien -dijo Hawk-. Buen juego de piernas. Parece que los entrenamientos extra estan dando fruto.

El chico, que media mas de un metro ochenta de estatura y era todo musculos, sonrio encantado.

Nicole tomo una porcion de pizza mientras los muchachos bombardeaban con preguntas a Hawk. Los jugadores no solo querian hablar del partido, querian asegurarse de que su entrenador sabia que habian trabajado mucho y bien.

Probablemente era una dinamica saludable, que facilitaba que unos adolescentes inmaduros se transformaran en ciudadanos responsables y productivos. Deberia estar escuchando atentamente y tomando notas, pero lo unico en lo que podia pensar era en que Hawk y ella estaban en contacto, y en que sentia su piel calida contra la de ella.

– Tierra llamando a Tierra -murmuro-. Concentrate en la realidad.

Hawk la miro.

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