vida.

– Desde luego que si -le aseguro la mujer-. Ahora mismo estas sentada en el palacio real de Bahania -se dejo caer en el sofa junto a ella y sonrio-. Empecemos desde el principio. Hola, me llamo Cleo.

– Y yo Emma. Emma Kennedy. Cleo la recorrio con la mirada.

– Me encanta tu pelo. Mi cunada Sabrina se lo tino de rojo una vez, pero no se parecia en nada a este color. ?Es natural?

– Si, lo es.

– El mio tambien -dijo Cleo, tirando de su pelo rubio, corto y en punta-. Una vez me eche reflejos dorados, a ver si podia parecer mas elegante, pero fue una equivocacion. Estoy condenada a ser una rubia hortera para toda mi vida. Pero no me importa. Quiero decir, soy una princesa, asi que puedo ser real y hortera.

Emma se sentia como si hubiera entrado en un universo paralelo.

– Lo siento. Me temo que no te entiendo.

– Lo se -dijo Cleo con una sonrisa-. Estoy hablando sin parar. Ademas, ?que te importa a ti mi pelo? Bueno, pues el asunto es el siguiente: estas en Bahania y Reyhan es un principe. Son cuatro principes en total. Murat es el mayor y el primer heredero al trono. El segundo es Sadik, mi marido, que esta a cargo de las finanzas. Reyhan es el siguiente. Se ocupa de todo lo relacionado con el petroleo, y dejame que te diga que por aqui tienen de sobra. Luego esta Jefri, que esta organizando una fuerza aerea conjunta con nuestro pais vecino, El Bahar. Tambien esta Zara, quien no supo que era princesa hasta hace un ano. Vive en el desierto, pero esa es otra historia.

– Oh -murmuro Emma, todavia mas confusa-. Son muchas personas -trago saliva-. ?Y tu eres la princesa Cleo?

– En carne y hueso -dijo ella, acercandose mas-. Soy de Spokane, Washington. Ya lo se… no es exactamente la cuna de muchos miembros de la realeza. Tuve que aprender muchas cosas sobre el protocolo y como dirigirme a todo el mundo. Me dedico a las actividades beneficas, lo cual esta muy bien, y tengo una nueva hija. Calah -su expresion se suavizo-. Es un encanto. Solo tiene tres meses.

Emma queria pedirle lapiz y papel para anotar toda aquella informacion.

?Reyhan, un principe de Bahania? ?Era posible? Y si lo era, ?por que se habia casado con ella?

– ?Sabes…? -Empezo a preguntar, pero tuvo que aclararse la garganta-. Hubo una boda hace unos anos. Pensaba que tal vez… Mis padres contrataron a un abogado, que concluyo que el matrimonio no era real.

Cleo le dio una palmadita en el brazo.

– Lo siento. Por lo que he oido, es muy real. Estas atada y bien atada a Reyhan. Y el es igual que su hermano. Chapado a la antigua con esa presuncion principesca, siempre exigiendo respeto y veneracion… Oh, por favor. Bueno, puedo pasar lo del respeto, pero ?veneracion? Eso si que no.

Asi que estaba casada. Con un principe. Ella.

– Esto no tiene sentido -susurro-. No lo entiendo. ?Por que Reyhan se habia casado con ella y luego habia desaparecido? ?Y por que de repente la habia hecho ir hasta alli? ?Queria casarse con otra mujer? La idea le produjo nauseas, pero tenia que saberlo. – ?Esta comprometido? Cleo nego con la cabeza.

– No es eso. Despues de que Calah naciera, el rey decidio que era el momento para que Reyhan le diera mas nietos. Fue entonces cuando se supo que habia una senora Reyhan perdida por ahi.

Emma volvio a sentir que todo comenzaba a dar vueltas a su alrededor.

Cleo la agarro de la mano.

– Sigue respirando -le ordeno en tono jocoso-. Se supone que tengo que ponerte las cosas mas faciles, no peores.

– No es por ti -dijo Emma-. Es por todo. No puedo creer lo que esta pasando.

– No te sorprendas tanto. Lo bueno es que el palacio es precioso y que Reyhan tampoco esta mal. Si puedes obviar todo eso del honor y la tradicion, veras que tiene mucho sentido del humor. ?No te parece estupendo?

?Estupendo? ?Acaso insinuaba que Emma tendria que pasar tiempo con el?

Sacudio la cabeza. Aquello no estaba sucediendo.

Era demasiado irreal.

Un hombre alto entro en la habitacion portando un maletin negro.

– Doctor Johnson -lo saludo Cleo-. Aun hace visitas a domicilio.

– Asi es, princesa Cleo -respondio el con una sonrisa-. Y lo seguire haciendo.

Cleo se inclino hacia Emma.

– El doctor Johnson es el medico de la familia real. Es muy bueno. Te gustara.

Emma miro los ojos azules del medico y sintio como su ansiedad se calmaba un poco.

El doctor Johnson se sento frente a ella y le tomo la mano.

– ?Como se siente? He oido que se desmayo.

– No se lo que me paso -admitio ella-. Estaba bien, y de repente me habia caido.

– El principe Reyhan me ha puesto al corriente – dijo el, soltandole la muneca-. Su pulso es normal. ?Se le nublado la vision desde que recupero la conciencia?

– No.

– ?Habla con coherencia? -le pregunto el medico a Cleo.

– Si. Esta un poco noqueada, pero ?quien puede culparla, dadas las circunstancias?

El doctor emitio un debil grunido y saco un esteacopio del maletin. Quince minutos despues declaro que Emma estaba exhausta y un poco deshidrataba, pero nada mas. Le dio algo para ayudarla a dormir y le dijo que volveria a examinarla al dia siguiente.

– Se sentira mucho mejor por la manana -le prometio mientras se dirigia hacia la puerta.

Emma lo vio marcharse y luego asintio cuando Cleo se excuso para volver junto a su pequena. Cuando se quedo sola, paso la mirada por la lujosa suite y contemplo la vista del oceano.

Por mucho que quisiera creer al doctor Johnson, tenia el presentimiento de que la noche no iba a cambiar nada su situacion.

Reyhan no queria hablar con su padre, pero el aviso que le transmitieron le hizo ver que no era un ruego sino una orden, de modo que se presento en los aposentos privados del rey y se puso a pasear por el salon mientras intentaba sortear a media docena de gatos.

– ?Que piensas ahora que la has visto? -le pregunto su padre.

– Que Emma no deberia haber venido. Se puede arreglar un divorcio sin su presencia.

– Me desafiaste al casarte con esa mujer. Seis anos han pasado sin que ni siquiera la hayas mencionado. Quiero saber por que.

Reyhan no tenia respuesta para ello, ni tampoco queria improvisar ninguna. Se acerco a la ventana y contemplo los jardines. Volver a verla habia sido peor de lo esperado.

Su padre se levanto y se acerco a el.

– Eres hijo mio y un principe -le dijo-. Y como tal, no se te permitia casarte sin mi consentimiento. Pero el mal ya esta hecho. Antes de aprobar tu divorcio, quiero conocer a esta joven. Dos semanas, Reyhan. No creo que sea pedir demasiado.

Reyhan reconocia que la peticion de su padre era razonable, y sin embargo habria dado lo que fuera con tal de mantenerse lejos de Emma.

Asintio y se dirigio hacia la puerta.

– Disculpame, padre. Tengo que acudir a una reunion.

El rey asintio y Reyhan se marcho. Mientras se encaminaba hacia el ala administrativa de palacio, se pregunto como iba a soportar los proximos catorce dias. Habia mucho en lo que ocupar su tiempo: negociaciones por el petroleo, ocuparse de un pequeno grupo de rebeldes, revisar la lista de novias potenciales… Pero sabia que nada de eso le ocuparia la mente. Un unico pensamiento lo atosigaba. Emma. El tiempo que habian estado separados no habia conseguido borrar su necesidad por ella. Seis anos atras ella habia sido su gran debilidad, y lo seguia siendo.

Se detuvo en la puerta de su despacho. Nadie lo sabria nunca, se prometio a si mismo. Desearla y necesitarla casi lo habia destruido en una ocasion. No volveria a pasar. En dos semanas, el rey les concederia el divorcio, ella se marcharia y el permaneceria impasible. Que tuviera que vivir sin ella eran solo una consecuencia insignificante. Habia sobrevivido a eso demasiado tiempo, y podria sobrevivir el resto de sus dias. Sobrevivir, no vivir. Se recordo

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